La banalización de la agresividad
LA TREPOLINA ·
Sea cual sea el móvil del incendio en Navas de San Juan, la raíz es la misma, la normalización, el colegueo con la violencia y la banalidad del mal de Hannah ArendtSi haces un comentario y no insultas a nadie ni metes como sea varias coces y un buen puñado de tacos, no eres nadie. Si ... tu opinión no estalla con el ya clásico '¡Qué vergüenza!' o el más moderno 'HDGP', en mayúsculas, como gritando, nadie te escucha. Así estamos, de 'burrá' en 'burrá' más gorda, desde el último mindundi hasta a algunos de nuestros irresponsables políticos, que han convertido en moneda corriente el ataque personal – hasta hace poco se decían 'no tienes vergüenza, políticamente hablando', pero ya ni eso – y sus idioteces, para que hablen de ellos, aunque sea mal, y circulen sus 'memes' y se hagan populares y la gente los vote porque hablan campechano, tabernario, y dicen las cosas claras aunque sea la mayor de las estupideces.
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Hubo un tiempo en que se votaba a los políticos por lo bien que hablaban aunque no se entendiera lo que decían. Ahora se vota a al que peor habla porque se le entiende todo, menos sus intenciones. El populismo es así, populariza lo peor, se hace pasar por uno de nosotros y nos escupe en cuanto nos damos la vuelta. Y las redes sociales, tan buenas, tan útiles, crecen como agujeros negros que atrapan el odio, fosas sépticas de la ponzoña donde lo mismo se desea la muerte de un alcalde y su familia o se le pega fuego a la casa mientras duerme.
La investigación dirá si lo ocurrido hace una semana en Navas fue una venganza política, personal o gamberrada. No da igual, pero el fondo es el mismo: hubo quien vio legítimo empotrar e incendiar un contenedor en la puerta de una casa, de madrugada, con sus inquilinos y sus vecinos durmiendo, con el peligro que supone inhalar humo sin darte cuenta y con un vehículo al lado que no explotó porque era eléctrico.
De alguna manera, es esa banalidad del mal de la que hablaba la filósofa Hannah Arendt, ese no pensar las consecuencias, ese dejarse llevar por el ambiente, por la trivialidad. Ese normalizar la agresividad y, en este caso, el ataque contra los políticos, tan en boga, como si les fuera en el sueldo el insulto y la agresión, como a los árbitros de antaño.
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Mucho se ha dicho, y bien, y con justicia, de los sanitarios y demás colectivos en primera línea durante la pandemia, y muy poco de alcaldes y concejales que en lo peor del coronavirus apenas dormían, calmando a sus vecinos, procurando que se cumpliera el confinamiento y desinfectando las calles hasta con tractores.
En Navas de San Juan lo mejor ha sido la reacción ciudadana y política, de todos los colores y afectos. Esa solidaridad tuvo también mucho de aplauso a los munícipes en general, siempre a pie de obra, en primera línea, de guardia las 24 horas y desamparados a veces con una financiación local que todos aplauden pero que nunca llega.
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Botafumeiros
Cambio de tercio. Reyes Midas, rey por un día o por año y medio, estaría hoy 'hamletiano' en unas primarias socialistas cuanto menos entretenidas, de no haber alcanzado un acuerdo con los renovadores y de no haber sentado de copiloto a su líder, el alcalde de Marmolejo, como se espera que ocurra en el descafeinado congreso de diciembre. Solo queda conocer el resto de la lista y de interpretar su mensaje, como aquellos 'kremlinólogos' que leían los gestos y la ubicación de los miembros del Politburó cuando salían al atrio de la Plaza Roja. Ahora les toca decir que el mandato es por cuatro años y cerrar filas y darse calor, que fuera hace frío. El otro une mucho. Sobre todo cuando el otro está fuerte en Andalucía.
Juanma Prometo, el presidente de los mil planes en el tintero, levita en su jarapa 'granaína' como Aladdín en el dulce cuento de las mil y una noches junteras. Congreso botafumeiro del PP andaluz, de incensario bañado en plata y de preces constantes a la unidad: el único adversario al que temen es el lío interno. Congreso de juntos pero no revueltos – ¡qué buen invento esto de los cónclaves de varios días ! – y de brazos larguísimos para recoger votos desde el extremo al centro, desde José Manuel Soto a Juan Marín Pescador de nuevo partido, el aprendiz de brujo de incontinencia verbal al que Juanma abrazó el viernes como al hijo desvalido al que el padre perdona después de haberle desbaratado la estrategia electoral del 'no me aprueban los presupuestos, no me dejan gobernar y viva el interés general', para alivio de Juan Espadillas, el líder a medio hacer.
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Más madera
Y nuevo partido en Jaén, Siempre Jaén, para que luego digan que la política no interesa, y a las puertas de que nazca Jaén Merece Más, rama política, o como le llamen al final. Quien da primero da dos veces, aunque en principio ambos proyectos pueden ser complementarios, los 'siempre' para las municipales y los 'merece' para autonómicas y generales. Liberales todos y para competir por el centro-derecha, como si no estuviera animado ya (tanto como en la izquierda). María Cantos y cía buscarán como es lógico el amplio espectro, pero sobre todo pescar en las agitadas aguas del 'malestar del ninguneo' que gravita en torno a las plataformas ciudadanas y a los desencantados con los partidos ya existentes, los anteriores y los más recientes. Para que luego digan que la política no interesa.
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