Casado y Torquemada

Puerta Purchena ·

Denominar 'aquelarre' al encuentro mantenido entre diferentes políticas de izquierdas es, sencillamente, despreciable por su connotación y por estar, básicamente, fuera de todo lugar

Marta SOler

Jueves, 18 de noviembre 2021, 23:29

Hace mucho tiempo que opino que Pablo Casado debería haber recibido el rechazo social suficiente que le incapacitara para continuar en su empeño de presidir ... nuestro país porque ese desastre sería el peor castigo que se nos podía infligir. La ideología es una cosa y la mala educación es otra. Lo primero es tolerable, pero lo segundo debe ser repudiado venga de quien venga. Sonadas son las meteduras de pata de Casado al referirse a la historia, economía o ciencia, pero lo verdaderamente intolerable es su misoginia. Denominar 'aquelarre' al encuentro mantenido entre diferentes políticas de izquierdas es, sencillamente, despreciable por su connotación y por estar, básicamente, fuera de todo lugar. Al líder del PP solo es posible que le hubieran movido dos cosas antes de establecer esa comparación entre una simple reunión de mujeres y un aquelarre: la malicia o la ignorancia y, en su caso, me da que son ambas. ¿Es una práctica supersticiosa practicar otra ideología diferente a la que pregona el líder nacional del PP? ¿Hubiera establecido Pablo Casado el mismo símil si la reunión se hubiera mantenido entre mujeres de su partido con, pongamos, otras féminas de Ciudadanos, por ejemplo?

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En el caso del aspirante a presidente nacional depende, muy seguramente, de las figuras que se hubieran dado cita después de saber cómo se las gasta con el sector femenino de su partido. Sin embargo, es muy probable que se hubiera interpretado como un encuentro para intercambiar opiniones desde la visión femenina de centro derecha. Y hubiera sido eso, precisamente. Al contrario, el insulto del líder del PP –a quien mucho veneran destacados políticos de Almería– tiene un evidente matiz ideológico, pero eso no empaña la base del asunto y es que es un misógino.

No le merecen respeto las mujeres políticas, las mujeres independientes, con cargos orgánicos e institucionales en sus respectivos partidos que, libremente, deciden intercambiar opiniones porque, afortunadamente y aunque le pese, en este país esto se permite hace mucho tiempo. No será por las políticas 'neoliberales' del PP, precisamente, pero es que por Moncloa han pasado otros y otras que nos han dado las libertades de las que ahora disfrutamos las mujeres de este país.

Queda muy poco para el 25N y merece la pena recordar que Pablo Casado hace mucho que se burla de lo que denomina 'ideología de género' con el objetivo de sembrar el pánico ante los avances de los derechos de las mujeres. Confío en que las 'brujas' –sean quienes sean– sigan manteniendo reuniones y que estas sean, a ser posible, más frecuentes para goce del nuevo Torquemada nacional.

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