Sheila Carmona, técnica de Igualdad
«Uno de los problemas que tienen las mujeres gitanas es la baja autoestima»Maestra de formación, trabaja en el desarrollo de las mujeres gitanas dentro del programa Calí
Ascensión Cubillo
Jaén
Domingo, 18 de mayo 2025
«Las mujeres gitanas sufren una doble discriminación: por ser mujeres y gitanas». Lo dice la linarense Sheila Carmona, técnica de Igualdad de la Fundación ... Secretariado Gitano que trabaja con ellas en el marco del programa Calí, donde se pone énfasis sobre todo en la autoestima y el autoconcepto porque «uno de los principales problemas que tienen las mujeres gitanas es la baja autoestima». Aquí se elabora un itinerario personalizado tomando como punto de partida la situación actual de la mujer. Así, en unos casos se busca que continúen con la formación reglada y en otros, que adquieran habilidades y conocimientos que les permitan una mayor empleabilidad. Todo se hace en función de sus necesidades. Al año atienden a unas 30-40 mujeres en este programa.
Si bien los estereotipos se han atenuado, según Sheila, la imagen que aún tiene parte de la sociedad de las mujeres gitanas es que no quieren trabajar, que viven de las pagas, son sumisas y se dejan maltratar por sus parejas. «Esto es como el efecto pigmalión: si tú a una persona le estás diciendo todos los días, no vales, no eres, no sirves, al final acaba asumiendo ese estereotipo», explica Carmona, maestra de Educación Primaria de formación. Al hilo, considera que la mujer gitana siempre se ha utilizado como la «contrapartida de lo que no debe ser», lo que supone un problema porque se sigue ahondando en estereotipos que dañan y hacen mella a nivel psicológico.
Racismo
«La situación varía mucho a nivel provincial, pero Jaén es abiertamente racista», afirma, y pone como ejemplo la quema de casas de gitanos; la última, en Peal de Becerro. O el hecho de que una mujer gitana entre a un supermercado y el guardia de seguridad la vigile hasta que sale.
¿Por qué Jaén es racista? Sheila Carmona apunta dos posibles causas: «Que haya sido, y sea todavía, una provincia olvidada a nivel político y bastante pobre», lo que a su juicio genera un estado de rabia y de angustia que hay que volcar sobre alguien. «En cuanto hay problemas, se culpabiliza a la minoría», añade. De ahí que se utilice a la comunidad gitana como «chivo expiatorio».
La solución se antoja «complicada y compleja» porque implica a muchas entidades. Sheila pone el foco en el papel de las administraciones públicas y la necesidad de contar con profesorado sensibilizado con el tema -«no podemos seguir hablando de integración, hay que hablar de inclusión»-. Si bien se dan avances, aún queda camino por recorrer en este sentido.
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