Muy allegados
La Carrera ·
La doble vida tiene su morbo, no lo dudo, aunque el asunto pasa de castaño a oscuro cuando resulta que por la noche eres un crápula y de día te eriges en timonel socialYa aviso que esta columna tiene dos rombos. Es para mayores de 18 años (bueno, de 16, que hoy los chavales saben latín). Hecha la ... advertencia, diré que hace años visité Hungría, un país ahora en deriva autoritaria de la mano de Orban, como también lo está España -aunque en la otra deriva ideológica- del bracete del doctor Sánchez y del tipo del moñete. Decía que Hungría es la patria de un tal Pepito Szájer, europarlamentario al que han pillado 'infraganti' descolgándose por las cañerías de un edificio, tras irrumpir la policía de Bruselas en una bacanal donde Pepito se estaba empleando a fondo (no se sabe si como gárgola o como argolla) en una de esas orgías que menudean cuando una civilización se va al carajo, y que conocemos de momentos históricos precedentes como en la decadencia y caída de Roma.
Publicidad
Ya se sabe que estas francachelas las pone de moda la fauna ociosa y ricachona, es decir, las élites políticas, mediáticas o financieras, pues son un personal –digamos- descansado que por lo general no tiene molida la osamenta tras jornada en el agro vareando aceituna y, claro, en lugar de retirarse a descansar con un libro y un tercio fresquito de cerveza, se dedican a otros menesteres pelín más depravados. Lo cierto es que Occidente se hunde y, claro, lo normal es que los políticos se entreguen a generar empleo a base de rayitas y delirios orgiásticos en las nuevas saturnales.
La cosa tiene su miga si estos envilecidos se pasan por el forro las medidas de confinamiento para atajar la pandemia que tanto cacarean ellos mismos. Pero, en fin, como no soy moralista ni lo pretendo, ahorraré calificativos para tales usos, al parecer bastante extendidos entre la abundante flora de estadistas primates.
Resulta, además, que el organizador del evento, un pijotero belga de 29 años y con mucho desparpajo, también se descuelga (no por el canalón, sino por la verborrea de su incontinencia) diciendo que en el sarao había muchos políticos y también diplomáticos, y que todos estos son parroquianos habituales de esas juergas donde se congregan, a veces, un centenar de criaturas con cargo público. Edificante, sin duda.
Publicidad
La doble vida tiene su morbo, no lo dudo, aunque el asunto pasa de castaño a oscuro cuando resulta que por la noche eres un crápula y de día te eriges en timonel social, eso sí, cobrando por ello un pastón (estos prendas disfrutan del chollo que pagamos todos: ocupan escaño, poquito currelo, elevado sueldo, dietas astronómicas, viajes costeados y fines de semana oblongos). Claro, con poco trabajo y mucha prebenda, la carne parlamentaria –débil ya de fábrica- se entrega al fragor báquico para ir matando el tiempo (qué otra cosa puede hacer el sufrido diputado, ¡háganse cargo, por favores!).
La sociedad permanece callada, quizá amordazada; también hastiada. Pero, ojo, el Pepito húngaro ha dimitido, se ha ido a su puñetera casa. Aquí, que ocurre parecido pues son todos muy allegados, nadie dimite. Un enigma.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión