¡Correos para votar!
El patio de los neones ·
Todos los que participamos en las colas tuvimos (demasiado) tiempo para plantearnos si este sistema de voto por correo no debe, especialmente en ciudades como la nuestra, optimizarse de otro modofernando fedriani
Jueves, 25 de abril 2019
En cierto modo tengo la sensación de disponerme a redactar una carta al director. Una de esas cartas en las que alguien esputa su queja ... por un suceso o incidente. Simplemente por desahogarse. Sin embargo, ayer me sentí en pleno epicentro de la noticia y necesitaba hablar de ello. Resulta que me llegó un paquete postal y, por exigencias del guión, debía recogerlo con urgencia. Ciertamente era consciente de que no era la mejor fecha para ello, pero no me era posible demorarlo por más tiempo.
Ayer en las noticias de Antena 3 salió nuestra Granada para ilustrar el colapso que las oficinas postales estaban sufriendo a consecuencia del voto postal. De todos es sabido que nuestra ciudad disfruta de una nutrida comunidad universitaria. Muchos de los estudiantes, cómo no, optaron por el voto postal, convirtiendo la sucursal de Puerta Real en un paraje atípicamente inhabitable. Había cola para tomar número. Había cola para recoger la documentación que capacita para el voto y también para entregarlo. Y esas colas se sumaban, por descontado, con las habituales. La pelotera salía del edificio, en algunos momentos y a pesar de la lluvia y del frío, y dificultaba tremendamente el resto de funciones que allí se desempeñan tales como la presentación de un burofax o, como era mi caso, la recogida de un paquete.
Dios me libre de reprender a nadie si lo que le mueve es su derecho al voto, aunque maleducados hay en todas las aglomeraciones, dicho sea de paso. De hecho, se produjo delante de mí un conato de agresión, pues dos personas se enzarzaron entre ellas porque no se ponían de acuerdo en cuál era la cola en la que debía situarse cada cual, en parte por la falta de señalización. Sobra decir que no resultaba seguro que tantas personas se encontrasen en un recinto que literalmente no daba abasto para tantos seres humanos. Y, aunque me impresionó muchísimo la paciencia y decidida voluntad de los jóvenes, todos tuvimos (demasiado) tiempo para plantearnos si este sistema no debe, especialmente en ciudades como la nuestra, optimizarse de otro modo.
Quizá la era digital recomiende ya que el voto por correo sea convierta en digital. Tal vez, como sucede en otros países, un monitor y un DNI sea suficiente para que el voto se compute directamente, sin necesidad de enviarlo por carta ni de triplicar las colas, en pasos independientes. O, en el peor de los casos, ¿no sería posible habilitar locales destinados especialmente para la recogida del voto, como ya sucede en las jornadas electorales?
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