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El hombre que mató a un vecino de Carchelejo, culpable de asesinato intentado y homicidio

El hombre que mató a un vecino de Carchelejo, culpable de asesinato intentado y homicidio

El jurado admite además la atenuante de confesión en su veredicto

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Viernes, 28 de septiembre 2018, 12:13

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El jurado popular ha declarado culpable a Alfonso A.T., que en 2017 mató de un disparo de escopeta a un hombre en Carchelejo y dejó a otro gravemente herido. Según el tribunal popular, Alfonsete (como es conocido en el pueblo) debe ser condenado por los delitos de asesinato en grado de tentativa y de homicidio.

Además, para los dos delitos se le aplica la atenuante de confesión.

Teniendo en cuenta dicho atenuante, por el delito de asesinato en grado de tentativa, el Ministerio Fiscal ha pedido que se le imponga una pena de once años y dos meses de prisión, mientras que por el de homicidio ha solicitado 12 años y seis meses de cárcel. Además, como accesorias se pide por cada uno de los delitos la prohibición expresa durante los diez años siguientes a su salida de la cárcel de estar, permanecer o residir en Carchelejo.

Además, por el mismo espacio de tiempo se solicita que se le imponga una prohibición de comunicación y acercamiento tanto con la familia del fallecido como de la persona que resultó herida y su familia directa. En cuanto a responsabilidad civil, Fiscalía ha mantenido 220.000 euros para la familia del fallecido y 190.750 euros para el herido.

El resto de acusaciones personadas se ha sumado a la petición de cárcel realizada por el Ministerio Fiscal, mientras que han diferido en la responsabilidad civil. Así la acusación particular que representa al herido junto con la acción popular ejercida por la cooperativa le reclaman 269.604 euros, mientras que la que representa a la familia del fallecido le reclama 551.775 euros.

La defensa, ejercida por el letrado Francisco Gárate, ha rebajado en el veredicto las peticiones de pena a las que se enfrentaba su cliente, y pide al tribunal -ahora será la magistrada María Esperanza Pérez Espino quien deben dictar sentencia según el veredicto del jurado, y determinar la condena que corresponde- las penas mínimas para cada delito. En total 17 años de cárcel.

Un día y algunas horas más de este viernes es lo que ha necesitado el jurado, conformado por siete hombres y dos mujeres, para determinar la culpabilidad por unanimidad del acusado en el caso de asesinato intentando y de ocho votos a favor y uno el contra en el caso del homicidio.

El jurado, tal y como ha leído el portavoz, entiende que el acusado «tenía intención de matar» al que era presidente de la cooperativa oleícola de Carchelejo ya que lo responsabilizaba de forma directa de su expulsión por llevar la aceituna a otra almazara, algo terminantemente prohibido por los estatutos de la cooperativa.

A.A.T. llevaba tres años intentando que la cooperativa le indemnizara por su expulsión, tiempo en el que llegó hasta a remitir una carta a la junta rectora de la cooperativa advirtiendo que se tomaría la justicia por su mano si no se le devolvían las aportaciones que hizo cuando entró en la cooperativa.

El 7 de julio de 2017, el acusado, según ha recogido el jurado, cogió su escopeta cargada con munición destinada a caza mayor y disparó contra el presidente de la cooperativa cuando éste se encontraba a la salida del bar del pueblo hablando con un grupo de unas siete personas. Lo hizo cuando su víctima estaba «de espaldas, totalmente desprevenido y ajeno a lo que estaba aconteciendo».

A menos de cuatro metros detonó el arma en lo que el jurado ha considerado «un ataque sorpresivo«. El proyectil entró al presidente de la cooperativa por un costado y salió por otro, atravesándole el abdomen. Tal era la fuerza del proyectil que siguió su recorrido e impactó el cuello de otro vecino, de 77 años, que fue el que acabaría falleciendo días más tarde como consecuencia de la gravedad de las heridas. El proyectil tampoco se quedó en el cuerpo de esta segunda persona sino que le salió por la cabeza y acabó impactando en un cajetín.

De nada le ha servido al acusado que dijera en su declaración que su intención no era la de matar al presidente de la cooperativa, sino sólo la de darle «un sustillo» porque lo qué el quería realmente era dispararle «al culo o las piernas».

El hecho de ser cazador desde hace doce años y conocedor del alcance de la munición de 12 milímetros que llevaba -capaz de alcanzar blanco a más de 50 metros- ha llevado a jurado a determinar que su verdadera intención era la de asesinar al presidente de la cooperativa, que salvó la vida, entre otras cuestiones, gracias a la rápida intervención de un médico y un enfermero del pueblo que le asistieron en el acto así como a su rápido traslado al hospital en helicóptero.

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