Autobuses Castillo y los huevos kinder

Para huevos kinder, con un par, las votaciones del viernes sobre el acuerdo del Ayuntamiento de Jaén con Autobuses Castillo para limpiar la era y dejar descansar a los tribunales. Kinder Sorpresa. Y más de una. El acuerdo fue aprobado gracias a la abstención de Unidas Podemos, que rechaza de plano la nueva privatización del servicio y que sea una multinacional – el estudio que arrancó al concejal de Servicios Públicos para comprobar si es viable su gestión pública sonó a gesto pactado de antemano – y gracias a Vox, con un alegato que estaba en las antípodas y que sacrificó para evitar males mayores, dijo, en un ejercicio de responsabilidad. Y más sorpresas. Los ediles no adscritos, que hasta junio apoyaron cuando eran gobierno la nulidad del contrato con Castillo votaron el viernes en contra, aunque sonó más bien en contra del alcalde y con el banderín de enganche preelectoral del 'no Colce' por culpa de «todos los partidos»; y el PP, que sorprendentemente al final también votó 'no', que sigue montado en un coste de ocho millones al sumar a la indemnización el daño emergente, la liquidación de activos (autobuses y demás bienes) que paga Alsa, la subvención por la pandemia que paga el Ministerio, la tarifa técnica y un señor que pasaba por allí. ¿Pero, si el acuerdo hubiera dependido del voto del PP, habría votado en contra de los intereses de Castillo, de los trabajadores (les debe casi dos meses y no cobrarán hasta que el Ayuntamiento le pague) y de Alsa? ¿No ha defendido siempre un acuerdo con Castillo antes que un buen pleito? ¿Alguien pensaba que Castillo iba a dejar el servicio por las buenas y no se iba a ir al juzgado? ¿Alguien cree que la sentencia del TSJA, sea la que sea, no será recurrida al Supremo? ¿De cuántos años estamos hablando? La cuestión es si esa seguridad jurídica vale o no los dos 2,1 millones que según el concejal costará al Ayuntamiento el acuerdo con Castillo. Lo demás es Unamuno.

Los debates sobre el estado de la nación, de la región, de la provincia o de la ciudad solo sirven a la oposición, que busca legítimamente un foco. Los gobiernos tienen el día a día de la gestión y el BOE, BOJA o BOP. Pues bien. Más sorpresas. El Debate sobre el estado de la Ciudad del viernes en Jaén no fue tal. Fue un pleno extraordinario sin más, pedido por el PP, que le dio ese contenido. ¿Cuál es la diferencia? Que el primero no es obligatorio y lo convoca el alcalde, y el segundo lo puede 'convocar' la oposición si tiene concejales suficientes. De ahí que no interviniera Julio Millán y que el equipo de gobierno no presentara propuestas y votara a todo abstención, tildando el debate de «oportunista» y «cortina de humo» para que el PP tuviera sus dos horas de gloria.

Un debate a regañadientes, un 'no sé de qué se trata, pero me abstengo', paso. Una actitud también legítima, aunque políticamente discutible, pues la oposición jugó su baza y logró colocar su mensaje, tanto en las propuestas como en ofrecer la imagen de un gobierno y un alcalde que parecieron no querer debatir. Máxime cuando los gobiernos suelen aprovechar estos debates para, en el tedio de los consabidos dimes y diretes, colocar un anuncio que atraiga los focos.

Del acuerdo en el hotel HO al 02. Oxígeno para el PSOE jienense y para Reyes, quien volvió a sonreír el viernes tras la mascarilla. En todo acuerdo interno, quien más gana es el partido. Lo destacaron todos los que intervinieron en el comité provincial. Pero el debate sigue ahí. ¿Quién ganó? De momento, Reyes, y a medio plazo, de consumarse lo acordado, la renovación. La visualización de ello es la incorporación de Lozano como copiloto, como número dos del partido tras el congreso de diciembre, ahora con más galones tras cerrar filas. Sorpresas te la vida, ¡ay, dios!