Cuando apenas empezábamos a recuperarnos de la gran recesión iniciada en 2008, en marzo de 2020 estalla la pandemia del coronavirus y el mundo queda ... sumido en una profunda crisis sanitaria, económica y social, de la que no se escapa España y, claro está, tampoco Jaén. A cada país, a cada región e, incluso, a cada provincia la crisis le ha afectado con distinta intensidad, dependiendo de su especialización y estructura productiva, de la mayor o menor diligencia en adoptar las políticas económicas adecuadas para contrarrestarla y, cómo no, de sus fortalezas para iniciar el camino de la recuperación.
En 2020 la economía española retrocedió un 11,1 por 100, frente a una media del -7,2 por 100 en la Zona Euro. Son variadas las razones que se pueden mencionar para explicar esta mayor intensidad de la crisis en España, tales como que el peso de los sectores más sensibles a las restricciones de movilidad y de contacto social (hostelería, restauración, transporte, ocio, comercio, etc.) es del 27 por 100 frente al 20 por 100 de media en la Unión Europea. Además, en España existe una proporción muy elevada de autónomos y de microempresas, con una estructura financiera frágil, que las sitúa en riesgo de supervivencia. En tercer lugar, es reseñable la elevada temporalidad de nuestro mercado de trabajo (26,9 por 100 del empleo asalariado total frente al 14,2 de la UE), lo que provoca que en cada crisis se produzcan ajustes rápidos por la vía del incremento del desempleo. El turismo, como es bien conocido, es el sector que en mayor medida se ha visto afectado por las restricciones a la movilidad para luchar contra la pandemia. En España aporta el 9,2 por 100 del PIB y el 11,3 por 100 del empleo, lo que nos convierte en una de las primeras potencias turísticas del mundo. Pues bien, en 2020 entraron en España 19 millones de turistas internacionales frente a los 84 millones de 2019. Las razones enumeradas parecen suficientes para explicar la mayor intensidad de la crisis en nuestro país.
Impacto de la covid
Descendiendo a la provincia de Jaén, no cabe duda de que el impacto de la crisis pandémica en nuestra economía es elevado: se han reducido las matriculaciones de vehículos, el número de empresas, las afiliaciones a la Seguridad Social, etc., como asimismo han crecido el paro registrado o los beneficiarios de prestaciones por desempleo. No obstante, durante este último año el impacto de la Covid-19 en la economía provincial parece haber sido menor que en España, aunque está teniendo un fuerte coste en términos de empleo. La caída más moderada del PIB en Jaén (-10,0 por 100 es la estimación de Analistas Económicos de Andalucía) se justifica, entre otras razones, por el mayor peso del sector agrario en nuestra provincia (11,5 por 100 del VAB total frente al 3 por 100 de la media española), así como por el menor peso del turismo internacional –el más afectado por la crisis- en Jaén (sólo el 13,7 por 100 de los visitantes son extranjeros), que en España (51,5 por 100).
La crisis nos ha sorprendido a España y a Jaén cuando iniciábamos la recuperación, poniendo de manifiesto nuestras debilidades y nuestras fuertes carencias. Consecuentemente, estamos en el momento adecuado para adoptar las reformas y las inversiones que permitan convertir la crisis en una oportunidad para impulsar el proceso de desarrollo económico y social del territorio.
«La oportunidad no habrá de ser otra que la de impulsar las inversiones en infraestructuras pendientes»
Antonio martín mesa
A nivel nacional son varios los retos que se habrían de plantear: a) Apostar por un mayor gasto en la sanidad pública, que es la que nos está sacando de la pandemia; b) Incrementar la inversión en I+D+i, que es la clave del crecimiento de una economía madura; c) Avanzar en la transición digital, mejorando las dotaciones y la formación; d) Caminar con paso firme en la transición ecológica, avanzando en la economía circular; e) Mejorar el sistema educativo, con mayores dotaciones a las universidades e impulsando la formación profesional dual; f) Combatir la desigualdad en la distribución de la renta y reducir los niveles de pobreza. Sería muy larga, sin duda, la lista de tareas pendientes que en la salida de la crisis se habrían de afrontar.
Por lo que respecta a la provincia de Jaén, la oportunidad no habrá de ser otra que la de impulsar las inversiones en infraestructuras pendientes: ferroviarias (línea de altas prestaciones Jaén-Córdoba, que nos uniera con el AVE, así como mejora en tiempo de trayecto y horarios de los actuales servicios con Madrid y con Córdoba-Sevilla); carreteras (mayor impulso a la A-32 Bailén-Albacete, a la A-316 Úbeda-Estepa, etc.); comunicaciones (mejora de las infraestructuras de banda ancha y de la cobertura de telefonía móvil; construcción definitiva de un centro logístico, que rentabilice nuestra estratégica posición geográfica; la reiteradamente aplazada Ciudad Sanitaria de Jaén; el tranvía de la capital; la creación de un laboratorio arbitral para el aceite de oliva en la provincia líder mundial del sector y que continúa sin impulsarse; la dotación de contenido permanente al Museo Íbero; así como tantas otras inversiones pendientes en el medio ambiente, en la tecnología, el turismo, la cultura, la sanidad o la educación. En suma, tenemos retos que afrontar a nivel nacional e infraestructuras a nivel provincial, para que de la crisis pandémica surjan oportunidades que permitan alumbrar un futuro más esperanzador en la provincia de Jaén.
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