El Linares deja escapar dos puntos en el Alfredo Di Estéfano

Que un jugador falle un gol no tiene más importancia, pero el enfado de la afición minera con el joven inglés no es porque no error fuese por un mal remate. No hubo remate. Fran Carnicer le dio el pase de la muerte justo antes del pitido final, la última acción del partido, solo tenía que empujarla y que Mario de Luis no acertase a detener el balón. Pero nada de eso pasó, porque Teddy Campbell no remató, se quedó quieto, no siguió la jugada y la pelota le pasó de largo ante los gritos de Fran Carnicer, que le había dado la asistencia.

Eso fue el final del partido, y por eso el Linares se fue con el sabor de boca de haber dejado escapar dos puntos. En los prolegómenos, David Campaña volvió a innovar en defensa, dejando fuera del once inicial a Fran Varela y apostando pos un sistema con libertad para Perejón, Berlanga y Llorente en ataque, atrás se quedaron Marín, Rentero y Martínez, sosteniendo el medio Duarte y Rodri, con dos delanteros de salida como Corral y Álvaro Vázquez.

La primera parte duró media hora de locura y 15 minutos de pausa. El partido empezó con los dos equipos jugando un choque de ida y vuelta, sin tregua y con ocasiones clarísimas para haber abierto el marcador, algo que ninguno consiguió pese las llegadas.

No había pasado un minuto cuando combinaron Palacios con visión y Aparicio, que se coló entre los centrales y se plantó mano a mano delante de Samu Casado. El meta azulillo sacó un guante complicado, abajo, a su izquierda, el balón salió rebotado, dio en Ángel Martínez y salió a córner. Se botó y cabeceó fuera Obrador.

La devolvió el Linares a los 7 minutos. El exmadridista Rafa Llorente se metió desde atrás hasta el balón del área pequeña, en el mano a mano estrelló su remate en el cuerpo de Mario de Luis, salió el balón repelido y Álvaro Vázquez recogió el rechace. La quiso ajustar tanto al palo largo, que se le fue rozando el palo.

De nuevo réplica de los madridistas, Aparicio apareció en el costado derecho dentro del área, Samu Casado salió mal y el atacante blanco le superó por velocidad. Su disparo a puerta vacía se fue fuera de los tres palos. Y bajo los palos la tuvo que sacar en la siguiente Obrador, en un desmarque de Llorente, que dejó sentado al portero y la coló con dirección a puerta cuando se quedaba sin ángulo.

Luego el Linares volvió a sacar un par de balones peligrosos en el área pequeña y rematando otro par de acciones en ataque sin dirección a puerta, cuando el partido fue cayendo en intensidad hasta llegar al tiempo de descanso.

Vuelve Carnicer

David Campaña tenía claro que hacía falta un hombre entre líneas y nadie mejor que Fran Carnicer. Un año y medio después de su salida del club, volvía el 10 linarense a la mediapunta para ayudar en labores ofensivas, aunque no tuvo el protagonismo esperado. Se fue Samu Corral, que casi no había entrado en juego en la primera mitad.

Eso sí, en la primera que tocó Carnicer, balón de falta por el costado derecho en el medio campo, se la puso en el pie a Rentero en la media luna y el pase para Ángel Martínez que remató al fondo de la red con un zapatazo. Sin embargo, el colegiado anuló el gol porque en el desmarque de Ángel Martínez había caído Theo Zidane en el un forcejeo con Duarte en la media luna. Dado que ninguno de los dos intervino en la jugada, podría haber dado por válido el gol.

El que una semana más estuvo dando una cátedra de fútbol fue el capitán Rodri, celebrando sus 301 partidos en el Linares con taconazos y caños a las jóvenes estrellas blancas. El único que ponía pausa en un partido de ida y vuelta donde el Madrid respondió. Apareció Víctor Muñoz, por la derecha y sin oposición, pisó área y remató de primeras al segundo palo, le faltó potencia y atacó bien Casado.

Recompuso el dibujo el técnico minero con la entrada de Alberto Moreno por Javi Rentero para crear superioridades en el centro del campo y controlar más el balón para que no se generase de nuevo esa ida y vuelta donde el Real Madrid Castilla iba a tener más argumentos para hacer daño.

Raúl González reaccionó metiendo a Álvaro Rodríguez, David González y Gonzalo, se fueron Victor Muñoz, Aparicio y Theo Zidane. Ahora dos de los grandes delanteros de la cantera blanca dentro del campo, el Linares debía tener especial cuidado. Así que Campaña reforzó la defensa. Berlanga lesionado, se retiró cojeando y entró el central Manolo Molina en lugar de otro atacante.

El partido era otro, con el filial merengue cogiendo el protagonismo del balón y el Linares achicando aguas por momentos cada vez que un balón rondaba el área. En esos compases los azulillos sufrían, centros al área que no cazaban los delanteros del Castilla y sin poder salir a la contra con efectivos, porque todos estaban atrás defendiendo. Solo Rodri jugaba a otro nivel, acertado siempre y con pausa.

Se fueron Vázquez y Llorente para el último cuarto de Hora, entraron Teddy y Hugo Díaz para buscar velocidad a la contra y que los mineros cazaran alguna. Raúl González apostó entonces por De León por Palacios. En esas, centro de Tobías desde la derecha y cabezazo fuera de Álvaro Rodríguez.

La expulsión que no fue

En los últimos 10 minutos, el Linares intentó proteger más el punto y desesperar a un Real Madrid que no acertaba con el último pase. En el 85, el colegiado no vio una clarísima agresión de Mario Martín a Hugo Díaz, golpe en las costillas cuando pasaba por su lado y el árbitro miraba para el balón. Los asistentes tampoco lo apreciaron, las cámaras de televisión y los azulillos asistentes sí captaron el momento.

Sacó el cuarto la tablilla, 5 de prolongación. Samu Casado le dio seguridad a sus compañeros cuando más volcado estaba el cuadro blanco y el Linares tuvo el 0-1 en una contra de 2 contra 2 en la que Carnicer recibió a la izquierda de Teddy, que no inició la carrera para la pared, se quedó parado como si la jugaba hubiese acabado, así que la devolución de Fran a su compañero no encontró a nadie en el espacio donde debía estar Teddy.

Nada más, pito final y un punto. El joven Teddy se quedó llorando en el campo, consciente de que su error infantil le había privado al equipo de ganar el partido y él de convertirse en el héroe del mismo. Solo tenía que empujar y se quedó mirándose la espinillera en una contra que estaba viva.

Lo mejor es que el empate le sirve al Linares para seguir creciendo, que tuvo muchas y buenas ocasiones de gol, que supo aguantar atrás cuando más apretaban los merengues. Después de recuperar la senda del triunfo la semana anterior, rascar un punto en el Alfredo Di Stéfano ayuda a segur creyendo en la salvación.