Chilindrina por San Lucas

Temas, en esta semana de 'no feria' en la que el virus se está dando un festival, como la enésima 'visuá' a las obras del Olivo Arena, más visitado que la casa de Bertín. Con sus chalecos, sus cascos – a las cinco visitas te lo dan en propiedad, como la copa de la Champions – y sus mascarillas los conocerán en su casa a la hora de comer. El palacio de deportes es una obra notable para Jaén, grande, icónica, visible y con muchos padres. Luego habrá que llenarlo de partidos. De partidos de fútbol-sala o de mítines de partido. Y es una obra tripartita, ejemplo de colaboración, por raro que suene, de Diputación, Junta y Ayuntamiento, con el detallazo al menos de hacer las visitas conjuntas y no por separado, y con el morbo añadido de ver cómo se las apañan para la inauguración, si de visita hacen este despliegue.

A falta de más obras hay que estirar las que tenemos.

Visita también, el viernes y por todo lo alto, a los tejados de la Catedral, con panel encima de la mismísima bóveda del coro, tocando el cielo y las nuevas vigas de madera con armadura española, muy y mucho española, financiadas por el Ministerio de Cultura, de par y nudillo, o sea, en forma de escuadra invertida y con travesaño para ganar altura y no sobrecargar la estructura cuando no había hormigones y ferrallas.

Allí donde la lluvia poco antes entraba como San Pedro por su casa, porque mucho te quiero pollito pero pan poquito, mucho Catedral Patrimonio de la Humanidad y su techumbre era un coladero. Y pese a ello, durante dos décadas nos han tenido entretenidos con las migajas de los presupuestos, poniendo y quitando andamios que engullían la escasa inversión. Hasta que a finales de noviembre vino a otra cosa, a la I Bienal de Arqueología, un ministro en funciones, Guirao, y sin aparato mediático se subió a la cubierta, vio el estropicio que el paso del tiempo, el viento, la incuria y la falta de mantenimiento habían ocasionado, y se comprometió al arreglo de todo lo que aún quedaba, más de la mitad después de 20 años: «Hay que terminarlo, es una intervención muy necesaria, no puede esperar más tiempo», dijo. Y declaró la obra de emergencia, porque de verdad lo era, 2,7 millones de euros de una sola tacada para la Catedral de Jaén. Y tres meses después estaban poniendo las andamios. Es lo que se tarda cuando se quiere, y se puede. 'Deus ex machina'.

El hacedor de aquella visita fue el arquitecto conservador del edificio. El deán y presidente del Cabildo dijo que quiere que una sala de las galerías altas lleve su nombre, sobre todo por «su pasión por la Catedral de Jaén y su lucha constante para su restauración». Amén.

Obras en todo caso pre-pandemia, gestadas antes de la nueva crisis. Como la reparación de la línea férrea Espelúy-Córdoba, que avanzan según lo previsto, nos dijeron esta semana; al igual que la variante Grañena-Jaén, de la línea de altas prestaciones Madrid-Alcázar de San Juan-Jaén, que ya dura más que lo que tardaron en construir los 9.300 kilómetros del Transiberiano (1891-1904), y lo que te rondaré morena.

Con suerte la veremos acabada en este siglo, al igual que la A-32, la autovía a Albacete y el Levante, que no obstante sigue en obras en sus dos tramos activos, de Torreperogil a Villanueva del Arzobispo, a la espera de conocer si los traídos y llevados Presupuestos Generales del Estado para 2021 son inversores o materia de chilindrina para el próximo San Lucas.