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Aragonès comparece ante la Comidión de Economía del Parlament. EFE
La Generalitat llevará al Gobierno a los tribunales por falta de financiación

La Generalitat llevará al Gobierno a los tribunales por falta de financiación

Aragonès se topa con el rechazo de otros ejecutivos autonómicos a compartir la aventura judicial

Nuria Vega

Madrid

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Miércoles, 21 de agosto 2019, 22:00

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La Generalitat se ha propuesto llevar al Gobierno de Pedro Sánchez a los tribunales por el impago, tras el fracaso de los Presupuestos Generales del Estado, de 874 millones de euros de anticipos correspondientes a 2019. El vicepresidente catalán, Pere Aragonès, anunció este miércoles su intención de presentar un recurso contencioso-administrativo y denunciar el incumplimiento de la ley de financiación. Una causa a la que anima a sumarse ahora al resto de comunidades autónomas, afectadas, como Cataluña, por la situación de interinidad.

En realidad, Aragonès comparecía en el Parlamento autonómico, a petición de los socialistas y los comunes, para explicar el cierre de caja de la Generalitat este verano y cómo ejecutará el consecuente recorte del 6% del gasto de las empresas públicas. Una situación que atribuyó, fundamentalmente, al «ahogo» por el bloqueo de los recursos del Estado. «Son nuestros -reivindicó-, de los ciudadanos de Cataluña, nos corresponden por ley y se están reteniendo de forma irregular desde nuestro punto de vista».

En los últimos meses, Cataluña y Galicia han sido dos de las autonomías que más han demandado una salida a la situación financiera. La actualización de las entregas a cuenta prevista en los Presupuestos de 2019 quedó en el aire y, tras la prórroga del proyecto de Mariano Rajoy, las comunidades han continuado con la misma cuantía de 2018.

El mes pasado, sin embargo, el Ministerio de Hacienda aseguró haber encontrado una fórmula legal, junto a la Abogacía del Estado, para desligar los anticipos de la aprobación de unas nuevas cuentas. Pero, en todo caso, condicionó la transferencia a la constitución de un Gobierno bajo la premisa de que un Ejecutivo en funciones tiene limitada su capacidad de actuación a cuestiones urgentes.

El mensaje sumó un nuevo elemento de presión para el desbloqueo de la investidura. «Las comunidades saben de mi sensibilidad, yo tengo claro que son las que desarrollan las políticas que afectan al bienestar de los ciudadanos y que es urgente actualizar sus entregas a cuenta, pero eso no lo puede hacer un Gobierno en funciones», instó en julio la titular de Hacienda, María Jesús Montero, a la reflexión.

Los cálculos

Los anticipos que el Gobierno tiene pendiente liberar a las comunidades autónomas ascienden a 5.000 millones de euros. En las cuentas de Aragonès, sin embargo, también figuran los recursos procedentes de un cambio en la normativa contable del IVA. Así que según sus cálculos, a Cataluña no se le han pagado 1.317 millones. «Pediré -avanzó este miércoles- que se haga efectiva la transferencia de un dinero que ya se ha recaudado y que está en la caja del Gobierno central».

No obtuvo una respuesta favorable. Desde Hacienda se recordó que las fuerzas independentistas bloquearon los Presupuestos que contenían esa revisión al alza. Y, mientras la provisionalidad no se resuelva, el Gobierno se atiene al informe de la Abogacía del Estado.

Tampoco los ejecutivos autonómicos que este miércoles se pronunciaron mostraron interés en acompañar a la Generalitat en su aventura judicial. Los barones socialistas dieron un portazo a la oferta de compartir la demanda. «No sé si es la vía correcta», sostuvo el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, que apostó por «el diálogo» en busca de una solución y no por el «partidismo y la confrontación». Mientras tanto, el máximo representante de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández de Vara, escribió en Twitter: «Estimado vicepresidente de Cataluña, no cuente con nosotros para 'rebeliones'. Sí para construir un futuro juntos».

Más de lo mismo desde la Región de Murcia, gobernada por PP y Ciudadanos. El Ejecutivo de Fernando López Miras rechazó sumarse a la propuesta, pese a salir en defensa de una reforma «urgente» del sistema de financiación.

Sí encontró Aragonès cierta complicidad en Junts per Catalunya. La portavoz adjunta en el Congreso, Miriam Nogueras, respaldó la iniciativa. Pero, dicho esto, reclamó coherencia a los socios de Esquerra para sostener esa actitud también en la Cámara baja y votar no a una hipotética investidura de Pedro Sánchez.

Sànchez pide a ERC no usar el fallo del 1-O para hacer política partidista

La respuesta del independentismo a la sentencia del 'procés' divide a los dirigentes presos. Mientas el líder de Esquerra, Oriol Junqueras no descarta que el fallo judicial haga saltar por los aires el Ejecutivo de Quim Torra, el diputado de JxCat, Jordi Sànchez, no es partidario de supeditar un adelanto electoral en Cataluña con la sentencia que, previsiblemente, se conocerá a finales de septiembre. «Son ganas de hacernos comulgar con ruedas de molino», aseguró este miércoles el exlíder de la ANC.

En una entrevista concedida a Europa Press, Sánchez reclamó a Junqueras no hacer «política de partido» con esta cuestión porque puede evidenciar que actúan «empujados por los vientos electorales favorables». En este sentido, el diputado suspendido en el Congreso pide a sus antiguos socios de Gobierno que concreten «qué harían después de la elecciones que no puedan hacer ahora», ya que no entiende por qué una respuesta al fallo del Supremo debe pasar por sacar las urnas a la calle cuando ya hay una mayoría parlamentaria, de como mínimo 80 escaños, contraria a una sentencia condenatoria. «Un avance electoral cuando no se ha llegado a la mitad de la legislatura debe estar justificado por algo más que por las legítimas ansias de llegar cuanto antes a la Presidencia de la Generalitat», defendió.

Sànchez reflexiona también durante la entrevista sobre las diferencias que existen actualemnete entre JxCat y Esquerra. En su opinión, se trata de «daños colaterales» ante la ausencia de unidad alentada por la rivalidad electoral, que obliga a marcar constantemente diferencias, lo que «contamina cualquier espacio de relación».

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