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Vendimiadores de Torreperogil en plena faena, a mediados del siglo pasado. IGP DE VINOS DE LA TIERRA TORREPEROGIL
El vino de Torreperogil ya es patrimonio

El vino de Torreperogil ya es patrimonio

El IAPH de la Consejería de Cultura lo incluye en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía | En concreto, su proceso de elaboración y toda la cultura que sobre la vid hay en la comarca: toponimia, arquitectura, tradiciones o autoestima

JOSÉ M. LIÉBANA

JAÉN

Domingo, 6 de enero 2019, 01:30

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Decía el conocido químico francés Louis Pasteur que hay más filosofía y sabiduría en una botella de vino, que en todos los libros. De eso saben mucho en Torreperogil y en otros lugares donde históricamente se ha trabajado la uva y han creado durante generaciones toda una cultura en torno a la vid. Prueba de ello es que el vino perogilense ha sido inscrito en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía, en particular su proceso de elaboración, los aspectos etnográficos asociados al mismo, presentes en la toponimia, en la arquitectura de piedra seca de las infraestructuras necesarias, en las bodegas y tabernas y «en el sentimiento de orgullo» que traslucen sus protagonistas, como señala el etnólogo Francisco Jiménez Rabasco, quien elaboró el expediente, que fue inscrito en dicho atlas por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), de la Consejería de Cultura.

Desde los romanos

Existen evidencias documentales de que ya en época romana existía en Torreperogil el cultivo del viñedo. De hecho, incluso bajo la dominación musulmana, y pese a las prohibiciones, la Cora de Yaiyan tenía plantaciones de vides.

Jiménez Rabasco señala que desde los inicios de su cultivo, la uva no solo se consumía como postre en su estado fresco y natural, sino que también sus pasas fueron a enriquecer las despensas más exigentes, siendo el postre preferido en los largos inviernos. El mosto convertido en arrope (del árabe hispano 'arrúbb', y este del árabe clásico 'rubb' o mostillo) se utilizaba también para elaborar las tortas de mosto que hacían las delicias de los más exigentes comensales. Las doradas uvas salidas de los viñedos de Torreperogil eran convertidas casi en su totalidad en un vino (blanco o tinto), que, tras ser puesto a la venta, era degustado por musulmanes, judíos y cristianos.

La provincia de Jaén ha contado con una importante tradición productora de vino y desde el siglo XV se tiene constancia de documentos oficiales que aluden a estos caldos artesanos, según el etnólogo.

Los hermanos de la Cueva destacan una ordenanza de 1463 de Torreperogil sobre heredamientos de viñas y el testamento de Catalina González de Ortega de 1492, en donde deja a su hijo, Martín Alonso, viñas de vino tinto ('viñedo Jahén'), tinajas y setenta arrobas de vino claro. En los tiempos del Condestable de Castilla Miguel Lucas (siglo XV) ya habían alcanzado gran celebridad los vinos de Torreperogil, pues este se consumía en mesones y tabernas del municipio, siendo transportado por recuas de arrieros en pellejos o recipientes de piel. Es durante el siglo XVI cuando se consolidan y adquieren un mayor prestigio los vinos jienenses, tales como los vinos blancos de Martos, Torredonjimeno y Andújar - enyesados y de fermentación lenta - , o las uvas torrontés, y los vinos aloques y blancos de Baeza y Alcalá la Real.

La extensión de fanegas dedicadas a viñedo en el Reino de Jaén y en otras localidades jienenses - que en el siglo XVIII pertenecían a las provincias de Murcia, Córdoba, Granada y La Mancha, según el Catastro del Marqués de la Ensenada - era de 24.243,9 fanegas, lo que equivalía a 11.007,26 hectáreas.

Siglo XIX

En 1848 había en Torreperogil veintiún cosecheros. Sus vinos fueron muy valorados en la Exposición Provincial de Jaén de 1879 a la que concurrieron treinta y dos expositores. En ese momento, el tinto perogilense se pagaba a trece reales la arroba y el blanco, a diez. En 1886, la superficie dedicada al viñedo, en la provincia de Jaén aumentó hasta 11.581 hectáreas. Fue en 1890 cuando la terrible plaga de filoxera asoló los viñedos de la provincia. A partir de este momento, las más de once mil hectáreas de viñedos quedaron reducidas a unas setecientas. Así pues, la filoxera hizo desaparecer casi la totalidad de las plantaciones; pero los torreños, tan identificados con este cultivo, pronto recuperaron sus plantaciones gracias a la aparición de plantas de origen americano, inmunes a esta terrible epidemia.

La Misericordia

Jiménez Rabasco agrega que en 1956 se funda la SCA Nuestra Señora de la Misericordia, con la finalidad de agrupar a los numerosos viticultores de la zona y erigirse como motor de desarrollo en la comarca. En 2005, sus responsables realizaron un gran esfuerzo económico para trasladar la bodega originaria del centro urbano a su actual ubicación (Carretera de Córdoba-Valencia, km. 157, Torreperogil). Y en 2009 , la Dirección General de Industrias y Calidad Agroalimentaria autorizó el uso de la marca 'Calidad Certificada' para los vinos amparados por la mención Vinos de la Tierra de Torreperogil».

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