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Pitillos para entubar encontrados en la fábrica clandestina de tabaco. Guardia Civil

Localizan en Málaga una fábrica clandestina de tabaco subterránea

La intervención de la Guardia Civil evitó que cuatro de los operarios murieran asfixiados | El búnker, oculto bajo un contenedor en una cuadra de caballos, tenía un circuito de aire que había dejado de funcionar tras la detención de los jefes de la red de contrabando

Juan Cano y Álvaro frías

Málaga

Jueves, 20 de febrero 2020, 11:50

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Sabían que estaba allí, en aquella finca del término municipal de Monda, un pequeño pueblo (2.500 habitantes) del malagueño Valle del Guadalhorce. Sabían que estaba allí, en aquella finca, pero no podía verla. Porque allí solo había una cuadra de caballos. Las investigaciones de la UCO (Unidad Central Operativa, el grupo de élite de la Guardia Civil) situaban en aquellos terrenos una fábrica clandestina de tabaco de contrabando. No se equivocaban, solo que esta vez iba a ser más difícil que las anteriores: las instalaciones estaban bajo tierra. Es la primera vez que se localiza una fábrica de estas características ('undergound') en toda Europa, con capacidad de producir 3.500 cigarrillos a la hora.

Por eso los agentes no lograban ver nada. Ni escuchar. Y todo ello pese a que, bajo sus pies, a cuatro metros de profundidad, seis hombres golpeaban sin parar las paredes del búnker pidiendo auxilio. Eran los trabajadores, que se estaban asfixiando por la falta de oxígeno. El sistema de ventilación de la fábrica, como comprobarían después los investigadores, funcionaba con un generador alimentado con gasoil que había que reponer a diario. Pero el día de la redada, con los cabecillas de la banda ya detenidos, nadie lo hizo.

Tampoco nadie podía oírlos. Las paredes del búnker estaban insonorizadas, precisamente para que no trascendiera el ruido de la maquinaria y, con él, la verdadera actividad que se estaba llevando a cabo en aquel picadero de caballos, que no era más que una tapadera. La fábrica, que era también su casa (tenía literas y cocina), se iba a convertir en su tumba.

A los agentes les llamó la atención la frialdad de los cabecillas de la organización, quienes, ya estando detenidos, y sabiendo que el generador debía de haberse apagado por la falta de combustible, no dijeron nada del lugar donde se encontraba el acceso a la fábrica, aun a riesgo de que sus seis trabajadores murieran asfixiados en aquel búnker. Los investigadores resaltan que, si no hubieran localizado la entrada a tiempo, la falta de oxígeno habría hecho que las instalaciones subterráneas «fueran incompatibles» para la vida de los trabajadores, puesto que el circuito cerrado que les suministraba aire ya se había parado.

Maquinaria para hacer los cigarrillos.
Maquinaria para hacer los cigarrillos. Guardia Civil.

En la parcela había un contenedor marítimo de gran tonelaje que, como en otras tantas fincas, suele usarse como casa de aperos para guardar útiles y herramientas de labor. Después de 16 horas de búsqueda, los agentes probaron a empujar aquel contenedor -hacía falta maquinaria pesada para moverlo- y, por fin, quedó al descubierto la entrada a la fábrica clandestina de tabaco, a la que se accedía además con un montacargas.

Tabaco, hachís y marihuana

Inmediatamente, rescataron a los seis trabajadores, todos de origen ucraniano, que vivían allí abajo en «condiciones insalubres», como pudieron comprobar los agentes de la UCO. Su contacto con el exterior «era nulo». Estaban «totalmente encerrados y abandonados a su suerte« debido a la detención -esa misma mañana- de sus jefes, que no informaron a los guardias civiles de las circunstancias en las que se encontraban sus empleados.

La operación, que fue bautizada con el nombre de 'Hannibal', se saldó con 20 arrestados y 13 registros domiciliarios en los que se intervinieron 153.000 cajetillas de tabaco listas para su venta y 17.600 kilos de picadura de tabaco, además de 20 kilos de hachís y 144 de marihuana.

Alijo intervenido.
Alijo intervenido. Guardia Civil

La organización estaba formada principalmente por ciudadanos británicos. Uno de los cabecillas era D. D., de 30 años, que estaba huido de las autoridades inglesas al no regresar a prisión tras un permiso penitenciario. Otro de los arrestados, A. R. de nacionalidad lituana, también figuraba como huido de la justicia por las autoridades de su país por delitos relacionados con el contrabando.

La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Coín, que ha coordinado la investigación policial, ha enviado a prisión a 12 de los 20 detenidos en la redada, en la que también han participado agentes de unidades especializadas de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga, así como el Grupo de Acción Rápida (GAR).

Dormitorio bajo tierra de los trabajadores clandestinos.
Dormitorio bajo tierra de los trabajadores clandestinos. Guardia Civil.

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