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Ángel Luis Martínez haciendo un reportaje en la jungla de Sumatra, Indonesia. IDEAL
Periodismo comprometido en India

Periodismo comprometido en India

El linarense Ángel Martínez lleva cinco años contando la realidad que viven muchos países asiáticos | Este corresponsal en India ha trabajado y trabaja para importantes cabeceras nacionales e internacionales

JÉSSICA SOTO

LINARES

Lunes, 17 de septiembre 2018, 13:13

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Ángel Luis Martínez Cantera es un joven de 34 años que, gracias a su pluma, da a conocer la realidad social que viven algunos países asiáticos. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y con un máster en Relaciones Internacionales por la City University de Londres (Reino Unido), este linarense lleva más de cinco años ejerciendo su profesión en Asia trabajando para importantes cabeceras internacionales.

Pero hasta poder firmar noticias en diferentes medios de comunicación, su periplo no ha sido precisamente fácil. Como otros muchos jóvenes, dejó su país para marcharse a Londres en 2008 y mejorar su nivel de inglés. Diez años más tarde, solo ha vuelto para visitar a su familia en Madrid y Linares. Lo que iba a ser una corta etapa con ese objetivo, se alargó hasta permanecer en la capital inglesa un lustro. Trabajó en diferentes departamentos de comunicación en ONGs y agencias de desarrollo como YCare International o Interact. «Sentía que había quemado una etapa y decidí darle un giro a mi vida. El gusanillo de ser un reportero en países en desarrollo siempre estuvo allí», dice Martínez.

Recuerda con especial cariño su estancia en los campamentos de refugiados saharauis en Argelia, un lugar que le caló muy hondo. Después de realizar su tesis del máster acerca del papel de la sociedad civil en el conflicto del Sáhara Occidental, tuvo la oportunidad de visitar los cinco campamentos alrededor de Tinduf gracias a su trabajo con la organización británica Sandblast. No solo consiguió entender de primera mano cómo es la vida de miles de personas condenadas a vivir en el desierto durante más de 30 años, sino que publicó varios reportajes en medios de tirada nacional en España. «Aquel viaje supuso un antes y un después en mi vida por ser el primer contacto con el mundo en vías de desarrollo y porque me sirvió para darme cuenta de que era posible hacer el periodismo que a mí me gustaba», apunta Martínez.

De África a Asia

Aunque sus miras nunca habían estado puestas en Asia, una amiga que se encontraba viajando por este continente logró convencerlo y unirse a ella en esta aventura que a priori duraría tan solo tres meses a finales de 2013. De esta manera, podría aclarar sus ideas y «regresar a Europa con otro espíritu». Compaginó su trabajo como encargado de márketing y comunicación para la organización Sandblast, con la búsqueda de un tema que pudiese resultar interesante de India. «Como aterrizaba en Mumbai, se me ocurrió investigar sobre Kamathipura (uno de los barrios rojos o burdeles más grandes de Asia y epicentro del tráfico humano en India). La idea le gustó a un contacto de AlJazeera English, así como al blog '3.500 millones' de El País», añade el periodista.

Pegado a la realidad social

Califica su llegada a la India como 'increíble' y, además del choque cultural y los característicos olores y sabores y la pobreza que se asocian al país asiático, Ángel Luis quiso vivir la experiencia de residir durante seis días en el barrio de chabolas de Kamathipura; gracias a un contacto de una ONG dentro de ese slum. «La experiencia fue bestial. Profunda. Inenarrable y muy productiva desde el punto de vista humano y profesional», confiesa el joven. Publicó varios reportajes en el blog de una de las cabeceras de prensa escrita más importantes españolas que tuvieron bastante buena acogida y compartió su experiencia en varias emisoras españolas. Lo que en principio era la publicación de una serie de historias sobre el burdel de Mumbai, le reportó un trabajo en una nueva sección de este periódico que dura ya cinco años.

Otros reportajes sobre los que ha investigado y publicado en AlJazeera English y en prensa española han sido acerca de los trabajos infantiles forzosos en la industria de las piedras preciosas en Jaipur (India). Después se fue a Nepal donde publicó para los mismos medios de comunicación historias sobre las kumaris, que son las niñas diosas de Nepal, así como la comunidad LGTBI o el yarsagumba (el viagra natural del Himalaya). «Durante esos reportajes, me di cuenta del sentido de la frase de Cappa: 'Si tu foto no es lo suficientemente buena, es que no estabas lo suficientemente cerca'. Que solo se puede hacer periodismo si te acercas y si te manchas con el mismo barro del que están hechos tus reportajes. Que hay que mirar a los ojos de la gente de la que escribes para poder contar sus historias», asevera Martínez.

Regresó a India y, de ahí, voló a Sri Lanka para investigar sobre las víctimas de la guerra civil de aquel país. Su acercamiento a la realidad social de esos países fue profunda porque intentó evitar los turísticos hostales y hoteles en todo momento, optando por pernoctar en casas de vecinos y haciendo couchsurfing (gente que ofrece sus casas de forma gratuita a viajeros). Llegó a dormir hasta en la casa de un cónsul de Yemen en Sri Lanka. «El couchsurfing se convirtió en la mejor forma de conocer las gentes y las culturas sobre las que investigaba», expresa.

El segundo año que estuvo allí, que comprendió el periodo que va de septiembre de 2014 a mayo de 2015, siguió viajando haciendo couchsurfing por diferentes países asiáticos y cubriendo las historias que él consideraba interesantes. Se contagió de Dengue en India y lo pasó mal, pero se zambulló en numerosos reportajes que le permitieron viajar por lo ancho y largo del sureste asiático. En India, publicó sobre los pies ortopédicos de bajo coste creados en Jaipuró la minería ilegal en Jarkhand. En Tailandia, escribió sobre el slum de la música de Bangkok y las apuestas ilegales del Muay Thai. En Camboya, visitó el pueblo infectado por el VIH e investigó sobre la discapacidad en un país budista y en desarrollo. En Filipinas, se entrevistó con asesinos de una cárcel sin rejas de Iwahig. Mientras que, en Indonesia, narró la lucha contra el VIH y convivió durante una semana con una tribu en mitad de la selva de Sumatra.

Siguió creciendo profesionalmente a finales de 2015 y principios de 2016 y comenzó a producir algún que otro reportaje audiovisual. «Pero no pude acabar el año cuando quise por los problemas con el pasaporte y las visas», declara el linarense. Sumó a su currículum nuevos medios como The Guardian, VICE news y otros medios de habla inglesa de la región del sureste asiático.

Su espíritu aventurero no le ha abandonado, pero sí que en el último trimestre de 2016 sintió la necesidad de tener un hogar y dejar, aunque no del todo, su vida nómada. Mumbai es su campamento base y curiosamente la misma ciudad a la que llegó cinco años antes. Siguió dando a conocer la realidad de estos países a otros medios españoles. Algunos de los temas que tocó fueron el reto de la escolarización universal en India, la bomba hidráulica ecológica y el drama de las víctimas del terremoto en Nepal o la situación de la libertad de prensa en Vietnam.

En enero de 2018, el equipo editorial de un periódico español de tirada nacional le propuso ser el corresponsal del diario en India. Desde entonces, la experiencia profesional no ha sido tan excitante desde el punto de vista de los viajes y el 'emborrachamiento' de nuevas culturas, sino más bien en el terreno personal. Aunque conocía la cultura india porque había visitado periodos largos viviendo como cualquiera de sus ciudadanos (evitando hoteles y lugares de turismo), nunca es lo mismo que vivir (y sufrir) el día a día como un residente.

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