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Una de las dos mujeres asesinadas en Lliria.
El presunto homicida de Lliria tenía una orden de alejamiento de 300 metros

El presunto homicida de Lliria tenía una orden de alejamiento de 300 metros

Un juzgado abrió diligencias en abril tras un parte médico de lesiones, que la fallecida explicó como «accidente doméstico»

Mateo Balín

Lunes, 9 de noviembre 2015, 13:50

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El Juzgado de Instrucción número uno de Lliria (Valencia), donde ayer fueron asesinadas Magdalena y Elvira, madre e hija, tras ser tiroteadas en plena calle presuntamente por Lorenzo M. C., expareja de la segunda, ha abierto diligencias de investigación como consecuencia de estas muertes violentas.

Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), el presunto homicida de 40 años ya tenía un procedimiento penal en curso en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número uno de Valencia. La razón era un atestado policial tras una asistencia hospitalaria a Elvira el pasado 5 de abril. Inicialmente, la víctima se negó a declarar, pero en una segunda comparecencia explicó las lesiones como un accidente doméstico y no como una agresión de su pareja.

A pesar de ello, el juez, de acuerdo con la Fiscalía, acordó, en el seno de una causa abierta por maltrato habitual, una orden de alejamiento de 300 metros e incomunicación por cualquier medio. Esta orden, medida cautelar, está aún en vigor y el citado procedimiento está en fase de calificación fiscal para pasar a juicio oral.

El alejamiento, añaden las fuentes del TSJCV, se comunicó oportunamente a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y no existían otros antecedentes entre la pareja. No obstante, Lorenzo M. C. incumplió ayer la orden y presuntamente disparó a bocajarro a Magdalena y Elvira, de 65 y 42 años, respectivamente, a quien acompañaba el hijo de la pareja de cuatro años que resultó ileso.

Ayuda y arresto

Los hechos se produjeron sobre las cinco y media de la tarde, a la altura del número 24 de la calle Valencia de Lliria. Al parecer, y según el testimonio de personas muy próximas a las víctimas, Lorenzo «acababa de regresar de Alicante con el pequeño de cuatro años». Fue a Llíria para entregárselo a su mujer, que vive allí con sus padres tras romper con él «hace unos dos años».

No ha trascendido si se produjo alguna discusión durante ese encuentro de la pareja. «El nene pasaba algunas temporadas con su padre y otras con su madre», describen los familiares. Lo que parece cierto es que Lorenzo se aproximó a las víctimas con un monovolumen Renault Scenic de color verde. Según fuentes policiales citadas por LAS PROVINCIAS, viajaba en compañía de otro hombre.Según testimonio de testigos, el homicida disparó a muy corta distancia y luego huyó. Un vecino que presenció la escena desde su balcón llegó a hablar de una docena de tiros. Al cierre de esta edición, el Equipo de Criminalística de la Guardia Civil trataba de aclarar la cantidad de detonaciones y los impactos que sufrieron las víctimas. A juzgar por los casquillos recuperados todo apunta a que empleó un arma corta, un revólver o pistola.

El sospechoso huyó del lugar a pie, mientras que el hombre que le acompañaba hizo lo propio al volante del turismo. Las mismas fuentes indicaron que el vehículo fue abandonado y localizado posteriormente. Un gran dispositivo policial tomó las calles, accesos y carreteras próximas al pueblo. Al mismo tiempo, un precinto de unos 50 metros acotó la escena del crimen.

Lorenzo se entregó a la Guardia Civil en Llíria, cinco horas después de las dos muertes. Al parecer, se produjo una negociación entre su abogado y las fuerzas de seguridad que acabó con el arresto.

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