El Linares no puede ni con el colista, que acabó con diez

Lo de Melilla es difícil de explicar sin herir la sensibilidad de los azulillos a los que más les duele su escudo. Un rival que solo había ganado un partido, el menos goleador del grupo, el cruce perfecto para que el Linares refrendase su mejoría y despidiese el año con triunfo, saliendo de los puestos de descenso. Pero no, se vio un Linares pobre, muy pobre en juego y conceptos, que huele a descenso si no hacen un 2024 con números de 'play off'. Esa es la realidad.

Pronto mostraron los dos equipos la intención y el hambre que arrastraban, primera llegada del Melilla que atajó Samu y después réplica a balón parado de los mineros, con cabezazo de Molina que no cogió dirección a puerta.

Pero fue el Melilla el que golpeó primero, aprovechando la falta de intensidad de la zaga azulilla. Centro de Siddiki desde la derecha, Varela no estaba encima, llegó al primer palo donde Molina se quedó mirando como José Enrique se elevó a un metro de su marca y cabeceó a placer, cambiando el balón de palo para que no pudiese llegar Samu Casado a la estirada.

Un empujón de ánimo para el cuadro local, que se vino arriba e intentó acciones individuales con confianza, mientras que al Linares le vino el gol como un golpe duro. Ahora tocaba reponerse volver a crearle dudas al Melilla, al que se le veía cómodo en defensa con dos líneas juntas.

Perejón trató de romper el hielo con un disparo en la frontal a las manos del portero. Como a perro flaco todo le son pulgas, a los 27 minutos se lesionó Mawi en una acción personal de ataque y tuvo que entrar en su puesto Rafa Lorente.

Llegó la media hora con el Melilla controlando el partido y dominando la pelota, cómodo en ataque, buscando el segundo. Lo tuvo Cotán, tras una buena acción de Siddiki entrando en el área como cuchillo caliente en mantequilla, su disparo se fue centrado y lo atajó Casado, hubiese sido el 2-0 de haberla puesta ajustada al palo.

El Linares no hacía presión alta, los melillenses sacaban el balón desde atrás sin problema y la misión era superar la línea de jugadores juntos en el centro del campo. A partir de ahí generaban peligro. Y si no, balón atrás y a empezar. El colista parecía un equipo con otros números, eso era mérito local y demérito de los azulillos. 1 disparo entre los 3 palos del Linares en la primera parte lo dice todo.

Intentó meter más pegada arriba David Campaña con la entrada de Hugo Díaz por Perejón, línea de 3 centrales con Rentero, Tano y Molina, dando las bandas a Varela y Llorente. Se podía esperar que el Linares saliese mordiendo y a imponerse, pero no, fue el Melilla quien disparó primero a puerta, González desde fuera del área y atrapó el meta Samu.

Los de Juan Sabas juntaron las dos líneas atrás un poco más y el Linares empezó a hacer un juego directo que no llegaba a nada, no es el Linares un equipo de muchos centímetros en ataque. Parecía que el Melilla podía dormir el partido, pero no contaban con que José Enrique vería la segunda amarilla en el minuto 63 por un codazo a Rentero.

Otra vez con un hombre más en el campo el Linares, como la semana anterior. Cotán se marchó y entró Bandaogo en los locales para reforzar la defensa y defender el gol. Campaña metió a Teddy y Lucas por Tano y Corral, que se fue tocado.

Minuto 70 y el Linares no se había acercado a la portería de Escudero. Ya en el 74, centró Varela y Berlanga cabeceó sin fuerza, atajó sin problemas el meta local. Campaña metió a Oyón por Moreno en los últimos 10 minutos, por si su presencia y talento generaba algo de peligro, pero ni por esas, con un futbolista más.

Era Migue el que remató al lateral de la red una buena acción de ataque local, más cerca el 2-0 que el empate. Para colmo, un pisotón de Bandaogo dejó cojeando a Rodri en el tramo final del partido. 6 minutos de prolongación, pero ni por esas. Entre los dos últimos partidos, suman 120 minutos sin marcar un gol contra diez hombres. Así despiden los mineros 2023.