Sorihuela acoge el regreso de los cafés literarios del Condado

Cerca de un centenar de personas procedentes de Vilches, Arquillos, Chiclana de Segura, Montizón, Navas de San Juan, Castellar, Santisteban del Puerto y Sorihuela del Guadalimar se dieron cita en un café literario enmarcado en el convenio de cultura de Diputación, iniciativa que cuenta con la colaboración del Certamen Internacional de Novela Histórica de Úbeda, que aporta obras históricas a los clubes de lectura y gestiona la presencia de escritores.

Esta vez el protagonismo principal recayó en la escritora nacida en Bilbao, Marian Izaguirre, todo un fenómeno en el campo del ciclo novelesco de la narrativa de personajes tan reales que parecen dispuestos a compartir un secreto, a hablar con ellos por teléfono, comentar un libro o sentarse en la mesa a tertuliar y relatar anécdotas.

Acompañada por la alcaldesa de Sorihuela del Guadalimar, Ana Belén Rescalvo; el alcalde de Navas de San Juan y presidente de Asodeco, Joaquín Requena; la concejala de Cultura, Rosa Vilches; la experta en Turismo Rural y especialista en encuentros culturales, Cecilia Antonelli y por el escritor santistebeño Urbano Peñalver, que regaló a cada club de lectura un ejemplar de su obra 'Días desnudos',

Izaguirre se centró en su última novela 'Cuando aparecen los hombres', de la que dijo que se trata una novela llena de detalles que te trasladan a los diferentes tiempos del Hotel Arana o la casa de los Cuatro Relojes: «Las mujeres que por ella transitan son fuertes y frágiles al mismo tiempo, nos enseñan un universo propio en el que se huelen los ricos platos que salen de la cocina o se siente el viento al borde de los acantilados de la Costa Brava. Para mí el reto principal es construir personajes capaces de sostener el relato de lo que quiero decir. Los pienso antes de empezar, vislumbro sus emociones, dificultades, desafíos, les doy una edad y una época histórica en la que vivir. Luego ellos me dan a mí la oportunidad de reflexionar sobre la condición humana, me abren los ojos y me muestran comportamientos a los que no habría llegado de no ir de su mano».

Al final se abrió una tertulia en la que los clubes de lectura se mostraron muy activos y dejaron claro su idea de que sus asociados acuden al libro como un elemento de disfrute personal y como herramienta de actitud reflexiva y crítica ante las manifestaciones del entorno.