Sabina inició en casa su gira 'Contra todo pronóstico' por la Península
Arropado ·
Cerca de 7.000 personas disfrutaron de un concierto muy especial, en el que el ubetense se mostró emocionadoEl hijo pródigo convertido oficialmente en Hijo Predilecto hace ahora seis años, cuando también se le colgó al cuello la Medalla de Oro de Úbeda, ... volvió ayer a su pueblo para entonar estrofas tan significativas a estas alturas como aquella de «así que, de momento, nada de adiós muchachos […] tan joven y tan viejo, 'like a rolling stone'», o ese estribillo que dice «superviviente, sí, ¡maldita sea! nunca me cansaré de celebrarlo».
Nada contra todo pronóstico, como reza el título de su gira, porque el ubetense estuvo entregado y emocionado en un reencuentro que para él fue muy especial, más aún desde que disfruta de una reavivada relación con la ciudad que le vio nacer toda vez que, como ha reconocido en más de una ocasión, en su regreso ha encontrado una Úbeda muy diferente a la que un día dijo adiós desde la ventanilla de «sucios trenes que iban hacia el norte».
Joaquín Sabina volvió a sentir anoche el calor de sus paisanos y el de cientos de seguidores llegados desde numerosos puntos de la geografía nacional, quienes quisieron ser testigos directos de esta vuelta a los orígenes, en un momento, además, en el que el artista anda girando la llave de sus recuerdos gracias al documental que le ha dedicado Fernando León de Aranoa, donde precisamente Úbeda protagoniza uno de los bloques principales, quizá el más emotivo, aunque abunda demasiado en la Úbeda de la que huyó el cantautor y no tanto en la que redescubrió décadas después.
Úbeda, a rebosar
El hecho es que, siendo puente, con un tiempo casi veraniego, con un Sabina de vuelta a sus raíces, con una intensa actividad cultural y con una romería de la patrona preparada para iniciar el camino dentro de unas horas, la ciudad Patrimonio de la Humanidad vive un fin de semana largo de mucho ambiente, patente en los sectores hotelero y hostelero. El binomio Sabina-Úbeda, Úbeda-Sabina, funciona, y quedó demostrado una vez más.

Así quedó también de manifiesto anoche en el recinto del ferial durante el concierto, enmarcado en la edición más tempranera del Festival de Música de Verano de Úbeda (FestMuve), que ha adelantado su inicio a la primavera (aunque ya parezca periodo estival) para poder tener en su cartel al paisano. Todo se vendió. Cerca de 7.000 personas disfrutaron de un recital muy cuidado en el que las canciones fueron protagonistas, arropadas por unos músicos que no dejan nada al azar. Atrás quedaron los espectáculos ideados para saltar, gritar, disfrutar cuerpo a cuerpo y agitar la bandera pirata. Ahora toca escuchar, cantar, saborear las palabras y aplaudir, cada cual desde su asiento. El primero el propio Sabina, que a su inseparable bombín por arriba ha añadido un inseparable taburete por abajo. No es ni mejor ni peor. Es lo que toca. Lo que pide el cuerpo y el repertorio.
Con 74 años cumplidos hace dos meses y medio, el ubetense remarcó en varias ocasiones que era una noche muy especial para él, además de una responsabilidad. En más de una ocasión se le vio emocionado. Su entorno comentaba que los días previos los había dedicado a cuidarse mucho, sobre todo en lo referente a la voz, no forzándola más de la cuenta para estar plenamente en forma en su pueblo.
Viaje en el tiempo
Comenzó con nostalgia, entonando 'Cuando era más joven', que anoche sonó especial evocando aquellos tiempos en los que, partiendo desde Linares-Baeza, necesitó poner tierra de por medio entre un pasado anclado en aquel presente y un futuro incierto pero prometedor. En mitad, su «buenas noches Úbeda» sonó a gloria tantos años después de su última actuación por estos cerros y provocó una gran ovación. Siguió con 'Sintiéndolo mucho', tema compuesto junto a Leiva para el documental homónimo que les ha valido a ambos un Goya a la mejor canción.

Después llegaron 'Lo niego todo' y 'Lágrimas de mármol', también relativamente recientes y con el punto de Leiva y del poeta Benjamín Prado, junto a lo cual comenzó un verdadero viaje en el tiempo a través de la discografía sabinera, que incluyó paradas en 'Mentiras piadosas' o 'Por el bulevar de los sueños rotos'.
Como es habitual en las giras del cantautor, hubo también una concesión a sus músicos, según reconoció, «la mejor banda» que ha tenido en su vida. Repiten a su lado incombustibles como Jaime Asúa o Antonio García de Diego, capaces de rellenar de genialidad hasta el último hueco de cada canción, como quien añade caldo a una olla llena de carne y patatas para hacer un estofado. El último, al piano, se arrancó con 'La canción más hermosa del mundo'. Y la vocalista Mara Barros, también habitual, hizo lo propio con 'Yo quiero ser una chica Almodóvar'.
Cabe destacar la feliz y acertada incorporación de Borja Montenegro, virtuoso guitarrista ya conocido por estos cerros tras haber pasado en numerosas ocasiones por las Jornadas 'Sabina por aquí' acompañando a otros artistas.
En la segunda parte del concierto siguió el viaje con clásicos como 'Tan joven y tan viejo', 'A la orilla de la chimenea', 'Una canción para la Magdalena', '19 días y 500 noches', 'Peces de ciudad', 'Y sin embargo' o 'Princesa'. Para los bises, el respiro lo dio Asúa haciendo suya 'El caso de la rubia platino' y Sabina remató regalando 'Contigo' y 'Noches de boda' que unió a 'Y nos dieron las diez', antes de poner el punto y final, platillos en mano, con la gran fiesta de 'Pastillas para no soñar'.
Museo
Sabina volvió a sentir anoche el cariño y la admiración de sus paisanos, algo de lo que viene haciendo gala desde hace unos años gracias a una serie de circunstancias que le hicieron reencontrarse con una ciudad muy distinta a la que un día abandonó, aunque en mas de una ocasión confesara haberla visitado «de madrugada y con amigos» si es que andaba cerca o estaba de paso. Parte de la culpa de este feliz retorno la tiene, sin duda, el colectivo Peor para el Sol que capitanea su primo Juanjo Gordillo frente a un estupendo equipo de personas, y que cada septiembre organiza en su honor las Jornadas 'Sabina por aquí'. Precisamente su anterior visita a Úbeda fue en la edición de 2019, acompañado de Fernando León de Aranoa, momento que aprovecharon para grabar muchas de las imágenes que aparecen en el documental 'Sintiéndolo mucho'.

Las citadas jornadas contemplan, entre otros muchos actos culturales, un concurso para nuevos valores de la canción de autor que le hace especial ilusión al ubetense por lo que implica de apoyo a jóvenes músicos e intérpretes. Así, Sabina aporta los dos mil euros que se contemplan en premios (mil para el galardonado por el público y mil para el galardonado por el jurado) y cede su estudio privado en Madrid para que los ganadores puedan grabar sus canciones.
También existe una muy buena relación entre el artista y el Ayuntamiento, llevada al plano de lo personal con la actual alcaldesa. No solo se le concedió un más que merecido título de Hijo Predilecto y la Medalla de Oro de Úbeda, sino que actualmente se está trabajando en acondicionar el Palacio del Marqués de Mancera, situado en la monumental plaza Vázquez de Molina, para albergar el futuro 'Espacio Sabina'. Será una especie de centro cultural y de creación, con pequeño auditorio incluido, que contendrá un museo dedicado al cantautor para mostrar objetos donados por el propio artista. Si todo va según lo previsto (dentro de lo complicado que resulta hacer planes con Sabina), hoy domingo visitará las obras de forma privada para conocer su estado y perspectivas de futuro.
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