¿Quién se acuerda de la feria?
«Qué tendrá o qué le faltará a la que debería estar considerada como la madre de todas las fiestas en nuestra provincia, que tanto le cuesta deslumbrar y resulta blanco fácil para la crítica»
Quiero comenzar felicitando a todos los Juanes y las Juanas, deseándoles que, si la resaca se lo permite, disfruten del día libre ¡Qué gran idea ... fue declarar festivo el 24 de junio! Con lo que nos gusta una fiesta a los almerienses y sobre todo ésta. La mezcla de calorcito, playa, barbacoa, cervezas, amigos y hogueras resulta insuperable en este rincón del Mediterráneo.
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Ahora sí que damos la bienvenida oficial a Don Verano. A partir de este momento cualquier excusa es buena para montar una fiesta. Aunque para fiestas, las de los pueblos de la provincia. Tenemos por delante un calendario repleto de citas en la costa y en el interior. Los almerienses podríamos pasarlo muy bien sin salir de casa, ahora que los precios de los hoteles, apartamentos y vuelos están por las nubes.
Nadie le pone peros a las verbenas de su pueblo. Uno va a divertirse y se deja la crítica destructiva en casa. No hace falta mucho para que sean un éxito: orquesta con ganas de fiesta, una buena plancha, barra de copas hasta las tantas, familia, amigos y un puñado de fuegos artificiales. Todo muy sencillo y muy auténtico.
Qué tendrá o qué le faltará a la que debería estar considerada como la madre de todas las fiestas en nuestra provincia, que tanto le cuesta deslumbrar y resulta blanco fácil para la crítica. La feria de Almería está en crisis, eso es incuestionable. Paradójicamente, su declive se produjo en el momento en que estrenamos un recinto amplio y moderno, abandonando la avenida del Mediterráneo.
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Catorce años hace que se pusieron en valor las 22 hectáreas de terreno para casetas, cacharricos, puestos ambulantes, conciertos, circo o ambigús. Se invirtieron más de 21 millones de euros para contar con «el mejor recinto ferial de Andalucía» ¿Qué ha fallado? El año pasado el balance hablaba de una feria «pobre» y de un descenso en la afluencia de público tanto a La Vega de Acá como al centro.
La feria del mediodía tampoco es ya excusa para que el recinto ferial no funcione. El número de casetas se ha reducido a la enésima potencia. Es de justicia felicitar a valientes como la Asociación El Trinquete - Los Cabales, que no ha faltado nunca a su cita desde su fundación, comprometiéndose con la fiesta y con la ciudad como los que más.
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El calor es otro de los argumentos de manual para justificar el bajonazo. Sin embargo, los termómetros siempre han apretado en Almería durante agosto. No es cosa del calentamiento global. No obstante, creo que es un argumento a tener en cuenta de cara a reconstruir la feria. Tenemos dos opciones: trabajar para reducir la sensación térmica o trasladarla a septiembre, octubre,…
Espero pocos cambios en la próxima feria. El verano se nos ha echado encima y, más allá de la reducción de las tasas para la instalación de casetas, no hay novedades ¿Queda tiempo? Seguro. Hecho en falta un gran debate constructivo contando con los agentes económicos, sociales y culturales de la ciudad. No me creo que «los almerienses estamos ya hartos de todo». ¿Hasta de la feria? Es hora de reaccionar porque faltan 53 días para el pregón.
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