El obispo de Jaén celebra su primera misa de renovación de promesas sacerdotales

Al acto también han acudido el obispo emérito de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro; el vicario general y deán de las Catedrales, Francisco Juan Martínez Rojas, y otros miembros del cabildo Catedral. También ha estado presente Fernando Chica Arellano, Observador permanente Santa Sede en la FAO, el FIDA y el PDA. Asimismo, han participado los diáconos permanentes de la Diócesis y multitud de fieles y religiosas.

El Obispo de Jaén, Sebastián Chico Martínez, ha comenzado su homilía subrayando que los óleos que se van a bendecir y el Crisma que se iba a consagrar «son signos de la comunicación misteriosa e incesante del Espíritu con la que Jesucristo consuela a los enfermos, santifica a los catecúmenos y a los cristianos, y nos consagra a los sacerdotes para que seamos signos vivientes de su presencia santificadora en medio de su pueblo».

Se ha dirigido a los presbíteros para recordarles que «por la consagración sacerdotal, de forma íntima y misteriosa, somos la presencia visible de su actual presencia invisible en el corazón de todos los hombres de buena voluntad, como cabeza de la Iglesia, como fuente secreta de vida nueva, como principio de una nueva humanidad».

Tras la homilía, el clero diocesano ha renovado sus promesas sacerdotales ante el obispo de Jaén. Después, se ha llevado a cabo el rito de la bendición de los santos óleos y la consagración del santo Crisma, que servirá a lo largo de todo el año para ungir a los enfermos y a los que recibirán los Sacramentos del Bautismo, la Confirmación o el Orden Sacerdotal.

Sebastián Chico se ha mostrado «muy emocionado», ya que se trataba de su primera misa Crismal como obispo. La celebración culminaba con una cerrada ovación del clero diocesano a su nuevo prelado.

Este año los 50 litros de aceite de oliva virgen extra han sido donados desde la Cofradía del Santísimo Cristo de la Salud, patrón de Villargordo, y se han repartido entre todos los Arciprestazgos de la Diócesis.