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Los mossos atrapados en el Parlamento consiguen salir tras recibir refuerzos. Marcel-li Saenz.
Torra y los Mossos desvinculan a los CDR del intento de asalto al 'Parlament'

Torra y los Mossos desvinculan a los CDR del intento de asalto al 'Parlament'

El president habla de «hechos aislados» y el director del cuerpo niega que hubiera órdenes políticas para que el despliegue fuera mínimo

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Miércoles, 3 de octubre 2018, 00:36

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Fueron solo «unos hechos aislados que no son representativos», en palabras de Quim Torra. Acciones de «pequeños grupúsculos violentos» de «radicales con actitud de confrontación», según los Mossos d'Esquadra. O más bien según la versión de su director, Andreu Martínez.

Ni rastro de los Comités de Defensa de la República (CDR) en el discurso oficial del Govern, de su presidente o de los responsables políticos de la policía catalana sobre lo ocurrido la noche del lunes a las puertas del 'Parlament'. Los CDR, a los que Torra había alentado a «empujar» solo horas antes del intento de asalto, no fueron señalados en ningún momento por la Generalitat. Es más, fueron directamente exculpados a pesar de que hasta ese momento habían protagonizado una veintena de incidentes, más o menos violentos, por toda Cataluña.

Andreu Martínez ayer insistió en que el despliegue de los agentes fue el correcto, no obstante el hecho de que los policías se vieron claramente desbordados, hasta el punto de que los radicales estuvieron muy cerca de derribar la puerta de entrada de la cámara e irrumpir en la sede.

Martínez compareció acompañado únicamente del portavoz de los Mossos, Albert Oliva, para negar las acusaciones de «improvisación» y «permisividad» vertidas por los principales sindicatos del cuerpo y algún alto responsable policial. La ausencia en la comparecencia del comisario jefe de la policía catalana, Miquel Esquius, llamó poderosamente la atención desde el primer momento. «El director general es suficientemente representativo de todo el cuerpo», quiso zanjar.

El consejero comparecerá para explicar el asedio

El consejero de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, comparecerá ante el Parlamento catalán a petición propia para explicar la actuación de los Mossos d'Esquadra durante el intento de asalto a la sede. Buch, según fuentes del Govern, defenderá, en línea con el director del cuerpo, que el operativo policial era el adecuado y que no hubo interferencias políticas. La oposición reclamó la dimisión de Buch, cuestionado también por la propia CUP, que vienen desde hace semanas reprobándole cada vez que los Mossos se ven obligados a dispersar a independentistas.

Pero no lo logró, sobre todo porque la polémica siguió creciendo durante todo el día, máxime cuando Torra, durante su discurso en el debate de política general, no solo evitó la condena del intento de asalto a la sede, sino que no mostró oficialmente su apoyo al cuerpo autonómico. El único 'guiño' del 'president' a los policías de su administración fue, al menos, no criticar en público las cargas.

Al margen de ello, el director de los Mossos también se esmeró en no irritar a los CDR. «A las 21.38 hay la desconvocatoria de las acciones instadas, promovidas y organizadas por los CDR y es en ese momento cuando empiezan a producirse los altercados», dijo en varias ocasiones Martínez, quién no quiso a entrar a valorar si las palabras de aliento del 'president' a los comités pudieron servir para empoderar aún más a los radicales.

Solo 20 policías

Según fuentes policiales, el perímetro del 'Parlament' solo estaba custodiado por una veintena de mossos, muchos de ellos simples agentes de seguridad ciudadana (sin material ni formación antidisturbios), que terminaron sobrepasados poco antes de las 10 de la noche por varios centenares de manifestantes, quienes, tras romper el cordón policial, obligaron a los funcionarios a buscar refugio dentro del edificio.

A pesar de ello, Martínez insistió en que «había la capacidad de intervenir necesaria» y que, en modo alguno, hubo improvisación ni órdenes políticas para que el despliegue policial fuese mínimo a fin de no contrariar a los convocantes de la marcha de la tarde del lunes que reunió a 180.000 personas.

La realidad es que la dirección del cuerpo solo activó a cuatro de las seis unidades de la Brigada Móvil (Brimo, antidisturbios), dejando en casa a cerca de 150 de los 500 funcionarios de ese departamento, a pesar de que había convocadas más de un centenar de manifestaciones, acciones y protestas el 1-O por toda Cataluña.

Según el máximo responsable político del cuerpo, no hubo desbordamiento en el Parlament porque los agentes no huyeron al interior del edificio al temer por su propia seguridad, sino que fue «una táctica policial» a la espera de que los refuerzos despejaran la zona una hora después. Pero lo cierto es que 32 mossos resultaron heridos, 20 en los forcejeos en los alrededores de la cámara.

Andreu Martínez se enrocó, y al margen de no hacer autocrítica, también negó que el Govern influyera en la decisión de que, por primera vez ante una manifestación que ya se presumía multitudinaria, no se cerrara el 'Parc de la Ciutadella'. Todo, según él fueron, «decisiones operativas», en las que no intervinieron los políticos. Era -explicó- una manifestación de carácter «pacífico y democrático» por lo que no se creyó necesario blindar el parque.

Diferentes fuentes explicaron que, aunque Interior hubiese querido cerrar el parque, no había efectivos suficientes para acordonar todo el área. Es más, los Mossos, antes de los altercados del Parlament, ya habían debido pedir refuerzos para dispersar el 'asedio' a la Jefatura de Policía de vía Laietana. Una operación de limpieza que hubo que improvisar también y que, a su vez, retrasó el apoyo a los policías aislados en el Parlament.

Los comités sacan pecho de los altercados de la Ciutadella

Los Comités de Defensa de la República (CDR) en ningún momento de la noche del lunes llamaron de forma oficial, al menos a través de sus canales de comunicación y redes sociales, a participar en el asalto del Parlament. Es más, en algunos casos algunos de estos comités, que durante la jornada habían pedido 'refuerzos' para sus «acciones sorpresa» en Barcelona (corte de calles o el encadenamiento en la sede de la Bolsa) hicieron llamamientos para que sus activistas que habían participado en la manifestación conmemorativa del 1-O, abandonaran la zona y volvieran a casa.

Sin embargo, varios CDR, entre ellos los más críticos con el Govern de Quim Torra, celebraron ayer como éxito propio el asedio del Parlament. Tanto a través de sus canales abiertos como en grupos de mensajería, monitorizados por las fuerzas de seguridad.

El CDR de la Sagrera Navas, uno de los más activos y que tiene en sus canales de comunicación a más de 800 activistas, llamó ayer a una «asamblea abierta» para el próximo jueves con el lema «la República no se construye sola» y una gran fotografía de los manifestantes asediando la cámara legislativa catalana en los momentos de mayor tensión de la noche.

«Voz del pueblo»

Más explícito fue el CDR del Barrio Gótico-Raval de Barcelona, otro de los colectivos de la ciudad más numeroso y que el 1-O, junto a los grupos de Gracia, estuvo especialmente implicado en varias de las acciones de protesta. «Ya sea en las calles o en las puertas del Parlamento, ayer (por el lunes) se oyó la voz de un pueblo que, por mucho que nos criminalicen y por mucho que nos mareen con retóricas vacías, seguimos determinados a alcanzar la independencia y proclamar la República», arengó este comité orgulloso del asedio.

Los servicios de información de los Mossos apuntan a que el intento de asalto de la cámara no fue una acción programada o coordinada por ningún CDR, no obstante están convencidos de que buena parte de los radicales que lograron romper el frágil cordón policial y que luego trataron de irrumpir en el interior del edificio militan o son simpatizantes de algunos de los comités de Barcelona que se han mostrado más beligerantes con el Govern. Los investigadores señalan a miembros de varios comités controlados por Arran, las juventudes de la CUP. No obstante, hasta ahora no ha habido un solo detenido por los sucesos de la Ciutadella.

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