La demanda social ¿es privada o de interés público?
Tribuna ·
Hemos visto como en la asistencia sanitaria, el ejército, la sanidad pública y privada han formado un solo frente por exigencias del interés públicoarmando segura
Jueves, 28 de enero 2021, 23:27
El tejemaneje en el lenguaje político e incluso en el jurídico derrumba la credibilidad de la autoridad. Cuando esto ocurre, el responsable se ve obligado ... a echar mano del decreto y ausentarse del debate y del diálogo.
En el terreno educativo y en todos los demás, se emplean palabras como 'social', 'público' o 'privado' que cambian de significado según el interés de quien los emplea. Así, cuando se habla de la demanda social de la enseñanza, el político entiende 'social' como expresión de una necesidad de la sociedad civil que desea un determinado estilo de enseñanza. El señor Iglesias, en cambio, piensa que 'social' se refiere a esa masa uniforme de proletarios que ya no existe y que requiere un mínimo de educación para todos.
El interés público y el interés del público no coinciden porque 'público' en el primer caso, significa 'estatal' mientras que en el segundo equivale a la mencionada 'demanda social'.
Se ha dicho y es verdad que la enseñanza concertada y privada realiza desde el punto de vista económico dos funciones. Por un lado ahorra al estado una ingente cantidad de inversiones que, bien empleadas derivarían en la mejora de la enseñanza pública y además proporciona unos puestos de trabajo de quienes pueden preferir la enseñanza libre.
Porque el quid de la cuestión es cómo hemos de concebir la enseñanza libre, requisito imprescindible para ser admitido en la UE. La función del Estado, que todos asumen, consiste en garantizar el nivel de la enseñanza según los estándares europeos de mayor exigencia.
Estos requerimientos no tienen que ver con la imposición de ideologías que a fuerza de difundirse y repetirse en los medios, en los slogans y discursos políticos, se introducen en el lenguaje ordinario y tratan de presentarse como verdades científicas o cuasi teológicas que sugieren cuidados inquisitoriales.
El problema está en distinguir qué es ideología y que es verdad científica.Tampoco es lo mismo, una opinión entre muchas y una ideología militante que por inmersión primero y luego por legislación, intenta transformar la sociedad desde arriba.
Es un modelo actualizado del despotismo ilustrado.
La diferencia con la ideología de la actual política del Gobierno de coalición, consiste en que tras la Ilustración estaba la clase burguesa que aspiraba a configurar la sociedad española según sus intereses. Ahora, la antigua masa de proletarios es una multitud de profesionales y autónomos que deja sin base a los socialismos europeos del siglo XXI.
Si con Felipe González, el socialismo español pasa a la socialdemocracia al estilo de Willy Brand, la búsqueda de una base social lleva a Zapatero a asumir las ideologías de corte posmoderno.
Aquí se forma a modo de infraestructura social, una base que no es fundamentalmente económica. En ella se encuentran quienes sufren los efectos de la desestructuración familiar: los abortistas, divorcistas, los ecologistas extremos, los animalistas, los TLGB, los antisistema que aunque tengan partidos propios, prefieren apoyar a Pedro Sánchez que a cualquier otro.
Con la presente Ley Electoral, esos colectivos no llegan a tener una mayoría consistente pero sí, una minoría concluyente.
En las penosas circunstancias actuales en la que todo el país forma parte de un solo colectivo: los afectados por la pandemia, los factores ideológicos mueven menos que la necesidad de liderazgo y de eficacia.
Hemos visto como en la asistencia sanitaria, el ejército, la sanidad pública y privada han formado un solo frente por exigencias del interés público.
Siempre se puede desenterrar el cadáver de Manuel Godoy que fue el primer generalísimo y de los caídos en las guerras carlistas.
Si colase…..
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