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Albert Rivera (i), Pablo Casado (c) y Andrea Levy. Ballesteros (Efe)

Casado y Rivera pugnan por la aplicación del 155 más duro en Cataluña

El constitucionalismo conmemora la primera gran manifestación contra el independentismo de hace un año en Barcelona

Cristian Reino

Barcelona

Lunes, 8 de octubre 2018, 00:03

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La derecha ha encontrado en la cuestión catalana y en particular en el independentismo su principal argumento de oposición contra el Gobierno de Pedro Sánchez, cuya llegada a la Moncloa fue posible gracias a Esquerra y el PDeCAT. Enfrascados en la batalla sin cuartel al soberanismo, el que el Partido Popular (PP) y Ciudadanos libran además una batalla particular entre ellos y con la mirada en el retrovisor por el ascenso de Vox. Pablo Casado y Albert Rivera se disputan ante el electorado más conservador por ser el más firme defensor de volver a aplicar el artículo 155 en Cataluña.

Los líderes del PP y Ciudadanos pugnan casi a diario en una competición para ver quién consigue ser el más contundente contra el independentismo, con los ojos puesto en sus electorados más identitarios y precoupados por la unidad de España y pensando además en el desgaste del presidente del Gobierno, que insiste en sentarse hablar con Quim Torra para reconducir la crisis catalana y darle una salida dialogada.

«Hay que poner orden en Cataluña» y que el «Estado vuelva a recuperar el control en Cataluña», avisó este domingo Pablo Casado en Albacete, en la clausura del congreso extraordinario del PP de Castilla-La Mancha. El líder popular abogó por la aplicación «urgente» del 155 y «con la duración que haga falta». Este extremo sería hoy posible, según el líder de los populares, gracias a la mayoría absoluta que su partido tiene ya en el Senado o si no tras las elecciones generales. El PP, dijo, pondrá en marcha el 155 sin esperar al PSOE y Ciudadanos.

La intervención de la autonomía, aplicada hace casi un año en Cataluña por primera vez desde la aprobación de la Constitución, sería en esta ocasión más dura que la del año pasado e implicaría también la suspensión de las competencias catalanas en educación, el control de los Mossos, de TV-3 y la asunción por parte de la administración central de las competencias penitenciarias que tiene asignadas la Generalitat. El año pasado, el 155 «se activó sólo para convocar elecciones por la exigencia de Ciudadanos y sin ocupar estas competencias porque así lo pidió e PSOE», denunció el líder del PP sin recordar que quien lo puso en marcha fue Mariano Rajoy, en su momento Casado no levantó la voz para reclamar más rigor en la intervención de la Generalitat de Cataluña.

Abandono a los constitucionalistas

Rivera, entretanto, participó en la concentración 'No a la violencia; sí a la Constitución' de la plataforma España Ciudadana, próxima a su partido, e instó al presidente del Gobierno a pulsar el botón rojo del 155. «No se puede gobernar España con quien quiere romperla», afirmó. También pidió la máxima contundencia contra los secesionistas. Para el líder de Ciudadanos, son falaces los argumentos del Gobierno de que el Ejecutivo de Quim Torra aún no ha cruzado la línea roja de la desobediencia y que no se dan las circunstancias para aplicar el 155 solo por declaraciones retóricas. «Ante un golpe separatista continuado en el tiempo, hemos visto cómo el Gobierno de España ni está ni se le espera. Sánchez todavía no ha dicho esta boca es mía y ha abandonado a los catalanes constitucionalistas», remató.

Rivera protagonizó un mitin en la plaza Sant Jaume, con la Generalitat a sus espaldas y ante un millar de personas, para conmemorar la manifestación que los contrarios a la independencia celebraron en el centro de Barcelona el 8 de octubre del año pasado, una semana después del 1-O, y a la que acudieron entre 350.000 y un millón de personas. Por primera vez, el constitucionalismo rompió la hegemonía independentista en la calle e hizo visible a la otra mitad de Cataluña.

Los contrarios a la secesión celebraron este domingo esa efeméride, pero escenificaron que también en el bando antisoberanista hay división. Rivera actuó en solitario, un protagonismo fue criticado por el PP. Populares, liberales y socialistas participaron, no obstante, en el acto que organizó Sociedad Civil Catalana en Barcelona con el mismo objetivo conmemorativo.

El presidente de esta entidad antisecesionista pidió la dimisión de Quim Torra y avisó al presidente de la Generalitat de que organizarán una nueva manifestación como la del año pasado si tiene la «ocurrencia de saltarse la ley».

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