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Sánchez en la primera sesión de control al Gobierno de 2023 EFE / EP

Sánchez antepone reformar el 'solo sí es sí' incluso con el PP a la unidad con Podemos

Los ritmos del Congreso abocan a la celebración del debate de toma en consideración en la semana del 8-M

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Miércoles, 8 de febrero 2023, 20:13

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«Importa el qué no el con quién». El portavoz del grupo parlamentario socialista, Patxi López, aseguró el pasado lunes que su partido no negociaría con el PP la proposición de ley registrada contra el criterio de Podemos para corregir la ley del 'solo sí es sí' y volver a distinguir entre actos sexuales no consentidos con violencia e intimidación    o sin ella. Pero fuentes del Gobierno y de la dirección del PSOE matizan esa postura. Pedro Sánchez asumió hace un par de semanas que no podía permitirse ignorar un día más la «alarma social» provocada por los centenares de rebajas de condenas por agresión sexual producidas desde la entrada en vigor de la norma, el pasado 7 de octubre, y ya nada le frenará. Tampoco la posición de sus socios.

Los socialistas aún aspiran a convencer a los aliados del bloque de investidura de que la «solución técnica» diseñada por el Ministerio de Justicia para que los jueces vuelvan a aplicar las penas previas a la unificación de los delitos de agresión y abuso sexual, una de las claves de la ley del 'solo sí es sí', es insoslayable, pero no lo tendrán fácil. La mayoría de ellos ya advirtieron el martes de que no querían tener que elegir entre lo que plantea el PSOE y lo que defiende Podemos (que la propuesta socialista dinamita de facto la ley e implica volver al «calvario probatorio» en el que las mujeres se ven obligadas a demostrar, con las «marcas de su cuerpo», que no consintieron).

El portavoz de ERC , Gabriel Rufíán, incluso defendió que cualquier reforma tendría que contar con el visto bueno de Igualdad. En el PSOE, sin embargo, consideran que esa fase pasó. La negociación está ya en el Congreso y la pilotarán la vicesecrataria general del partido, María Jesús Montero, y el ministro de Presidencia Félix Bolaños que, de momento, no han hablado con Podemos. Fuentes socialistas dan por descontado, de hecho, que no contarán con el apoyo de los morados en el primero de los debates que debe sortear su propuesta, el de la toma en consideración.

La secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, aseguró este miércoles, en ese sentido, que su intención es «trabajar para el acuerdo», pero también insistió en que su formación va a ser «muy firme» para evitar el retroceso que, a su juicio, implica el texto de sus socios de coalición. «Es importante entender que las mujeres no peleamos un cambio de nombre, no peleamos que todo se llamara agresión sexual. Peleamos por que se cambiara la mirada de los jueces que juzgan estos casos; en este caso, el foco no puede estar en si la víctima se resistió o no, sino en si consintió o no», esgrimió.

Con estas cartas sobre la mesa, la posibilidad de que Sánchez tenga que recurrir al PP para salvar una iniciativa que, por otro lado, se asemeja mucho a la planteada en diciembre por el primer partido de la oposición, resulta cada vez más verosímil. El presidente del Gobierno ignoró ayer la mano tendida pero cargada de bilis de la portavoz parlamentaria popular, Cuca Gamarra, en la sesión de control al Gobierno. La también secretaria general del PP acusó al jefe del Ejecutivo de sectario y aseveró que si ahora rectifica no es porque piense en las mujeres, sino porque ve peligrar el cargo. Y Sánchez replicó que él siempre «da la cara» y asume sus responsabilidades, no como Alberto Núñez Feijóo, del que dijo que se apoya en Vox para «tirar la piedra y esconder la mano».

Inquietud social

Sin embargo, más allá de los juegos dialécticos, los dos grandes partidos coinciden en que la sociedad demanda que, en casos tan sensibles, la política actúe ya.    En el entorno de Feijóo aseguran que si la propuesta de Justicia da «seguridad jurídica», serán «coherentes» y votarán a favor. Y en el ala socialista del Gobierno remarcan que no tienen «ningún miedo» a ese apoyo. «Nuestro problema no está aquí dentro –remarcaba este miércoles en los pasillos del Congreso una alta dirigente socialista en referencia a la relación con sus socios–, nuestro problema está fuera. Y en la calle esto genera una enorme inquietud».

A estas alturas de la partida, Sánchez tiene claro que el coste de no reformar la ley, aunque sea con su antagonista político, superaría al que tendría permanecer de brazos cruzados para evitar el cisma en la coalición de Gobierno a poco más de tres meses para las autonómicas y municipales. Y eso a pesar de que se dan todos los elementos para que de aquí a los comicios del 28 de mayo la herida del 'sí es sí' siga abierta en canal.

Si nadie maniobra para evitarlo (forzando por ejemplo la celebración de dos plenos en una semana, como ocurrió con la reforma exprés de la sedición y la malversación), el debate de toma en consideración de la propuesta socialista tendrá lugar la misma semana del 8 de marzo, lo que garantiza otro Día de la Mujer a la gresca. La tramitación puede alargarse después entre uno y dos meses. Con todo, tanto el PSOE como Podemos siguen sin contemplar una ruptura de la coalición. Belarra llegó a argumentar este miércoles que esta crisis es solo «un ejemplo más» de la «tensión» que «ya se ha ido viendo toda la legislatura».

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