Gratis

En esta vida, todo tiene un precio que, casi nunca coincide con el valor del objeto o bien en cuestión. Dicho sea de paso. Inflamos ... el precio para darle más valor, y así, añadimos una pátina de calidad y exclusividad que seguro no lo vale. Aun así, a sabiendas del engaño, adquirimos el bien en cuestión, ya sea por necesidad imperiosa, por obligación social impuesta, por capricho o por satisfacer nuestros instintos animales. Es una economía basada en la compra-venta de bienes y objetos, en definitiva, lo que mueve a este mundo que, Calleja ha visto desde el espacio gratis…, o no. La palabra gratis aparece como un amanecer de sol espléndido en el planeta Hoth. Pero es un regalo envenenado porque, por definición, no hay nada gratis si todo tiene un precio. Calleja no ha pagado el billete al espacio, pero alguien o algunos lo habrán pagado. Les pongo más ejemplos. La dura vida amorosa del señor Ábalos le habrá salido gratis a él, pero al contribuyente no. Condonar la deuda a una o varias comunidades autónomas les saldrá gratis a esas comunidades, pero el resto tendrá que pagarlo, nadie da duros a cuatro pesetas, se decía antes. Lo van pillado, ¿verdad? Que Rajoy, con mayoría absoluta en el Congreso y el Senado, no modificara la Ley Electoral para que fuera el partido más votado el que gobernara, y España no fuera esclava de siete votos de mierda; lo estamos pagando usted y yo. Que Sánchez se humilla ante Puigdemont (léase Pusdemón), y cede competencias de Inmigración, está pagando el precio de siete votos. Consecuencias que pagarán otros. Pero recuerde, no hay nada gratis en esta vida, tarde o temprano todo se paga de una forma u otra.