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El extesorero del Partido Popular (PP) Luis Bárcenas
Bárcenas, un año preso y sin rastro del botín

Bárcenas, un año preso y sin rastro del botín

El extesorero del PP cumple este viernes doce meses en la cárcel mientras Ruz busca su dinero por ocho países

Mateo Balín

Viernes, 27 de junio 2014, 03:39

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La celda de Luis Bárcenas en el módulo 4 del centro penitenciario de Soto del Real tiene vistas a la sierra madrileña. Desde los diez metros cuadrados del habitáculo ha visto pasar el seco verano en el parque nacional de Guadarrama, los ocres del otoño, las heladas y la nieve del invierno y la florida primavera. Así, pasando hojas del calendario, este viernes se cumple un año desde que el juez Pablo Ruz le envió a prisión por el riesgo de fuga y de destrucción de pruebas en el 'caso Gürtel'. Es el único privado de libertad del más de un centenar de imputados en la causa.

De aquel Bárcenas planchado y pulido, con pantalón de pinzas, polos coloridos y zapatos castellanos sin calcetines fumándose un habano con parsimonia en el patio del módulo, donde pasa su tedio vital con 120 internos, apenas queda una sombra. En estos 365 días «ha envejecido diez años de golpe. Pasea solo por el patio, con las manos detrás de la espalda, como un abuelete», le retrataba un antiguo preso preventivo que ha compartido vida en la prisión con el antiguo tesorero del PP.

Así, anclado en la rutina carcelaria, entre las horas que pasa en la celda con su compañero, un joven mexicano pelirrojo encarcelado por tráfico de drogas, la vida de patio y el esparcimiento para leer y jugar alguna partido al dominó, transcurren los días para el interno más famoso del país. Desde Soto del Real, entre los titulares de prensa y de televisión se informa de lo que se va descubriendo de lo que fue su vida antes de entrar en Soto del Real: los 11,5 millones de euros que defraudó a Hacienda entre 2000 y 2011, las nuevas cuentas de Uruguay y Argentina a las ya conocidas en Suiza o la reforma de la sede de la calle Génova 13, entre otros episodios.

En estos doce meses ha tratado hasta en cinco ocasiones salir en libertad condicional, pero los intentos han sido en vano. Ni el juez instructor del caso ni la Sala de lo Penal han considerado que se dan las condiciones para su excarcelación. Básicamente, se mantiene preso por la gravedad de los delitos que se le imputan, los nuevos indicios que van apareciendo contra él y por la falta de colaboración para conocer el destino de su oscuro botín, llegó a acumular más de 48 millones de euros en bancos de Ginebra. Todo ello, según los jueces, hace que el riesgo de fuga prevalezca.

Estrategias fallidas

Pese a ello, no han sido pocos los esfuerzos de su abogado, el exjuez Javier Gómez de Liaño, para buscar argumentos jurídicos que permitan sacar a su cliente de la cárcel. Que si cartas al juez Ruz ofreciendo colaboración a cambio de su excarcelación, que si partes médicos alertando del estado físico del acusado -en diciembre pasado tuvo que acudir unas horas a urgencias por un cuadro de urticaria-, y, por último, usando la baza de un tribunal suizo, que ha decidido suspender de forma temporal que se utilice la documentación que le incrimina en ese país mientras se resuelve un recurso. Pero ni por esas.

Para el juez Ruz, por mucho que Bárcenas tirara de la manta en su declaración de 15 de julio de 2013 en la Audiencia Nacional, donde reveló los pormenores del funcionamiento de la supuesta caja B del PP, de la que era administrador, las donaciones particulares y los gastos de campaña, no hay ningún dato sobre el origen o destino final del dinero blanqueado en el extranjero.

La última pista ha sido facilitada por Argentina y Uruguay, país donde se rastrean tres transacciones por tres millones de euros que el extesorero realizó entre abril y junio de 2009, dos meses después de que se produjeran las detenciones de los cabecillas de la trama Gürtel.

Para rizar el rizo, uno de estos movimientos, de cerca de 700.000 euros, fue repartida en 23 transferencias a empresas de siete países: Argentina, Estados Unidos, China, Hong Kong, Tailandia, India y Gran Bretaña. Un claro ejemplo de lo complicado que va a ser recuperar ya no todo, sino siquiera una parte del botín.

No obstante, en el procedimiento hay abogados que piensan que los 48 millones que llegó a amasar Bárcenas -para algunos muchos más- no son exclusivamente de él. Creen que era el encargado de administrar, como si fuera un banquero o testaferro, el dinero en Suiza de otros altos cargos del PP, invertirlo en acciones de empresas del Ibex 35, con supuesta información privilegiada, en negocios pujantes o en depósitos lucrativos. Vamos, como han dicho algunos testigos, como su amigo el exsenador Luis Fraga, con unas «virtudes especiales» para rentabilizar el dinero y hacerlo crecer.

Aunque en sus declaraciones Bárcenas no ha dado pistas y siempre ha defendido que su fortuna es lícita, la creencia de algunos abogados es que tiene documentos comprometedores sobre excompañeros del partido. Y que su estancia en prisión le ha servido para preparar en frío su venganza.

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