«¡Viva Jaén! ¡Viva la tierra del Santo Reino!»
Multitudinaria misa en la calle Virgen de la Cabeza junto a las 20 imágenes de la procesión Magna
Veinte imágenes como veinte «ventanas abiertas al cielo», así ha definido el obispo de Jaén, Sebastián Chico, los pasos que recorrerán la capital jienense en ... la procesión Magna en un rosario único. La calle de la Virgen de la Cabeza ha sido el punto de encuentro para los pasos que después iniciarían su ascenso por la avenida de Madrid a partir de las cuatro de la tarde en el orden de los cuatro misterios que representan. La vía era un ir y venir de fieles y devotos, de miembros de cofradías, de vecinos de Jaén, visitantes y curiosos.
A las doce del mediodía estaba previsto que tuviera lugar la misa con el rezo al Ángelus, sin embargo, el ritmo de las imágenes que iban llegando a su lugar y colocándose, ha causado que se retrasara casi una media hora. Sin embargo, los fieles presentes no les afectaba y el ambiente era de celebración, de intensa devoción, con vivas a las imágenes y un seguimiento concienzudo según iban llegando.
Nada más empezar, el obispo Sebastián Chico ha felicitado a la ciudad por la celebración de la procesión, con el fervor y la fe venidos de todos los rincones de la Diócesis en la provincia. «Nuestra historia respira fe, nuestra vida vive fe, nuestra tierra tiene raíces profundas de fe y de entrega por el amor a Dios y a los hermanos», aseguraba.
«Las imágenes que veneramos en esta calle que nos evoca a la patrona de nuestra Diócesis, Virgen de la Cabeza, son memoria viva de esa fe, en cada talla se refleja la oración de nuestros abuelos, la esperanza de quienes rezaron el rosario en familia, la fe transmitida en nuestras procesiones y todos nuestros cultos», manifestaba. «El Jubileo no es solo recuerdo del pasado, sino impulso para el presente», subrayaba.
Confesionarios al aire libre
Una de las novedades que ha traído consigo la procesión Magna han sido las confesiones al aire libre. En la explanada del Corte Inglés, guarecidos por los árboles del jardín, varios curas ofrecían escuchar, aconsejar y perdonaban los pecados de los fieles. María Dolores Campos ha sido una de las personas que se ha acercado y admite que le ha «gustado». Viene de Almería, aunque es de Arjona, con la intención de disfrutar todo el fin de semana de la Magna. Conocía de antemano la opción de las confesiones y decidió probar. «El párroco es muy encantador y ayuda bastante, me ha gustado», afirmaba.
«Hoy estamos llamados a vivir la comunión entre nosotros, con hermandades que no compiten, sino que se enriquecen mutuamente, cofrades que no se quedan en la devoción externa, sino que buscan la conversión del corazón», decía, y matizaba: «Lo que celebramos en nuestros pasos debemos convertir en vida cristiana concreta, con servicio principalmente a los más necesitados, a los pobres».
De esta forma, el obispo señalaba que «Con este Rosario Magno queremos pedirle a Dios, a través de María, de una forma intensa por la paz en nuestro mundo, que el Señor cambie los corazones de aquellos que se empeñan en dividir, en separar, en destruir y en no construir ni edificar un mundo maravilloso y hermoso como Dios nos lo entregó».
Además, ha pedido mas fraternidad, que este encuentro es la prueba de la unión entre cofradías, que «deben enriquecerse mutuamente y no competir». La misa ha finalizado dando gracias a los participantes, a la organización y a los voluntarios por la oportunidad de celebrar un evento como el Rosario Magno. «Vivid este día, el Señor nos quiere mucho. ¡Viva Jaén! ¡Viva la tierra del Santo Reino!», concluía el obispo.
Recolecta
En la recolecta de la misa, de la que se han encargado voluntarios de Cáritas, lo recaudado va a un proyecto social, encargado a la Comisión para la Pastoral Social y Promoción humana, para las víctimas de la trata de personas y la explotación sexual y laboral.
De igual modo, durante la mañana y hasta la salida de las imágenes, se han ubicado confesionarios y en la explanada del Corte Inglés se ubicaba la Tienda del Encuentro, en la que se exponía la Santísima y que numerosos asistentes pasaban para rezar.
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