El obispo de Jaén recuerda la vida «sencilla» del Papa Francisco

El obispo de Jaén, Sebastián Chico, lamenta el fallecimiento del Papa Francisco. Así lo ha hecho saber a través de un comunicado, en el que indica que «la Iglesia universal y la nuestra del Santo Reino llora su muerte». «El Santo Padre ha partido hacia la casa del Padre y su fallecimiento lo vivimos desde el dolor, pero también, en este Lunes de Pascua, desde la esperanza en Jesucristo, quien, con su muerte y su resurrección, nos da la certeza de que ya goza de la presencia de Dios», afirmaba.

Ha recordado que el pontificado del Papa Francisco ha sido un «regalo para la Iglesia católica y para el mundo». El ministerio papal de Bergoglio ha sembrado, a lo largo de estos 12 años, «semillas de esperanza para el presente de nuestra Iglesia y sus frutos, también, lo recogerán generaciones venideras», destacaba.

«Su vida sencilla, entregada sin reservas al servicio del Evangelio, ha sido un testimonio luminoso de humildad, misericordia y amor por los más necesitados, a los que ha colocado, desde el inicio de su pontificado, en el centro de la vida y de la acción de la Iglesia», declaraba, y añadía: «Su vida y su muerte han sido un testimonio edificante y de ellas debemos de aprender que no estamos creados para nosotros mismos, sino para una entrega que nos ponga siempre al servicio de Dios y del mundo».

El obispo de Jaén aseguraba que del Papa Francisco se ha aprendido «a vivir en la alegría del Evangelio; a reconocer nuestro planeta como una casa común, que proteger y cuidar; a redescubrir el valor de la familia y hacerlo superando los sufrimientos, haciendo de los hogares auténticos hospitales de campaña, aspirando siempre al cielo, intentando ser santos de la puerta de al lado… Y todo ello, desde la sinodalidad, desde ese caminar juntos que nos recuerda nuestra filiación con Dios, que nos llega a través de su Hijo, Jesucristo».

«En estos momentos de tristeza, pero también de fe y confianza en el amor infinito del Padre, nos unimos en oración a toda la Iglesia universal, dando gracias a Dios por el don de su pontificado y encomendando su alma al Dios de la Misericordia», señalaba el obispo en el comunicado, que animaba a toda la Diócesis de Jaén a ofrecer oraciones «por su alma, pidiendo, también, al Espíritu Santo que guíe a nuestra Iglesia en este tiempo de espera y esperanza».

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