El pueblo de la Alpujarra granadina que vuelve a celebrar la Navidad con su nuevo bar
La reapertura del único bar de la localidad asegura las principales fiestas navideñas en Yátor y permitirá a los vecinos llevar a cabo el cotillón sin tener que desplazarse hasta otros territorios
La Navidad ha regresado a Yátor. Los vecinos de este pequeño pueblo de la Alpujarra de Granada no tendrán que volver a salir más allá ... de sus fronteras para irse de cotillón. Las gracias se las deben y se las dan religiosamente cada día a Noelia y Kevin, dos hosteleros que dejaron atrás su vida en Cataluña para asentarse en la localidad y reabrir su único bar. El 'corazón' de Yátor que vuelve a latir al son de los villancicos entre mantecados y brindis de anís.
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La plaza San Sebastián luce preciosa en estas fechas. Tras superar la Plaza Mayor y su emblemático castaño, el gran árbol navideño compuesto por pascueros da la bienvenida a los yateros y a los escasos turistas que pasan por el pueblo en su ruta por la Alpujarra. De allí para allá va Noelia con una carretilla a media mañana. Es la propietaria del Torrejón, el único bar abierto. Desde su llegada se ha convertido en la vecina más querida. Es lo que tiene custodiar la cerveza en el pueblo día sí, día también.
«Los vecinos de Yátor nos han hecho la adaptación muy sencilla. Tanto a mí, como a mi familia nos han acogido genial desde el primer día. No tenían ningún lugar donde poder tomar algo y hacer vida juntos, algo que hemos solucionado con el bar. Están muy contentos y nos dicen que les encanta venir a tapear», detalla la propia Noelia Ortega a IDEAL con un acento poco alpujarreño. La hostelera de 34 años llegó al municipio en mayo de 2022 procedente de Cataluña. Como otros tantos, su familia abandonó Andalucía en el pasado en busca de trabajo en el norte de España.
«Mis padres son de Yátor. Tengo muy buen recuerdo de todos los veranos que pasábamos aquí cuando era niña. Lo echaba de menos. Esa sensación me hizo ver que era la localidad perfecta para criar a mis hijos. Disponía de una vida estable en Lloret de Mar, una ciudad de la Costa Brava, pero necesitaba volver para dedicarle más tiempo a la familia», justifica. Dicho y hecho. Noelia ha hallado en Yátor el ansiado paraíso que buscaba en pro de la conciliación. Tranquilidad, comodidad o calidad son palabras que salen de su boca al repasar su nuevo presente. Un oasis en mitad de la Alpujarra tras años de gentrificación cosmopolita y turismo masificado.
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El corazón de Yátor
Esta Navidad Yátor volverá a festejar las fiestas por todo lo alto. Tras años desplazándose hasta otros municipios, el bar de Noelia y su marido Kevin prestará servicio durante la 'tardevieja', así como el cotillón del 31 de diciembre. Ya lo hizo también en Nochebuena. «Son días señalados y nos gusta celebrarlos juntos. Otros años no teníamos un sitio fijo y cada uno se iba a donde quería. Ahora nos reuniremos en el bar de la plaza, que nos ha devuelto la vida. Así evitamos coger el coche y otros problemas», explica Eduardo, un agricultor en su pausa laboral que lleva toda la vida en el pueblo.
El goteo de clientes es constante en el Torrejón. Se toman su cerveza, con su tapa correspondiente, charlan con los presentes y de nuevo al tajo. Una vida que transcurre a menor velocidad que en las grandes ciudades. Una vida donde el bar de Noelia supone el principal punto neurálgico de Yátor. Lo pone en valor Mark, un inglés que disfruta la tercera edad en una finca con olivos y almendros. «Es un establecimiento familiar. Antes disponíamos de una taberna a la que solo asistían los hombres a beber. Ahora por la mañana tienes a mujeres mayores desayunando, tapas de calidad... La labor de Noelia es importantísima. El bar es el corazón del pueblo», destaca. Un corazón que late sano a las faldas de Sierra Nevada.
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