Tedio veraniego
«Pastora Soraya decía que el calentamiento global es debido al exceso de almas pecadoras quemándose en el infierno, ya que al ser la tierra plana y el infierno estar debajo de la misma, se produce un efecto sartén»
Menos mal que ha venido Luis Rubiales a sacudirnos el tedio veraniego en el que estamos inmersos desde hace semanas. Ni la Feria de Almería ... ha sido capaz de conseguirlo y eso que, al parecer, está dando mucho que hablar aunque en el fondo siempre es lo mismo.
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De las indignas colas para conseguir un abanico que algunos revenden y que trasladan una imagen penosa de los almerienses y de su ayuntamiento, a las quejas por los ambigús en los que se malcome a muchos grados a la sombra y a más decibelios de música pachanguera que impide mantener una mínima conversación, pasando por ese languidecer de la feria de la noche de la que desaparecerán definitivamente las casetas tradicionales unido a la poca imaginación para elaborar un programa novedoso y original.
En definitiva, que el beso chulesco de Rubiales y su posterior desafiante no dimisión nos ha sacado de este aburrimiento veraniego en el que la vida es lo que ocurre entre una ola de calor y la siguiente ola de calor.
Parece como si las altas temperaturas nos hayan derretido el cerebro y apenas reaccionemos a estímulos externos que se van repitiendo uno detrás de otro en una cadena sin fin. Si nos paramos a pensar, algo que parece hemos dejado de hacer, asistimos a un bombardeo de noticias que no van más allá de los incendios forestales con tan desastrosas consecuencias o todo lo relacionado con las últimas elecciones y el deshojar de la margarita hasta acabar conociendo quién será nuestro próximo presidente del Gobierno y con qué compañeros de viaje.
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Lo del calor ya no tiene vuelta atrás y por mucho que se empeñe más de uno en negar el cambio climático, el calentamiento global ya lo tenemos aquí y lo estamos padeciendo en nuestra sesera.
El otro día recibí en mi wasap un chascarrillo que me hizo mucha gracia. Pastora Soraya decía que el calentamiento global es debido al exceso de almas pecadoras quemándose en el infierno, ya que al ser la tierra plana y el infierno estar debajo de la misma, se produce un efecto sartén. Pues a lo peor tiene razón. Pero esto del calor va muy lejos no tanto por las altas temperaturas en sí como por la atención que se le presta.
Hace calor, desde luego, pero de ahí a dedicarle tanto esfuerzo y atención va mucho. Los informativos están jalonados de ciudadanos que dicen todos lo mismo y que se repiten sin cesar. Que si no se puede dormir, que si el ventilador, el aire acondicionado, las terracitas… en fin, seguramente muchos de ellos son partidarios luego del horario de verano para que a las diez de la noche todavía sea de día en muchos lugares de este país y nos vayamos abrasando poco a poco como si fuésemos san Lorenzo.
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Pero están ocurriendo muchas más cosas de las que parece somos ajenos a ellas. A mí algo que me pone los pelos de punta y me preocupa cada día más son las casi rutinarias noticias sobre casos de abusos sexuales y violaciones en grupo.
No lo entiendo. No sé cómo esta sociedad ha llegado a interiorizar el hecho de que un grupo de jóvenes, en algunos casos menores de edad, agredan y violen a mujeres y no se le ponga coto.
Supongo que es un problema de educación desde los más niños hasta los más mayores que son quienes tienen que educar a esos niños, pero no entiendo que nadie en su sano juicio vea 'normal' violar a una mujer al tiempo que graba un vídeo y lo sube a sus redes sociales. Y no asumo que se le achaque todo a que se repiten acciones que se ven en la pornografía porque de ser así como seres humanos dejamos mucho que desear. Más me suena a justificación cobarde.
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Lo mismo está ocurriendo con la violencia machista. Los casos se repiten día tras día y como sociedad no somos capaces de atajarla.
Cierto que es difícil, pero si dentro de 20, 30, 40 años los crímenes machistas se repiten los únicos responsables, además de quienes los cometan, seremos nosotros porque como sociedad habremos fracasado en la educación de las nuevas generaciones.
Pero mientras tanto sigamos con nuestro tedio veraniego, con nuestro mirar a otro lado al tiempo que nos lamentamos de no poder dormir porque hace mucho calor, pero no hacemos nada para poner fin al cambio climático, siempre que como dice Pastora Soraya no se deba a que tenemos el infierno debajo de nuestros culos.
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