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Las Siervas de María se despiden de Jaén

Las Siervas de María se despiden de Jaén

La Catedral de Jaén acogió el pasado martes una Eucaristía de acción de gracias

Laura Velasco

Granada

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Jueves, 19 de julio 2018, 13:12

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La Catedral de Jaén acogió el pasado martes, 17 de julio, la Eucaristía de despedida y acción de gracias a las Siervas de María. Estuvo presidida por el obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, y concelebrada por una decena de sacerdotes, entre ellos el vicario de Asuntos Económicos, el canciller-secretario, el capellán de la congregación y el rector del Seminario Diocesano. Asimismo, numerosos fieles y amigos de las religiosas quisieron arroparlas en esta celebración tan especial.

Durante su homilía, el obispo quiso comenzar haciendo un repaso a la historia de la congregación, y recordó que ha estado presente en Jaén durante más de un siglo al servicio de los enfermos. «Hoy estamos celebrando 132 años de presencia en Jaén de las Siervas de María. Hoy no es día de llorar ni de entristecerse», recalcó. Y continuaba: «Damos gracias a Dios por todo lo que él nos ha ido dando y nos ha ido dejando a través de este instituto religioso y del servicio de las Siervas de María, ministras de los enfermos».

Amadeo quiso dar las gracias, también, a las religiosas, por ser modelo de la misericordia del Señor. «Gracias, muchas gracias, por habernos ayudado a ver al que sufre y al enfermo, por habernos ayudado a ver a Jesucristo. Muchas gracias por ser testigos de la misericordia del señor y por ser modelo para nosotros de esa misericordia», indicó.

Por su parte, la Superiora Provincial, la Madre Encarnación Rodríguez, quiso hacerse eco de los sentimientos de las hermanas «que han vivido aquí y que en medio de su dolor no dejan de reconocer que el señor ha estado grande con ellas y con los jienenses lo largo de estos años».

«Como ocurre con otras congregaciones -aseguró- la nuestra está sufriendo también una sequía vocacional que nos obliga a tomar esta dolorosa decisión de tener que suprimir una comunidad. Es una decisión que conlleva dolor, aunque con la esperanza puesta en las palabras de Jesús de que el leñador poda para que el sarmiento de más fruto».

La Superiora quiso dar las gracias tanto a don Amadeo como a los sacerdotes y a los fieles diocesanos. «Nuestros sentimientos quedan expresados en una palabra: Gracias. Gracias en primer lugar al Señor por su fidelidad, por su amorosa providencia de cuidarnos estos largos años. Gracias a esta Diócesis de Jaén, donde sus obispos y sus sacerdotes nos han acogido, ayudándonos a crecer en nuestra fe y en nuestra consagración para hacer fecunda nuestra vida. Gracias a todos vosotros por acogernos abriendo las puertas de vuestros hogares y de vuestros corazones y por esa repetida confianza al entregar a nuestros cuidados a vuestros seres queridos, vuestros enfermos».

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