Jaén cuenta con 1.322 casos activos de violencia de género activos en Jaén
Estos días se celebran multitud de actos contra los malos tratos a las mujeres, pero, ¿cuál es la realidad el resto del año? Una mujer asesinada en 2019 y 1.104 órdenes de protección en activo
Se llamaba Dolores. Vivía en el barrio de Santa Isabel, en la capital, y había decidido separarse de su marido. Nunca llegó a denunciarlo por ... malos tratos, pero a sus 73 años decidió que ya no quería seguir conviviendo con él. Dolores no llegó a firmar los papeles del divorcio. El 18 de agosto varios familiares, entre ellos su yerno, entraron a su vivienda porque no habían conseguido localizarla. Solo dieron unos pocos pasos porque se la encontraron tirada en el suelo con un gran orificio en la cabeza. Salieron y llamaron a la Policía. Minutos después los agentes localizaban a su marido encerrado en una habitación. Todo apunta a que la había matado dos días antes, según reveló más tarde la autopsia.
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Dolores fue la víctima número 40 de la violencia de género en nuestro país. A primeros de este mes de noviembre la cifra ya ascendía a 51, según las estadísticas oficiales. En Jaén ella ha sido la única víctima mortal en lo que va de 2019, aunque desde el año 2003 son 16 las mujeres que han perdido la vida a manos de sus maltratadores en esta provincia.
Mujeres que terminan asesinadas, pero que antes fueron maltratadas. A fecha del pasado 13 de noviembre eran 1.322 los casos de violencia de género activos en Jaén, según los datos que tiene registrados el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (Sistema Viogén), dependiente del Ministerio del Interior.
Es decir, 1.322 mujeres que han presentado una denuncia por violencia de género, sobre las que se ha estudiado su caso y que presentan algún tipo de riesgo de sufrir nuevas agresiones por parte de sus maltratadores. El sistema Viogén no califica de 'riesgo extremo' ninguno de esos casos, pero sí considera que hay 7 en riesgo alto; 178 en riesgo medio; 568 en riesgo bajo y en 569 denuncias no se ha apreciado riesgo. Estos grados pueden variar en cualquier momento. Por poner un ejemplo, se puede dar ese caso y el maltratador está en prisión y sale de permiso o tras cumplir la condena. Esa situación elevaría el riesgo de inmediato.
No son solo mujeres las que están en riesgo, sino también sus hijos. En Jaén hay 17 casos de menores en riesgo activos en estos momentos. De ellos, tres son considerados de riesgo medio, nueve de riesgo bajo y cinco de riesgo no apreciado.
Órdenes de protección
Son 1.104 las órdenes de protección activas dictadas por los juzgados. Y son varias las herramientas que las administraciones y fuerzas y cuerpos de seguridad y jueces ponen en manos de las mujeres víctimas de maltrato, cuando éstas deciden denunciar.
Por un lado está el teléfono 016, que es un teléfono para pedir información o asesoramiento jurídico.Es gratuito y está operativo 24 horas. Este año, hasta el mes de septiembre, ese teléfono ha recibido 44 llamadas realizadas desde la provincia de Jaén, un 10 por ciento más que en las mismas fechas del año pasado. Desde que se puso en marcha en 2007 hasta septiembre de este año desde Jaén han recibido 8.844 llamadas.
Otra herramienta es el Servicio Telefónico de Atención y Protección para víctimas de la violencia de género (ATENPRO), que consiste en la entrega de un teléfono móvil a las víctimas, que les permite entrar en contacto en cualquier momento con un centro atendido por personal especializado en violencia de género. Además, ante situaciones de emergencia, según el Ministerio, el personal del centro está preparado para dar una respuesta adecuada a la crisis planteada, bien por sí mismos o bien movilizando otros recursos humanos y materiales. También desde ese centro se contacta periódicamente con las mujeres que están suscritas al mismo para ir haciendo un seguimiento de su situación.
También están los dispositivos electrónicos de control de los inculpados o acusados de maltrato, o lo que se conoce más comúnmente como 'pulseras antimaltrato'. El aparato se compone de un brazalete de pequeñas dimensiones que emite una señal de radiofrecuencia y de un localizador GPS. De este modo, permite verificar que el agresor cumple las medidas de prohibición de aproximarse a la víctima impuestas por el juez.
Por su parte, la víctima lleva otro dispositivo que recibe una señal de alarma cuando el inculpado o condenado se encuentra a una distancia inferior a la fijada por el juez. También emite un aviso cuando el agresor entra en una de las zonas de exclusión que el juez haya establecido, como por ejemplo, el domicilio de la víctima, su lugar de trabajo o el colegio, en el caso de un menor. En la provincia hay ahora mismo 78 'pulseras' en funcionamiento, una cifra considerablemente superior a la de un año antes, cuando eran 58. Fuentes del Gobierno lo achacan a un aumento de medios, ya que la cifra de denuncias no lleva camino de un aumento notable en 2019.
Los últimos datos de los que se dispone cifran en 1.023 denuncias presentadas entre enero y junio de este año. Si la tendencia continúa así, al final de año será una cantidad muy parecida a la de 2018, cuando se presentaron 2.031 denuncias, mientras que en 2017 fueron 2.000 las presentadas.
Otro dato importante es que son 174 los internos que en estos momentos están cumpliendo condena en Jaén por delitos relacionados con la violencia de género.
Centros de acogida
Otro recurso para los casos más graves, en los que se considera que la mujer o la mujer y sus hijos pueden estar en un serio peligro, son las casas de acogida. De esta forma se les saca de inmediato del entorno del agresor y se les traslada a otro lugar, que no trasciende, para que el maltratador no pueda localizarlos.
El Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) ha atendido hasta septiembre en Jaén a 196 personas, entre mujeres víctimas de violencia de género y personas dependientes a su cargo. En las mismas fechas de 2018 atendió a 218 personas.
Estos recursos de acogida, gestionados por la empresa Andaluza de Gestión de Servicios Especializados (Agise), comprenden los centros de emergencia, las casas de acogida y los pisos tutelados que prestan atención y acogida urgente e inmediata las 24 horas al día durante los 365 días del año. Hasta el tercer trimestre del año, esta red, que cuenta en Jaén con 45 camas, diez pisos y 23 habitaciones, ha dado cobertura a 92 mujeres víctimas de la violencia machista frente a las 109 de 2018. Asimismo, se ha acogido a 104 menores, frente a los 109 de 2018. Concretamente, fueron trasladadas al centro de acogida 108 personas, a la casa de acogida, 81; y a los pisos tutelados, siete.
Educación
Hasta aquí todo lo que se hace o se puede hacer cuando una mujer ha sido maltratada y lo denuncia. Pero, todas las voces expertas en esta materia hablan de la necesidad de ir a la base, de mirar hacia el futuro trabajando en la mentalidad de las generaciones que todavía hoy son niños. Para ello es clave el trabajo que se realiza en los centros educativos.
Una cosa está clara, la implicación de los centros y del profesorado es cada vez mayor. Hace solo unos días se conocía la cifra de que de 138 centros educativos de la provincia de Jaén habían presentado sus proyectos para prevenir la violencia de género en las aulas tras la convocatoria realizada por la Consejería de Educación y Deporte para el curso 2019/2020.
Las dos temáticas en las que se trabajará, según la edad de los alumnos, da una idea de los problemas a los que se está tratando de plantar cara: La prevención de la violencia de género a través de la educación emocional, en el caso de los colegios de Infantil y Primaria, y 'Desmontando mitos: buen trato y relaciones saludables', para el resto de enseñanzas. De ahí que los centros hayan previsto llevar a cabo a lo largo de este curso talleres formativos dirigidos a los distintos sectores de la comunidad educativa. También se trabajará en el 'Rincón violeta', en concursos de creaciones artísticas y literarias, en canales propios de radio y televisión o en los ya mencionados programas de educación emocional.
Y, ¿qué es la educación emocional? Pues es trabajar, sobre todo con los más pequeños, en la resolución pacífica de conflictos que permitan establecer relaciones de equidad y que, a su vez, protejan de cualquier situación de violencia. Es una manera de prevenir la violencia de género antes de que pueda llegar, sobre todo al entrar en la adolescencia.
Y también es una manera de enseñar a los alumnos a identificar conductas sexistas en situaciones cotidianas de su vida.
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