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Grande-Marlaska. EFE
Marlaska quiere aprobar a principios de 2019 el fin de las concertinas en Ceuta y Melilla

Marlaska quiere aprobar a principios de 2019 el fin de las concertinas en Ceuta y Melilla

El proyecto de «frontera inteligente» elegido se basa en la 'detección temprana' de las avalanchas con cámaras térmicas de largo alcance

Viernes, 7 de diciembre 2018, 23:46

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Fernando Grande-Marlaska tiene intención de cumplir a principios de 2019 la promesa solemne que hizo al poco de tomar posesión el pasado junio: eliminar las concertinas que coronan las vallas de Ceuta y Melilla y que provocan profundos cortes a los inmigrantes que tratan de saltar los perímetros.

Según han revelado fuentes de su departamento, el ministro del Interior quiere llevar a uno de los Consejos de Ministros del próximo enero o febrero el proyecto de «remodelación integral» de las fronteras de las dos ciudades autónomas, que incluye la desaparición de las cuchillas en el vallado.

La idea de Grande-Marlaska es, tras el visto bueno del Gobierno, comenzar la instalación de las nuevas medidas de contención en el primer trimestre de 2019. El proyecto que tiene sobre la mesa el ministro es un despliegue paulatino del nuevo sistema. Por ello, para probar su eficacia, va a comenzar a ser instalado en sendos tramos de dos o tres kilómetros de los dos perímetros. Serán zonas -explican técnicos del proyecto- de «saltos habituales» en el pasado. El Ministerio del Interior, que ha tenido sobre su mesa tres proyectos diferentes para retirar las concertinas sin mermar la seguridad de los dos perímetros, sigue manteniendo en secreto las características específicas del nuevo sistema de «frontera inteligente».

No obstante, el propio Grande-Marlaska reveló el pasado jueves en una conversación informal con periodistas durante las celebraciones del aniversario de la Constitución, que el proyecto, además de suponer la elevación del vallado en algunos tramos (los perímetros tienen una altura media ya de seis metros), va a pivotar en la 'detección temprana' de las posibles avalanchas de inmigrantes, uno de los puntos claves según denunciaron los mandos policiales. El proyecto elegido se basa en un fuerte despliegue de cámaras térmicas de «largo alcance» para poder anticiparse a los movimientos masivos de los 'sin papeles' en el lado marroquí antes de que lleguen a las inmediaciones de los vallados, a fin de reforzar con protección móvil (agentes) en las zonas que van a ser vulneradas por la fuerza. Interior está pendiente todavía de un último informe que se ha encargado a una empresa pública para dar luz verde y enviar el proyecto a la aprobación del Consejo de Ministros.

Una quimera

La retirada de las concertinas, medida apoyada por las fuerzas de seguridad, ha sido una quimera en los últimos tres lustros. Idénticos anuncios los hicieron los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy. Los dos ejecutivos, el primero en 2005 y el segundo en 2013, colocaron concertinas en plenas crisis migratorias para luego retirarlas, en el caso de Zapatero, dos años después cuando bajó la presión.

Los dos gobiernos anteriores aseguraron haber encontrado los sustitutos perfectos a las cuchillas. Se gastaron millones de euros en patentes y sistemas que se mostraron ineficaces. Tan ineficaces, como las propias concertinas. Desde hace trece años, la búsqueda de un sistema menos lesivo y más eficaz que las cuchillas ha sido un auténtico fracaso. Ahora, el departamento de Grande-Marlaska cree haber resuelto el problema.

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