A mí no me va a afectar mucho, por no decir nada. Pero se preparan normativas que limitarán los coches –entiéndase los vehículos particulares– que ... accedan al centro de las ciudades. Y es que se están elaborando leyes que afectarán de modo directo a los ciudadanos que siguen entrando en las ciudades usando sus vehículos contaminantes. Las medidas no van a afectar, de momento, a los núcleos urbanos que estén por debajo de los cincuenta mil habitantes. Pero en Almería, tanto la capital como Roquetas y El Ejido sí que van a ver sus zonas centro más despejadas. Los que hace ya tiempo optamos por los transportes públicos o por ir andando a los sitios, no tenemos que preocuparnos; es más: saldremos ganando con el tiempo. Y es que el transporte colectivo se irá mejorando. Con vehículos movidos por energías alternativas al petróleo, como los impulsados por el gas y los eléctricos.
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De todo esto se informaba el otro día en IDEAL. Porque la Administración –ese ente impersonal compuesto ya por estructuras incluso supranacionales– están metiendo la cuchara en lo que son los asuntos cotidianos. De hecho, es desde Europa desde donde nos llegan los impulsos primeros para movilizar todo el cotarro. Y, a nivel nacional, están a punto de aprobarse las normas concretas.
Todo ello viene motivado por un hecho preocupante: el cambio climático. Y no creo que haya alguien que, a estas alturas de la película, no esté al corriente de los efectos que ese proceso está produciendo en nuestra calidad de vida. Otra cosa es –por supuesto– que no todos comulguemos con la 'verdad oficial' sobre su causa. Así que hay que empezar a tomar medidas para atajar en lo posible ese deterioro creciente del aire que respiramos, entre otras cosas. Por lo pronto –y no es que sea lo único– se va a despejar un tanto el centro de las grandes ciudades mediante la eliminación de los vehículos que contaminan más. Y ya sabe usted de lo que estamos hablando: gases contaminantes, huella de carbono, CO2, etc.
No se trata solo de prohibir, sino también de habilitar alternativas. Por ejemplo, colocación de puntos de recarga para los coches eléctricos, además de ir reemplazando los actuales autobuses urbanos por otros que no contaminen. Y la potenciación del ferrocarril como medio de transporte. El problema, claro, es que, en Almería, de eso andamos escasitos. Por decirlo suavemente. A ver cómo podemos llevar, vía férrea, una mercancía al puerto. O nos desplazamos a Roquetas, Níjar o Macael usando un billete de tren.
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El Gobierno español, que en esto quiere situarse entre los de cabeza, no permitirá vender vehículos contaminantes a partir del 2040. Un año que puede parecer demasiado lejano, pero es que hay que tener en cuenta factores no desdeñables: el económico, por ejemplo. Y otra cosa: las gasolineras tendrán que instalar puntos de recarga para los eléctricos. Más próxima está la eliminación de los gases efecto invernadero: los grandes municipios tendrán que tener planes para evitar su emisión antes del 2023. Eso, como quien dice, está a la vuelta de la esquina.
Así que, para mis desplazamientos por la ciudad, ya me veo cogiendo una bici o un patinete eléctrico. Aunque, siempre que me lo permitan mis condiciones físicas, preferiré darle a la pata.
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