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Imagen de archivo del Parlamento Andaluz IDEAL

La razón del escepticismo

En la vida, en la democracia, tenemos siempre que hacer frente a problemas nuevos sin que nadie esté en posesión de la verdad absoluta.

Alfredo Ybarra

Jaén

Miércoles, 19 de marzo 2025, 09:39

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Son tantos los que se llaman a sí mismos sabios sin tener ninguna duda, sin interrogarse, sin bracear en las procelosas aguas de la incertidumbre, ... que me cuesta distinguir entre el extenso humo de la insensatez la indócil levadura de mis venas, el temblor de mi pensamiento, el incierto sentido de la razón de las cosas. Por todas partes se erizan los arrogantes, los dogmáticos no admiten nada por encima de sus certezas absolutas. En política muchos de sus representantes han olvidado la relación inherente que existe entre ética y política, algo que Aristóteles señaló y que dice que la política, en su sentido saludable, requiere estar dotada y fortalecida por ciertas cualidades que la formación y la cultura contribuyen a desplegar, en particular, todo lo que encierra la idea del hombre bueno y la adquisición de las virtudes. En la nueva lógica política marcada por la confrontación y el maniqueísmo, no existe una realidad verificable y juiciosa. La razón la tienen los más poderosos. Lo que importa ya no es la verdad sino el impacto, el triunfo de lo visceral o de lo más simple sobre la complejidad de lo real.

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