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Cabalgata de Reyes, Granada. Hace mucho tiempo...
Los Reyes Magos son los abuelos
opinión

Los Reyes Magos son los abuelos

El truco, se preguntarán, está en que mientras todos miran a los padres o a los tíos o a los hermanos o a los amigos o a cualquier otro paje que se precie, ellos caminan de puntillas por el pasillo para que la cena esté caliente, el brasero encendido, las sábanas limpias, los juguetes en su sitio

José E. Cabrero

Martes, 5 de enero 2016, 13:46

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Los buenos magos aprenden a utilizar la magia el mismo día que descubren que no existe. Donde otros ven trucos, ellos vislumbran el proceso alquímico que transforma el juego de manos en sonrisa infinita. Porque los buenos magos, antes de magos, fueron niños. De hecho, probablemente sigan siendo niños en lo más profundo y sincero de su ser. Son buenos magos incluso aquellos que peinan canas, cubren calvas, masajean articulaciones, entornan vistas cansadas, toman tensiones para desayunar y beben pastillas para el corazón.

Bueno.

Sobre todo ellos.

Ellos son los magos de verdad: los abuelos.

Si tienen la suerte de contar en su familia con un abuelo entrañable o una abuela cariñosa, ya sabrán por qué. Ellos, sin lugar a duda, gestionan las emociones del hogar, cargan penas invisibles para el resto y generan a su alrededor un efecto chimenea que perdura en la calle más fría de la más fría de las ciudades. Y no lo hacen sólo en la noche del 5 de enero. Su magia pervive todo el mes. Todo el año. Todos los días del calendario.

El truco, se preguntarán, está en que mientras todos miran a los padres o a los tíos o a los hermanos o a los amigos o a cualquier otro paje que se precie, ellos caminan de puntillas por el pasillo para que la cena esté caliente, el brasero encendido, las sábanas limpias, los juguetes en su sitio. Ellos recogen a los niños de la guardería y los llevan al colegio; preparan los huevos fritos del domingo y las tostadas del lunes; llaman por teléfono en el cumpleaños y envían whatsapps -sí, también whatsapps- a cada rato.

Paseando por la hemeroteca del periódico me he encontrado con esta foto, la que tienen más arriba. Una patulea de niños alzando las manos en busca de caramelos, hace muchos años. Muchos. En la cabalgata de Reyes de Granada.

Hay una escena que llamó mi atención: el rostro de un abuelo sonriente que se hunde en la marea de zagales. Lleva en sus hombros a su nieto. Me dio por pensar que ese niño, hoy, podría ser el que lleve a los hijos de sus hijos a la cabalgata. ¿No les parece un truco formidable? ¿No es esto magia?

Fueron niños. Fueron padres. Fueron buenos magos. Pero ahora son los Reyes.

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