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josé antonio garcía-márquez
Lunes, 16 de noviembre 2020, 00:07
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Cuando la media de los pantanos de Jaén se encuentran en la baja cifra del 26,60 %, hay dos embalses, El Giribaile y El Guadalén, que tocan fondo porque apenas superan el 16% de su capacidad. Las previsiones de lluvia, que hicieron augurar a los cabañuelistas un otoño húmedo, no se están cumpliendo y los 40 litros recogidos en la zona de influencia de estos dos pantanos el pasado mes de octubre y en lo que llevamos de noviembre son insuficientes. El agua ha sido absorbida por la sequedad de la tierra, y no ha llegado a unos pantanos que están a las puertas de la UCI.
Vilches es conocido como el pueblo de más costa interior de Europa. Su extenso término municipal aglutina tres pantanos: La Fernandina, El Giribaile y el Guadalén. Si el primero, a medio camino entre La Carolina y Vilches, con 77 hectómetros cúbicos de los 245 de capacidad total, se permite respirar al 31,40 %, los otros dos padecen un alarmante déficit de oxígeno y bajan hasta niveles desconocidos en los últimos años.
El Giribaile, con 475 hectómetros cúbicos de capacidad total, el segundo pantano más grande de la provincia, superado tan solo por El Tranco, apenas tiene 77 hectómetros cúbicos de agua embalsada, lo que le hace hallarse al 16,20 %. El embalse que aprovecha las aguas del río Guadalimar, en la Cuenca del Guadalquivir entre las comarcas de La Loma de Úbeda y El Condado, ha bajado casi 10 puntos respecto a como se hallaba en 2019 por estas fechas y 34 en proporción a la media de los 10 últimos años. El joven Giribaile, macropantano de apenas 24 años de vida, que sumerge parte de los términos municipales de Ibros, Vilches, Rus, Canena, Úbeda, Navas de San Juan y Sabiote, ve como sus aguas languidecen bajo el paraguas de la sequía.
El otro embalse de la zona, El Guadalén, en los términos de Arquillos y Vilches, cuenta solo con 28 de los 168 hectómetros cúbicos de capacidad total, lo que le impide ir más allá del 16,60%. Pantano para abastecimiento, riego, electricidad, pesca y navegación, en los pueblos condatenses aun se recuerda aquel diciembre del 95 en el que El Guadalén registró un 11% tan agónico que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Sociedad de Pesca Virgen del Castillo hubieron de unir sus fuerzas para rescatar miles de peces de la caja del embalse. Unas semanas después llegaron las lluvias, copiosas y persistentes, al punto de que los pantanos se llenaron y hasta hubo que desembalsar agua.
No son optimistas las previsiones de lluvia en la zona para los próximos días. A finales de mes, en cambio, el año hidrológico podría iniciar una recuperación positiva. En ello parecen coincidir los profesionales del tiempo y los augures de las cabañuelas. Todos sueñan con el regreso al trabajo de centenares de arroyos que hoy se dan por muertos (La Casería, Las Parras, Tamaral, La Zarzuela, Pizarrilla…) y que solo las lluvias permitirán que vuelvan a conducir sus aguas generosas en dirección a unos pantanos que hoy padecen el virus de la precariedad.
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