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Jaén produce más vino y de mejor calidad

Jaén produce más vino y de mejor calidad

La recolección de las 450 hectáreas de vid de la provincia se retrasa al tardar más la maduración de la uva debido a la climatología

A. B.

JAÉN

Lunes, 15 de octubre 2018, 00:48

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Las bodegas de la provincia de Jaén se encuentran a pleno rendimiento, en proceso de fermentación alcohólica del vino, pero también recogiendo la uva de una campaña que se ha retrasado casi un mes y que ha estado marcada por una mejor climatología, que a su vez ha propiciado un aumento de la producción, y una mayor calidad de los caldos.

La provincia cuenta en la actualidad con unas 450 hectáreas dedicadas a este cultivo. Los viñedos se concentran principalmente en las comarcas de la Loma y la Sierra Sur, a la que se suma la comarca de Bailén con sus variedades autóctonas. En esta última comarca se encuentra la SCA de la Vid de Santa Gertrudis, miembro también de la asociación española de enoturismo. La cooperativa bailenense finalizaba el pasado domingo la recogida de la uva con una cosecha superior a la de los últimos años.

La sequía de años anteriores ocasionaba que la uva se consumiera y el rendimiento fuera bajo, sin embargo este año la primavera y el comienzo del verano han sido frescos y lluviosos, lo que ha hecho que cogiera cimientos la cepa y haya mejorado el fruto, que presenta un grano gordo, de mucho calibre.

En concreto en esta cooperativa han recolectado 72.000 kilos, entre 9.000 y 10.000 kilos más que en la anterior cosecha. Un fruto con un rendimiento de entre el 75 y el 80% y una graduación media de unos 12 grados. Además se esperan unos vinos excelentes.

La mayor parte de la uva que se recoge en esta cooperativa de Bailén, casi el 95%, es de una variedad autóctona, denominada molinera de Jaén, única en todo el mundo. Esta exclusividad le concede una singularidad respecto al resto de variedades de la cooperativa.

Torreperogil

En la cooperativa Nuestra Señora de la Misericordia, se encuentran en plena recolección de la uva blanca, después de que terminasen de recoger la semana pasada la de tintos. Al igual que en otras bodegas, su cosecha se ha retrasado un mes. La campaña comenzó con la tempranillo, una uva tinta, que este año estaba bastante sana, con una graduación un poco más baja que el año pasado, con 13,5 grados probables. En total han recogido 250.000 kilos de uva tinta. Este año, según el enólogo José Eduardo Segura, han recogido la primera producción de petit verdot, variedad tinta de origen francés, que se adapta muy bien al clima cálido y syrah, que procede del Ródano y es ideal para climas cálidos.

La uva blanca, que se está recogiendo esta semana, ha entrado más grande, más gorda, con más agua y con menos azúcar que el año pasado, que hubo sequía. El responsable de la bodega Misericordia estima que la producción se ha incrementado entre un 20 y un 25% más que el pasado año, con una calidad muy buena, ya que en toda la zona de la IGP (Indicación Geográfica Protegida) ha llovido pero no ha tenido problemas de granizadas como en otros lugares de la provincia.

La Cooperativa Nuestra Señora de la Misericordia nació a mediados del siglo pasado en Torreperogil, lugar con tradición vitivinícola que podría remontarse a época romana. Hoy, rodeada de olivos, de las vides de Torreperogil, que desaparecieron hace cuatro siglos por la diezma de la filoxera y que fueron replantadas después, sale un vino reconocido y amparado por Indicación Geográfica Protegida.

Otra de las bodegas con solera, con casi 110 años de existencia, es Herruzo. Situada en las inmediaciones de la localidad de Lopera se cultivan las variedades blanca de Pedro Ximénez y Tempranillo, a la que después se han ido añadiendo uva de la variedad Cabernet-Sauvignon, Merlot y Syrah. Regentadas por los hermanos Santiago Cerezo, se han convertido en la única empresa vitivinícola existente en la zona a pesar de que en los años 60 había una decena de bodegas en Lopera. Por ello su producto es especialmente apreciado en la provincia de Jaén y en las limítrofes. Por eso, y por la calidad de unos caldos que cogen solera en barricas de anciana madera. La bodega es, además, un museo del trabajo artesanal en la producción de vino de los últimos tiempos hasta llegar a la actualidad. Este año, como tenían suficiente vino del año pasado, no han recogido ellos la uva sino que se la han llevado a una cooperativa de Montilla (Córdoba) a la que pertenecen.

En los viñedos de las Bodegas Marcelino, situados en una meseta a dos kilómetros de Alcalá la Real, Paraje del Cascante, con vistas hacia la Sierra Sur de Jaén y al Valle de la Fuente del Rey, la cosecha también se ha retrasado un mes. De forma que si en 2017 comenzaron a recoger uvas el 7 de agosto, este año lo han hecho el 10 de septiembre y todavía continuarán unos días más.

Al frente de esta bodega está Blanca María Serrano Serrano, ingeniero Técnico Agrícola en Industrias Agroalimentarias. Es la encargada de hacer la elaboración de los vinos, seguimiento de su crianza y comercialización. Blanca Serrano reconoce que este año ha tenido que comprar vino ya que una viña que tiene en Mures se le heló una noche, sin embargo en el resto ha cogido más cantidad que el año pasado y de buena calidad.

«La graduación es alta de entre 15 y 14 grados en los tintos y 13,5 grados en los blancos. El ph está bien y las fermentaciones han arrancado bien a pesar de algunas lluvias», señala. La bodega, que tiene su viñedo propio con variedades de calidad, cabernet-sauvignon, tempranillo, graciano, garnacha, syrah, pinot noir, merlot, chardonnay, garnacha blanca y moscatel, que vinificadas por separado y mezcladas a conveniencia produce unos vinos estructurados y muy afrutados que resisten una buena crianza. Intentan recuperar variedades de vid que tenían en la Edad Media, de las cuales se hacían vinos muy apreciados incluso por la Corte. Tenían fama en toda España. Hacen producciones pequeñas en experimentación, dedicándole mucho mimo.

En las Bodegas Campoameno, situada en Frailes, comenzaron la vendimia a principios del mes de septiembre. Unos 60.000 kilos de uvas provienen de las fincas de su propiedad, mayoritariamente de la variedad Chardonnay, el resto de producción es comprada a viticultores locales con los que la bodega mantiene contratos de compra de uva plurianuales.

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