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El Camino no es de Miguel

«Ni era de aquí, ni hablaba con nadie. Evitábamos su casa por miedo», susurran los vecinos del presunto asesino de Denise. Los peregrinos van con cautela: «No nos perdemos de vista»

julia fernández

Lunes, 21 de septiembre 2015, 11:55

El camino que enfila desde Astorga a Castrillo de los Polvazares es una carretera estrecha con arces en el lado derecho. Están allí para dar ... sombra a una senda paralela de grija y tierra. A primera hora de la mañana aquello es casi como una procesión. Enormes mochilas con piernas andan a paso ligero. A veces se cuelan ciclistas con sus robustas bicicletas de montaña. Zigzaguean con habilidad y las fuerzas intactas. Entre esa romería de paseantes destaca el cortavientos impermeable de Melissa. La jornada anterior llovió con ganas y hoy va preparada para el diluvio universal, con pantalones de agua y todo. Sin embargo, el tiempo de septiembre es caprichoso y su pelo liso y negrísimo brilla bajo el sol que espanta las nubes. Camina al compás de sus bastones técnicos. Algunos la adelantan. «Buen camino», desean. Y ella lo agradece con una amplia sonrisa que hace desaparecer sus ojos ya de por sí rasgados. Es de Malasia.

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