Investigadores de Granada logran curar la apnea obstructiva del sueño por primera vez en el mundo

José Manuel Fernández lo sabe muy bien. Tenía 70 apneas por hora. Era un enfermo grave y tras participar en el programa científico ha bajado a tres apneas y exponía con alegría que «he ganado en salud y calidad de vida; ya no tengo dolores de cabeza ni de estómago». Por su parte, José Miguel Fernández, otro paciente, es muy gráfico: «Éramos presos de una máquina. Nos ha cambiado la vida». Una nueva vida más sana y mejor.

El ensayo clínico denominado Interapnea, con Almudena Carneiro Barrera como encargada del proyecto, y Jonatan Ruiz Ruiz y Gualberto Buela Casal, como directores, ha puesto de manifiesto que un tratamiento interdisciplinar de ocho semanas de duración para la pérdida de peso y cambio de hábitos de vida resultó eficaz. Mejoró la gravedad de la apnea obstructiva del sueño (reducción de 23,8 apneas-hipopneas/hora), peso (pérdida de 6,9 kg) y masa grasa (pérdida de 6,5 kg) y comorbilidades cardiometabólicas. Eso no fue todo, también mejoró el funcionamiento diario y sintomatología psiquiátrica, aptitud física, comportamiento dietético y, por tanto, de la calidad de vida de los pacientes. El programa de ocho semanas incluía educación nutricional, ejercicio físico, abandono del consumo de tabaco y alcohol e higiene de sueño.

José Miguel Fernández, que estuvo con apnea de obstrucción del sueño tres años, llegó a pesar 123 kilos. Perdió una veintena de kilos y detalló que «nos han enseñado a comer bien» y a dormir también bien. Las palabras que más se repitieron fueron bien y mejora. Confesaba que lo que más le costó fue la azúcar. Ahora come tres o cuatro veces al día y hace ejercicio. Él no fumaba. Antes admitía que le costaba todo más, que estaba deprimido y ahora disfruta y se siente mucho mejor. Se mostró muy agradecido a todo el equipo y todo lo que «nos han dado. El futuro es esto. Tenemos la opción de curarnos. Y, que todo el mundo se pueda curar». José Manuel Fernández, por su parte, pidió que siga el estudio y que se pueda beneficiar todo el que tenga esta enfermedad.

En el estudio han participado 89 pacientes. Juan Antonio Costela y Julio Almendros son otros de los enfermos que han visto como tras participar en el programa han podido desconectar la máquina CPAP. Costela tuvo un infarto y por eso le descubrieron la apnea obstructiva del sueño. «El estrés y el peso provocaron la apnea», relató. Ahora, todos ellos, están muy contentos con su nueva vida.

La apnea obstructiva del sueño es un grave problema de salud pública debido no sólo a su alta prevalencia (afecta a hasta mil millones de adultos en todo el mundo, el 38% de la población general adulta), sino también a su amplio espectro de consecuencias clínicas y socioeconómicas. A ello se suma que no está diagnosticada en muchas de las personas que la padecen. El 6% de varones tienen esta enfermedad, en el caso de las mujeres es un 4% y en los niños, un 2%. Este trastorno respiratorio del sueño está caracterizado por un colapso recurrente de las vías aéreas superiores durante el sueño, y la obesidad es la principal causa atribuible.

Las obstrucciones respiratorias repetitivas durante el sueño resultan en una exposición crónica a episodios de hipoxia, hipercapnia, estrés oxidativo e inflamación sistémica. Debido a estas respuestas fisiopatológicas, la apnea obstructiva del sueño está asociada a hipertensión, dislipidemia, diabetes, enfermedades cardiovasculares y aumento de la mortalidad por todas las causas, según explicó la Universidad en un anota de prensa y expusieron los investigadores en la comparecencia en el Hospital Real.

Los investigadores participantes de la UGR han sido Almudena Carneiro Barrera, Alejandro Guillén Riquelme, Gualberto Buela Casal (Laboratorio de Sueño y Promoción de la Salud del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento); Francisco J. Amaro Gahete, Lucas Jurado Fasoli y Jonatan Ruiz Ruiz (Instituto Mixto Universitario de Deporte y Salud y departamento de Educación Física y Deportiva), junto a los neumólogos del Hospital Virgen de las Nieves Germán Sáez Roca y Carlos Martín Carrasco (Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño).

Carneiro explicó que el 45% de los pacientes participantes en este programa lograron reducir por completo la apnea del sueño o la redujeron hasta el punto de no necesitar la máquina. Eso tras los dos meses de las actividades que debían realizar. Subió al 62% tras seis meses. El doctor Germán Sáez expuso que los pacientes de esta enfermedad son unos grandes sufridores. Relató todos los efectos y las consecuencias. Este avance científico con este tratamiento de ocho semanas basado en alimentación y ejercicio es un gran hito.

En lo referente a las cuestiones económicas que acarrea esta enfermedad, el doctor Sáez apuntó que el coste económico de la apnea obstructiva del sueño es «enorme» tanto en la máquina que se necesita y demás elementos así como el impacto en otras enfermedades que se pueden suscitar. La falta de sueño aumenta por siete el riesgo de tener un accidente de tráfico. «El coste sanitario es altísimo», apostilló. El doctor Carlos Martín explicó que la máquina cuesta entre 700 y 1.200 euros. A eso debe sumarse el dinero del resto de elementos.

Por lo tanto que deje de ser enfermedad crónica es muy importante. Carlos Martín apuntó, tras ser preguntado, que todos los proyectos de cambio de vida necesitan una guía por eso la importancia del programa de los investigadores y el trabajo con los profesionales del hospital. Jonatan Ruiz argumentó que este programa de intervención ha puesto de manifiesto que la apnea obstructiva del sueño «hay que tratarla no solo cuando el paciente está dormido también cuando está despierto».

Almudena Carneiro avanzó que el estudio lo van a hacer ahora en mujeres. El primero solo ha sido en hombres. Lo harán en centros de Granada, Málaga, Sevilla y Córdoba. Esperan que pronto pueda ser implementado en el sistema público de salud. Ese es el objetivo.

Hasta el momento, la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) es y había sido el tratamiento estándar de esta enfermedad. Se trata de una máquina en la que se utiliza un tubo que se conecta a una mascarilla o pieza nasal para suministrar una presión de aire constante y estable que ayuda al paciente a respirar mientras duerme. Sin embargo, la CPAP es un tratamiento crónico diario, las tasas de adherencia no son las adecuadas, y los beneficios a largo plazo más allá de la reducción de las obstrucciones respiratorias siguen siendo inciertos, según informó la UGR. Por el contrario, la pérdida de peso a través de intervenciones conductuales alternativas o combinadas parece mejorar sustancialmente la gravedad de la apnea obstructiva del sueño y comorbilidades en adultos con esta enfermedad moderada-severa.

De momento, los pacientes que han participado en este programa pionero y estuvieron este viernes en el Hospital Real, sede del Rectorado, se han desconectado de la máquina. Ya no deben ir con ella por donde van. Investigadores afincados en Granada han sido los impulsores de este hito relevante para todo el mundo.

El estudio Interapnea (Interdisciplinary Weight Loss and Lifestyle Intervention for Obstructive Sleep Apnea) ha sido publicado en larevista médica Jama Network Open.