Éxito del valor frente al cáncer

Se repartieron muchas orejas, todas merecidas, y los toreros venidos dispuestos a dejar para la historia una reunión taurina de extraordinaria nitidez en el esplendor de una función social que sitúa a Jaén en un sitio destacado cuando corren vientos más que discutibles en nuestra fiesta nacional.

Gran triunfo el de su organizador el maestro Enrique Ponce que acertó en la confección del festival reuniendo a Francisco Ruiz Miguel que suspiraba por actuar de corto en la plaza jienense. Lo consiguió y correspondió al público con una actuación que justificaba su deseo de volver al coso del Parque de la Alameda. Javier Conde, de enorme calidad e inesperado en su manifestación artística con enorme personalidad. Curro Díaz, coleta de extraordinaria personalidad,dibujo muletazos con el sello propio del linarense. El sevillano Manuel Jesús 'El Cid', muletero largo y poderoso destacando su toreo al natural y que acudió a la cita de Jaén, que ya conocía y que quería repetir, asomando también otro torero artista como Cayetano que además anduvo con la valentía que no siempre tienen los diestros artistas, cerrando el novillero de la Escuela Taurina de Jaén Carlos Ojeda con muy buenas maneras, muchas ganas y enorme entusiasmo en hacer lo mejor en la cara del toro.

Enrique Ponce el maestro de las regularidades, la cabeza de privilegio y el concepto más estético de su toreo que otra vez en una de sus plazas más queridas cuajó series y muletazos que acreditan a una figura grande del toreo. Todo esto ocurrió con la colaboración de los toros de Zalduendo que volvieron al festival contra el cáncer y que fueron magníficos colaboradores de una tarde inolvidable, en la que otra vez la solidaridad unida a la generosidad se hicieron patentes en una de las jornadas más sentidas y emocionantes de cuantas se celebran en torno al mundo del toro en Andalucía.

Un festival ya con enorme solera pues ha triunfado en las once ediciones de esta función tan plena de belleza a favor de los enfermos de cáncer que tienen en la familia taurina un gran apoyo para otra vez ganar en la batalla frente a la terrible enfermedad. Un gran festival que la Asociación del Cáncer abanderó y conducido por el maestro Ponce que como siempre sigue vinculado a nuestra tierra, una provincia que le ha adoptado y donde ha recibido siempre enormes muestras de cariño a las que él se siente obligado a responder.