Sebastián Chico abre una nueva página en la historia diocesana de Jaén

Desde bien temprano, comenzó el repique de campanas mientras el centro de la capital se preparó para tal acontecimiento, con un amplio despliegue policial y de personal de la organización que ha tenido su mayor escenificación en la Plaza de Santa María, donde se ha dibujado un recorrido por el que desfiló en procesión Chico Martínez hasta el templo, acompañado de otros obispos y arzobispos. Antes, de manera más íntima, hacía el juramento de fe ante su predecesor, Amadeo Rodríguez Magro; el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes; el Nuncio de Su Santidad en España; Monseñor Bernardito Auza; otros purpurados, así como el Consejo Episcopal al completo.

Ya en la puerta de la gran sede católica en la provincia, la comitiva entonó unas palabras alrededor del prelado y el Nuncio de Su Santidad en España ha presentado al nuevo Obispo a los sacerdotes que allí aguardaban. El Deán y Vicario General ha dado a besar el «Lignum Crucis» a Martínez y, a continuación, el nuevo obispo ha asperjado con agua bendita a los presentes. Mientras, los asistentes terminaban de tomar asiento y se preparaban para vivir escenas que muchos solo habían podido ver en series de televisión.

En el seo lo esperaban una treintena de prelados llegados desde varios lugares de España que no quisieron perderse el inicio de magisterio pastoral de Chico Martínez en el Santo Reino. También han asistido autoridades civiles y militares y miles de jienenses y murcianos que querían estar presentes en este acontecimiento histórico.

Comenzaba entonces una eucaristía de recepción e inicio del episcopado con un presbiterio en el que se han dispuesto los arzobispos y obispos, así como el Consejo de Consultores y los Vicarios diocesanos, presididos por el Santo Rostro y la Virgen de la Antigua, patrona del Cabildo. Además, hermanas de varias órdenes siguieron muy emocionadas una eucaristía en la que hubo fieles de todas las edades.

El primero en tomar la palabra fue el hasta ahora obispo de la provincia, Amadeo Rodríguez Magro, quien dedicó unas cariñosas palabras de bienvenida a su sucesor. «Vienes a un pueblo cristiano, ilusionado y disponible; así me lo encontré, guiado entonces por mi predecesor, Monseñor Ramón del Hoyo, y así se lo encontrará usted, si he sabido administrar de este precioso capital humano y espiritual que me fue encomendado», trasladó.

Rodríguez Magro fue despedido en una ceremonia el pasado sábado, también en la Catedral, pero quiso estar presente para asegurarle al nuevo obispo que viene «no a una Iglesia perfecta, pero sí a una Iglesia soñadora de caminos que la lleven a mostrar el rostro de Cristo a todos y en especial a los más heridos en su vida interior y en sus situaciones humanas y sociales». «Se encontrará usted en Jaén con un humus religioso, bien favorecido por un rico universo de devociones y advocaciones cristológicas, marianas, y de tantos santos y mártires como se veneran en esta Iglesia», ha subrayado. Por último recordó a la patrona de la Diócesis, la Virgen de la Cabeza, a quien le pidió que guarde «siempre a nuestro Obispo Sebastián».

El relevo en la palabra lo tomó el Nuncio Apostólico, Monseñor Bernardito Auza, que habló en nombre del Santo Padre. «Con este espíritu de las bienaventuranzas, que se discierne bien mirando el Santo Rostro, podrá hacer realidad, en esta querida Diócesis de Jaén, su manifestada voluntad de ser un pastor según el corazón de Cristo, un hombre de esperanza», ha manifestado.

Tras desearle suerte en su nueva andadura, ha solicitado al Secretario -Canciller del Obispado que leyera la Bula del Nombramiento y, tras ello, el obispo electo se ha sentado en la cátedray el Nuncio le ha hecho entrega entonces el báculo, simbolizando así la sucesión apostólica y la continuidad pastoral. En ese momento, Sebastián Chico Martínez se ha convertido de manera oficial en el nuevo obispo de los jienenses en un momento histórico en el que el repique de las campanas se ha fundido con los aplausos de los fieles y sacerdotes.

Tras la toma de posesión, y tal y como manda la tradición, se han presentado ante el Obispo una representación de la Iglesia: una familia; el director de Cáritas diocesana de Jaén; religiosas; miembros de la pastoral Penitenciaria; una representación de las Hermandades y Cofradías y el representante de apostolado seglar en nombre de las laicos y de los movimientos de la Diócesis.

Ya en el cargo, Sebastían Chico Martínez se dirigía por primera vez a su pueblo en una eucaristía en la que estuvo acompañado por el Coro y Orquesta de la Universidad de Jaén y las voces blancas de la Escolanía Catedral. «Juntos, queridos hijos, iniciamos esta nueva etapa. Vengo con el único programa de unirme a vosotros y caminar juntos, como vuestro servidor, de todos, pero de forma especial de los pobres, los débiles, los enfermos, los que no tienen hogar, los migrantes...», ha compartido. También reconoció que serán muchos los «obstáculos», pero «serán superados desde la unión».

Así, ha dado las gracias a sus nuevos hermanos de la Diócesis y ha enfatizado que desde este momento se une al pueblo jienense y a su «esposa», la Iglesia. Al concluir la celebración el obispo ha impartido, con el Santo Rostro, la bendición al pueblo. Por último, mientras cardenales, obispos y arzobispos han firmado, como testigos, el acta de la toma de posesión de Chico Martínez quiso saludar a los fieles que esperaron con ilusión a su nuevo obispo, algunos de ellos muy emocionados que esperaron pacientes para poder darle la mano a su guía.