Presentación de la tesis. ideal

Una tesis analiza el papel de los comunistas en el Cinturón Rojo de Granada durante el franquismo

El investigador Antonio Segovia ha recogido las experiencias y testimonios de setenta militantes del PCE y CCOO de 1956 a 1979

andrea G. Parra

Granada

Sábado, 9 de julio 2022, 00:06

Luis López García y José Antonio Ramírez Milena, alcaldes comunistas de Maracena y Albolote, respectivamente; Natividad Bullejos Cáliz, abanderada del feminismo en Granada; Antonio Reyes ... Jiménez y Manuel Macías Romero, concejales comunistas; Carmen Morente Muñoz e Isabel Alonso Dávila, comunistas universitarias. Son solo algunos de los setenta testimonios que recoge la pionera tesis sobre el comunismo durante el franquismo. El autor de esta investigación es el investigador del departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada (UGR) Antonio Segovia Ganivet.

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'Allí estábamos los comunistas: experiencias militantes, acción política y construcción de la democracia del Partido Comunista de España en Granada, 1956-1979' es el título de la tesis dirigida por el catedrático Francisco Cobo. Segovia ha realizado esta investigación gracias a una beca predoctoral financiada por el Ministerio de Universidades.

«Era necesario un estudio de historia social de la incidencia real del PCE en esa zona de Granada. También por hacer historia oral de la memoria viva del PCE y de CC OO. La tesis viene motivada porque los actores y actrices de la Transición están en avanzada edad y algunos desgraciadamente se fueron», explica el autor.

La investigación pone en valor y saca a la luz la importante labor de los militantes del PCE en una zona de Granada que fue conocida durante la Transición como el Cinturón Rojo, que comprendía los municipios de Maracena, Albolote, Peligros, Atarfe y Pinos Puente. Tuvieron alcaldes y equipos de gobierno comunistas en las primeras elecciones municipales democráticas de 1979, las primeras que se celebraban en España de carácter local desde 1936.

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Destaca el investigador que los comunistas granadinos, durante el largo período de clandestinidad al que fue sometido el PCE hasta su legalización, lograron tener una importante presencia social en sus municipios desde mediados de los años cincuenta. «Estuvieron en condiciones de poner al descubierto las injusticias del gobierno franquista, analizar las acciones de acuerdo a sus causas y motivos, y facultarlas con el fin de conseguir la libertad política que proporcionase la libertad de expresión conducente a la democratización del país», concreta.

El estudio, dividido en cuatro capítulos, tiene la novedad de recoger las experiencias y testimonios de más de 70 militantes del PCE y de CC OO. Fuentes orales que han sido cruzadas principalmente con documentos alojados en el Archivo del Partido Comunista y con prensa de la época. A partir de estas experiencias de vida, se ha construido la narrativa de 'Allí estábamos los comunistas'.

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Otra de las innovaciones de la investigación ha sido la incorporación en todos los sentidos de las mujeres comunistas, que «dejan a un lado la representación sobre la masculinización exclusiva de la militancia del PCE, además de poner el acento en la emoción que a veces supondría el traspasar o abolir las fronteras sociales, de género o la división social». Pone en valor que las mujeres comunistas del PCE granadino tuvieron vida política propia. En general, lograron trazar unos vínculos entre el movimiento obrero y el estudiantil a partir de la confluencia plural tanto de categoría socio-profesional como de género, construyendo una experiencia compartida distinta de la militancia de modelo exclusivamente masculino.

Valora que gracias al PCE personas que estaban destinadas a no encontrarse compartieron un espacio social propio y transformador que asumieron como una zona moral alternativa de libertad, aunque «estuviesen sistemáticamente perseguidos y amenazados por las fuerzas policiales del régimen dictatorial franquista». Así, «reforzados por sus ligaduras afectivas y por las redes visibles e invisibles de amigos, familiares, vecinos, compañeros de trabajo y de curso o facultad, lograron fundamentar diversos mecanismos justificadores que alimentaron el marco relacional para superar las desarticulaciones policiales, la represión y la ausencia de espacios de libertad. El PCE fue capaz de abrirse a nuevas ideas e ir constantemente reformulando sus propuestas para incorporar y ampliar a sujetos de toda clase social en un esfuerzo por tener presencia social allí donde hubiese contradicciones y posibilidades de acción política».

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Memoria viva

A la pregunta sobre el cuestionamiento del comunismo y el tono despectivo de parte de los políticos de la oposición, Segovia defiende que «ahora que saben que los comunistas son menos, que los sindicatos no son tan fuertes y que la clase trabajadora tiene muchas dificultades para percibirse a sí misma, aunque siga existiendo, y que algunas diputadas utilicen el término comunista en tono despectivo, recordar que los y las comunistas del PCE tuvieron una aportación clave, si no decisiva, y como ninguna otra fuerza política en este país». Lo argumenta en el papel en el desgaste de la dictadura que allanó el camino hacia la democracia logrando poner al descubierto «todas las injusticias del régimen franquista, y sufriéndolas carnalmente al ser considerados como el mayor enemigo del franquismo, por lo que sus herederos los siguen considerando como el enemigo a batir».

Concluye con una defensa firme de que «los comunistas granadinos existen». El profesor Segovia ha salido a la calle a buscar los rostros del pasado, porque «están todavía allí, son memoria viva, y han abierto sus corazones y sus casas para dejar testimonio de un tiempo político magnético que ya no existe, pero que cada vez lo echamos más de menos».

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