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Puerta Real

San Antón

Restaurantes de la capital y la provincia empezaron a incluir en sus cartas por estas fechas la olla de San Antón, que hasta entonces había sido casi exclusiva del Albaicín y el Sacromonte

tito ortiz

Lunes, 10 de enero 2022, 23:29

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En aquellos años y por estas fechas, los niños y niñas del Albaicín solíamos cantar en corro aquello famoso de: «San Antón mató un marrano ... y no me dio las morcillas. A San Antón le daremos siete palos en las costillas». Porque en nuestras casas ya hervía la famosa olla con todos sus avíos. Morcilla, chorizo, espinazo, rabo, careta y todo lo que perteneciera a la real anatomía del cerdo, que junto con las habas secas y el arroz conformaban la comida de varios días. Guiso contundente para los fríos de enero, la olla de San Antón llevaba a la más rabiosa rivalidad a las vecinas, que a la chita callando, competían a ver cuál de ellas la hacía más rica. Durante una semana, las hornillas de carbón y las de petróleo no daban abasto, cociendo desde muy de mañana todos los ingredientes, aromatizando las callejuelas encaladas del barrio albaicinero.

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