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Los auténticos número uno de la UGR

El currículum de estos universitarios es el mejor de toda España en su carrera | Los cuatro alumnos cuentan qué hacen tras años de acabar sus estudios y cómo les ha ayudado su expediente repleto de matrículas

ANDREA G. PARRA

Miércoles, 18 de junio 2014, 00:59

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Sus expedientes son los mejores de España en las carreras que han cursado. Los cuatro Premios Nacionales de Fin de Carrera de Educación Universitaria de la Universidad de Granada (UGR) cuentan en este reportaje cómo les ha ayudado la nota, qué están haciendo ahora y cómo lo hacen para conseguir esas calificaciones. En total han sido doce los alumnos galardonados -contando menciones y accésit-. Terminaron los estudios en el año académico 2010-2011. El premio se publicó en el BOE en el mes de mayo.

Nagore Isabel Marín Ramos: Premio Nacional en la licenciatura de Farmacia

De diez, todo matrícula de honor en la carrera

De matrícula de honor. En este caso no es un decir. Nagore Isabel Marín terminó su carrera de Farmacia en la Universidad granadina con una media de diez. En su expediente solo hay matrículas de honor.

Nagore es de Bilbao, aunque se mudó a Granada en 2005. Estudió segundo de bachiller en el IES Padre Suárez y la carrera en la Universidad granadina. En la actualidad hace la tesis doctoral gracias a una beca predoctoral del Campus de Excelencia Internacional Moncloa, constituido por las universidades Complutense y Politécnica de Madrid. Su tesis es codirigida, y la realizo entre la facultad de Ciencias Químicas de la UCM y el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC. Su tesis trata de desarrollo de fármacos antitumorales: «Hago desde la síntesis química de nuevos compuestos hasta su ensayo biológico y optimización».

Para poder hacer lo que está haciendo la nota fue clave. «No considero que un buen expediente abra cualquier puerta al mundo laboral, hay otras muchas cosas que cuentan, pero creo que sí es fundamental para acceder a muchos puestos, sobre todo ahora que la competencia es enorme porque hay muchísima gente preparada y poca oferta laboral para abarcar tanta demanda».

El premio lo toma como un reconocimiento al esfuerzo realizado y «eso siempre se agradece». El dinero con el que está dotado el galardón -3.300 euros- dice que se va a ir de estancias en breve a EE.UU. y «me gustaría aprovechar la oportunidad para hacer un viajecito por allí cuando las termine».

Para conseguir ese diez sobre diez asegura que no hay secretos, es directa: «Organizarme lo mejor que he podido y estudiar mucho». Este no es el primer galardón. Se suma a otros como el XI Certamen Universitario Arquímedes de Jóvenes Investigadores. Área de Ciencias Biológicas y Biomédicas, categoría máster del Ministerio de Educación en 2012 o el premio extraordinario de Bachillerato del Ministerio de Educación y Ciencia en 2006. Solo son dos ejemplos.

«Además, recientemente he sido seleccionada para asistir al 64th Lindau Nobel Meeting como joven investigadora (es una reunión anual de 30-40 premios nobeles, y seleccionan anualmente a 500 jóvenes investigadores de todo el mundo para pasar con ellos una semana); y en 2012 me seleccionaron para algo parecido pero con 3 premios nobeles: el Cantabria Campus Nobel, del Campus de Excelencia Internacional de Cantabria (Universidad de Cantabria, Universidad Internacional Menéndez Pelayo)», concreta.

En un futuro admite que le gustaría dedicarse a la investigación, «aunque me gusta también el marketing (siempre en relación con la industria farmacéutica o similares), y por eso ahora mismo estoy haciendo también un MBA especializado en marketing. En cuanto a las posibilidades, tengo fe, aunque sé que cada vez está más complicado. La gente cada vez está más preparada (idiomas, másteres, estancias en el extranjero), el número de puestos de trabajo se reduce y cuesta mucho estar al día y seguir siendo competitivo en este mercado. Pero hay que sacar el lado bueno de las cosas, que esto nos sirva como motor para seguirnos formando y autosuperándonos cada día».

A veces se pone a los jóvenes la etiqueta de juerguistas, poco comprometidos «Siempre es injusto generalizar. Por supuesto que hay de todo, pero los jóvenes de hoy en día nos hemos encontrado con una situación laboral muy complicada y con mayores exigencias que antaño, y esto ha supuesto que las nuevas generaciones sean con diferencia las más preparadas en cuanto a idiomas, formación... Esto exige un esfuerzo tanto personal como económico que no se corresponde con la definición de jóvenes poco comprometidos en absoluto. Por otro lado, la vida hay que vivirla y los jóvenes (igual que los no tan jóvenes) tienen derecho a salir de fiesta, viajar siempre que se asuman las responsabilidades que corresponden a cada edad y situación».

Apuesta por dar más oportunidades a los jóvenes. «Considero que hoy en día es difícil para alguien que acaba de terminar los estudios iniciarse en el mundo laboral porque se suele exigir un mínimo de años de experiencia. Creo que la solución debería pasar por un aumento en el número de becas de formación que permitan adquirir la experiencia requerida para acceder a determinados puestos; un mayor control de las condiciones laborales que pusiera fin a tanto contrato basura; iniciar desde la época universitaria las relaciones alumno-empresa de forma que se adquiera experiencia desde etapas más tempranas y permita un contacto con el mundo laboral que dé pie a futuras relaciones laborales; evitar que el periodo de beca se alargue eternamente facilitando el paso a contratos laborales...».

Al preguntarle por la nota que pondría a la UGR solo tiene alabanzas: «Estudiar en una universidad con el prestigio, la preparación y la experiencia de la UGR ha sido para mí un verdadero privilegio (sin olvidar por supuesto el maravilloso enclave en el que se encuentra). Los años de universidad han sido un periodo muy especial de mi vida que siempre recordaré con mucho cariño, de los que me llevo un sinfín de experiencias inolvidables y a gente maravillosa a la que espero no perder nunca. Para mí la UGR ha sido (y espero que lo siga siendo siempre) como un segundo hogar, que ha marcado un antes y un después en mi vida».

José David Romero Martín: Premio Nacional en Bellas Artes

La brillantez en la creación artística y teórica

José David Romero cuenta que con un expediente de 9,75 en la carrera de Bellas Artes en la UGR. Es de Loja, cerquita como bromea, pero ahora está lejos. Es becario de investigación en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, en Bilbao. «Estoy desarrollando mi tesis, de carácter transdisciplinar, en torno al cuerpo en el arte. Actualmente estoy en una fase más teórica, estableciendo contacto con diversas disciplinas que convergen en la temática, a través de cogresos, seminarios, publicaciones...». Su nota «facilitó la opción de solicitar beca doctoral. Del mercado laboral aún no puedo hablar, porque sigo en el sistema universitario, pero sí abre puertas especialmente en los ámbitos académico y de la investigación».

El premio le ha provocado algo de nostalgia porque ya hace tres años que terminó la carrera. «Fueron unos años muy especiales, así que satisfecho de que reconozcan el esfuerzo de esa etapa». El dinero «posiblemente lo invierta en alquilar un local para producción artística, y quizá algún viaje, más adelante».

Para que en su expediente haya tan buenas calificaciones lo que ha hecho ha sido principalmente «motivación, ganas de hacer cosas y de aprender. Al tener un fuerte componente práctico, Bellas Artes es una carrera que exige motivación y energía en las numerosas horas en que se convive con profesores y compañeros en las aulas y en los talleres, tanto a nivel de trabajo en proyectos artísticos, como en debates y reflexión. En este sentido tiene un carácter casi de convivencia, y se crean ambientes muy agradables de trabajo».

Cuando se termine la beca en «un principio me gustaría probar suerte en el ámbito docente universitario, aunque la investigación en arte te permite combinar varias opciones, desde proyectos artísticos personales y en grupo, hasta colaboración en iniciativas transdisciplinares, estancias en el extranjero, etc. Además, la investigación te abre también puertas a contactar con mucha gente de muy diversos ámbitos y a viajar, conocer contextos de trabajo muy distintos».

En relación a los jóvenes y etiquetas, hay «gente juerguista y poco comprometida de todas las edades. Ser joven no implica nada a ese nivel. Sí, supongo que en ese sentido es injusto generalizar, ya que en todos los ámbitos habrá jóvenes comprometidos con lo que hacen. Por otra parte, la juerga tampoco ha de estar reñida con ser responsable, cada cosa a su tiempo».

Para terminar con las graves tasas de paro: «Hay que agotar las posibilidades disponibles, así como motivación para seguir adelante. Si bien las circunstancias al respecto igual se nos escapan de las manos, es importante potenciar en cualquier caso la faceta flexible que pueden tener los jóvenes ante las circunstancias, y entender la necesidad y el esfuerzo de viajar y desplazarse para buscarse la vida, no sólo viéndola como una única opción, sino también desde la parte enriquecedora que aportan estas experiencias».

¿Y qué nota pone a la UGR? «En la Universidad encontré muy buenos y también muy diferentes docentes que motivan y saben sacar lo mejor de cada uno a diferentes niveles, y eso es algo que notas y valoras especialmente con el paso del tiempo. La universidad te ofrece las circunstancias -la compañía, el espacio y el tiempo- para aprender y reflexionar, que es en última instancia lo más valioso. En este sentido, muy satisfecho».

Alba María Hernández Sánchez: Premio Nacional en Psicopedagogía

Una universitaria magnífica que tiene como reto mejorar la educación inclusiva

Ha estudiado la diplomatura de maestra especialidad de Educación Especial y licenciatura en Psicopedagogía en la Universidad de Granada (UGR). También ha hecho el máster en Investigación Innovación en el Currículum y Profesorado y está cursando el programa de doctorado de Ciencias de la Educación. Alba María Hernández es de El Bejarín, aunque actualmente reside en Granada capital.

En la diplomatura de maestra en la especialidad de Educación Especial consiguió un expediente de 9.183 y en Psicopedagogía un 9.609. En la actualidad trabaja en el departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad granadina como personal docente e investigador (PDI) a través del Programa de Formación del Profesorado Universitario (FPU) del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

El premio ha sido «un gratificante estímulo que supone el reconocimiento a un trabajo realizado desde la más profunda vocación y convicción de que la educación es de calidad si, y solo si, es para todos y todas. El valor de este premio cobra sentido en la sonrisa sincera y la mirada de satisfacción de las personas que me apoyan día a día».

Subraya que no «existen fórmulas mágicas para sacar buenas notas, pero son varios los ingredientes que puedo resaltar: constancia, esfuerzo, organización, motivación, pasión, análisis crítico, implicación y positividad».

En un futuro «me gustaría desarrollar mi labor docente e investigadora compaginando el ámbito universitario con el desempeño en centros educativos de educación primaria. Mi objetivo es contribuir en la materialización de una verdadera educación inclusiva desde la práctica directa y la formación de los futuros profesionales en educación». Eso sí, «sinceramente me preocupan las posibilidades reales para cumplir mis expectativas, ya que tanto la inversión económica como el compromiso por el desarrollo científico y docente especializado en temáticas relacionadas con la discapacidad está viéndose vulnerado por políticas y prácticas que no refuerzan el modelo social pertinente para garantizar una educación inclusiva».

Esta joven es de las que sostiene que «siempre es injusto generalizar, confío en que somos muchos los jóvenes comprometidos con lo que ocurre a nivel local, nacional e internacional; defensores de políticas y prácticas que hagan de ésta una sociedad más justa. En definitiva, personas que analizan críticamente lo que sucede para actuar de forma comprometida y coherente con unos principios basados en la justicia social». Añade: «Creo que la mayor parte de la juventud exige lo que es justo: posibilidades para desarrollarse profesional y personalmente a través de un trabajo digno que se ajuste a sus expectativas y formación. No creo que haya que hablar en términos de ayuda sino de oportunidades para que jóvenes y adultos se incorporen al mercado laboral a través de medidas políticas y sociales justas».

No esconde que su paso por la UGR «ha sido satisfactorio, ya que son diversos los profesionales y servicios que han iluminado mis inquietudes intelectivas. Sin embargo, mi paso por la Universidad va más allá de la propia experiencia en la institución. Considero que todo estudiante ha de implicarse en otras actividades formativas, científicas y profesionales necesarias para ser competentes profesional y personalmente. Igualmente, la Universidad como institución tiene que seguir esforzándose para ser capaz de dar respuestas cada vez más coherentes a la realidad profesional y social de cada desempeño, así como por generar políticas, prácticas y culturas inclusivas que garanticen el acceso y permanencia del alumnado».

Alicia Fernández Oliveras: Premio Nacional en Óptica y Optometría

Una física con título de Óptica y con currículum de gran estudiosa

Esta granadina licenciada en Física y diplomada en Óptica y Optometría cuenta con un expediente de 8,905. En el momento de localizarla para esta entrevista estaba en Turquía participando en un congreso. Alicia Fernández Oliveras es en la actualidad profesora sustituta interina en el departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales de la Universidad de Granada.

Reconoce que la nota ayudó, pero «no es suficiente». Este premio «supone un importante reconocimiento no solo a mi esfuerzo personal sino al de todas las personas que me han apoyado en mi formación, además de ser un mérito para la Universidad de Granada y para la titulación».

Para conseguir esas calificaciones lo que ha hecho ha sido «trabajar mucho y tratar de abordar los problemas con una visión global, relacionando todo lo aprendido y profundizando lo máximo posible».

Se quiere dedicar a la docencia y la investigación, pero «las posibilidades de estabilización en la Universidad granadina dependen ahora de decisiones polítias».

Defiende que «hay muchos jóvenes trabajando muy duro y sacrificando mucho por su formación». Por eso, apuesta porque es necesario confiar e invertir más en ellos.

¿Qué nota pondría a la UGR, docencia, servicios? «Temo no ser imparcial pues me siento parte de ella, pero sí que puedo decir que he tenido grandísimos profesores y excelentes compañeros», concluye.

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