La Semana Santa chica de Jaén

Apenas dos semanas después del Domingo de Resurrección, el olor a incienso y los tambores regresaron este viernes a las calles de la capital de la mano de niños, niñas y adolescentes cofrades, ejemplos todos de que la Semana Santa jienense tiene garantizado el relevo generacional.

En una tarde primaveral marcada por el viento, las familias y los grupos de amigos llenaron el centro para presenciar las procesiones infantiles en el marco de la tradición de las Cruces, una festividad que hunde sus raíces en la Exaltación de la Santa Cruz.

Los turistas que paseaban por los alrededores de la Catedral hacían fotos a los tronos en miniatura, ya que el itinerario oficial discurría por la calle Maestra, la plaza de la Audiencia y la calle Colón (esquina con Álamos).

En los cortejos no faltaba un detalle: mantillas, costaleros, músicos y la cruz de guía. El ambiente era de alegría y los más pequeños repartían caramelos y estampas entre el público.

Hubo diez procesiones en total con la participación de las hermandades del Perdón, la Amargura y la Virgen de la Capilla, Cautivo y Trinidad, la Expiración, la Sentencia, Nuestro Padre Jesús Nazareno, la Buena Muerte, el Santo Sepulcro, los Estudiantes y la agrupación infantil y juvenil Jesymar.

Este fin de semana se celebran también las Cruces de Mayo: habrá 25 repartidas por toda la ciudad gracias a asociaciones vecinales, cofradías, parroquias, hermandades y colectivos, que embellecerán cada rincón con flores y ornamentación autóctona.

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