«Hay que dar un paso más y es el federalismo asimétrico»

-¿Qué planteamiento hacéis sobre el federalismo?

-La idea que proponemos es la vía federalista como posible solución de los problemas territoriales de España. En mi opinión, la cuestión territorial en España se remonta a los Reyes Católicos, el problema remanece del intento unificador por parte de ellos, que fueron los primeros federalistas. Sin embargo, les salió el tiro por la culata, intentaban hacer una federación de reinos de España y derivó en un estado unitario que culminó en un régimen franquista.

En territorios donde hay un sentimiento nacionalista arraigado como Cataluña o País Vasco nunca se sintieron cómodos con ello, ahí está el origen de este problema, que se abordó mal desde hace siglos. Se intentó reconducir con la Constitución española del 78 a través del Estado autonómico y ha tenido sus frutos durante treinta y tantos años, pero ha terminado por quebrar. Si fuese una fórmula válida no tendríamos el problema que tenemos con Cataluña y el que habrá con Euskadi, que detrás vienen ellos. Hay que dar un paso más y es el federalismo asimétrico.

-¿Qué diferencia al federalismo del federalismo asimétrico?

-El federalismo asimétrico no es de tipo alemán o austríaco, sino como está en Canadá o Bélgica. Sería aquel en el que hay unos territorios con singularidades y hasta lengua propia, pero con un objetivo común de entidad estatal. El federalismo trata a todos por igual y no es trasladable a España, porque hay nacionalismos históricos que quieren un tratamiento diferenciado. El adecuado sería el asimétrico, que trata a cada territorio en función de su singularidad sin perder de vista el objetivo común del estado único.

-¿Cómo cambiaría la organización en España si introdujese el federalismo?

-Hay un tema traumático, y es que hay que reducir las comunidades autónomas, son muchas. Ese es el primer paso, y luego ofrecer una solución política y no jurídica a los problemas territoriales. Es mal negocio que los jueces sean los que lo decidan, porque convertimos a los separatistas en mártires y es un error, ya que los mártires por lo general generan más adeptos. La vía adecuada es la política, un pacto basado en la confianza de los territorios que ceden su soberanía.

-¿Por qué lo considera una manera «bastante sensata» de organización política?

-Porque daríamos encaje a estos fenómenos nacionalistas que existen y no se pueden negar. El problema es que ahora los que apoyan la independencia rondan el 46%, pero si le echamos gasolina al fuego el porcentaje podría aumentar. Ahora que la cifra está controlada habría que aportar soluciones sensatas basadas en un pacto político, sentarnos a hablar, a ellos no les conviene estar fuera de España ni a nosotros que se vayan. Se trata de buscar unos objetivos comunes de estado con integración y respeto. Vamos un poco tarde pero soy optimista y creo que aún estamos a tiempo.

De todas formas, no creo que el concierto internacional reconozca nunca a Cataluña, porque no tienen estructuras de Estado, solo medios de comunicación al servicio de ideas separatistas y cierta movilización social, algo que saben en la ONU y la UE. Por tanto, tenemos que ser nosotros los que actuemos como 'patriotas constitucionales'.