Colaboración

Bueno, pues en Almería ha saltado a la actualidad un ejemplo que yo considero todo lo contrario. Y ha ocurrido en una zona de la provincia, allá por el norte. El asunto se inició en la Guardia Civil, alcanzó a la Policía Local, llegó hasta el personal de retén del Infoca y se extendió al personal sanitario. Y fue en Vélez Blanco, dicho sea de paso, lugar de nacimiento de mi padre.

La ocasión la proporcionó uno de tantos incendios, en este caso, localizado en una vivienda. El fuego amenazaba la vida de una señora de muchos años. Y ahí cada uno puso lo que había que poner. Se desmontaron barandas metálicas, se desplegaron escaleras, se sumaron esfuerzos y, sobre todo, se demostró que nada como la unión ante un objetivo común para culminar con éxito la tarea. De modo que la señora pudo ser rescatada y llevada a un centro de salud para ser atendida. Ya se imagina usted lo que habría sido si llega a aparecer el ego entre los distintos integrantes de ese improvisado comité pro-vida: que si yo más, que si tú menos, que aquí quien manda es... Y a mí, ¿qué quiere usted que le diga? Hechos así me reconcilian con el ser humano, ese componente fundamental en la piel de un guardia civil, de un sanitario o de un bombero. También, claro, de un político.

No quisiera yo ser demagogo y aprovechar la ocasión para sacar las cosas de quicio, impulsado por ese ingrediente anarco que todos guardamos en nuestra mochila vital por muchos años que se hayan vivido. Comprendo que hay cosas muy complicadas y se ve fácil meter el gol cuando se está en la grada. Pero sí quisiera aprovechar para destacar lo positivo del ejemplo que esta gente de Vélez Blanco nos ha dado a todos. Porque las cosas en los pueblos son más sencillas, también porque la cercanía interpersonal ayuda a la colaboración.

De todo esto, tal vez la lección que yo mismo deba aprender es que no hay que complicarse tanto la vida, cuando el transcurrir de los días es en todo caso una peripecia efímera. Y donde en verdad lo que importa es ser útil a los demás. Y, parece claro, tener controlado el ego ayuda mucho. Aunque cada uno sabrá cómo situarse en el escenario.