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Rafael Diéguez y Daniel Martín (de izquierda a derecha).
"Parecían gemidos de un bebé. Luego se hizo el silencio"

"Parecían gemidos de un bebé. Luego se hizo el silencio"

Rafael Diéguez y Daniel Martín escucharon las quejas del recién nacido entre sábanas y dentro de una mochila a varios metros bajo el suelo

ideal.es

Jueves, 16 de julio 2015, 11:40

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El tiempo y sus deseos de vivir corrieron a su favor. El rescate de un bebé ayer de un contenedor soterrado de basura en Mejorada del Campo solo puede calificarse de milagroso.

El llanto agónico de Marco, como lo han bautizado las enfermeras del Hospital de Henares (Coslada) donde fue atendido, le salvó la vida. Parece ser que hacía pocos minutos que lo habían arrojado pero los gases de la basura y la alta temperatura en su interior jugaban en su contra.

Afortunadamente dos vecinos que paseaban a sus perros poco más tarde de las siete de la mañana, Rafael Diéguez y Daniel Martín, escucharon sus quejas entre sábanas y dentro de una mochila a varios metros bajo el suelo. «Él hace otra ruta, pero le pedí ayuda para sacar al animal. Se acercó y cuando levantamos la tapa nos quedamos conmocionados: parecían gemidos de un bebé. Luego se hizo el silencio. Alarmado, llamé a la Policía Local», cuentan a ABC.es.

A ellos se unieron dos ángeles de la guarda más, dos agentes de la Policía Local que vivieron momentos de angustia. Los minutos se nos hicieron horas. La grúa no llegaba y el crío dejó de llorar. Barajamos la posibilidad de introducirnos dentro para rescatarle, tiene varios metros de profundidad, pero podíamos aplastarle y no cabíamos».

La vida del pequeño de apenas una semana corría peligro. «Lo cogí y lo apoyé contra mi pecho. Respiraba con dificultad pues le faltaba oxígeno, estaba muy pálido, tenía el ritmo cardíaco acelerado y la cicatriz del cordón umbilical era reciente. Le acaricié, le hablé, traté de estimularle, pero no reaccionaba».

A toda velocidad lo trasladaron al hospital más cercano «Lo pasamos muy mal. Pensábamos que su vida se apagaba, que se nos iba. Hasta que a un kilómetro del hospital en una rotonda rompió a llorar», indica el agente que atendió a Marco, que afortunadamente se encuentra en perfecto estado de salud mientras la policía investiga quien pudo arrojarlo a la basura con la intención de que muriera.

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