No hay ni la mitad del aceite de oliva previsto: las almazaras jienenses apenas han producido 92.000 toneladas a 1 de enero
Los datos del Ministerio confirman la 'debacle' en la cosecha, que se perfila como «la peor en lo que va de siglo»
Jaén, la mayor productora mundial de aceite de oliva, tiene poco 'oro líquido', menos incluso del escaso esperado por la pertinaz sequía y la ola ... de calor que quemó la flor de muchos olivares en mayo. A pesar del adelanto de la recolección en pos de la calidad, cada vez más extendido, las 331 almazaras jienenses han producido 92.323 toneladas de aceite hasta el 1 de enero de 2023, según los datos conocidos este miércoles de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), adscrita al Ministerio de Agricultura. El aforo estimó unas 200.000 toneladas de aceite de oliva en Jaén para esta campaña (menos de la mitad que en la anterior), una cifra inalcanzable a tenor de los datos ya efectivos de cosecha.
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Incluso con los días de lluvia de diciembre que han impedido avanzar en la recolección las cifras son bajas en una campaña que, salvo un arreón imprevisto en enero, peude resultar calamitosa en cantidad, de las peores desde que hay registros en Jaén, y escasa en cantidad. El temporal de diciembre tiró mucha aceituna al suelo, lo que hará que los caldos virgen extra sean también menos de lo habitual dentro del montante total.
En la pasada cosecha, a 1 de enero de 2022, se habían producido más de 212.000 kilos de aceite de oliva, alcanzando al final de la campaña el medio millón.
Córdoba, cerca de Jaén
De hecho, la producción de Córdoba se queda a únicamente 10.000 toneladas de la de Jaén en los primeros tres meses de campaña (82.437) y Sevilla no anda lejos con 64.631.
En toda Andalucía se han producido 308.689 toneladas. El aforo preveía que la producción de aceite de oliva en Andalucía para la campaña 2022-2023 sería de 587.000 toneladas.
En toda Andalucía se han producido 308.689 toneladas, el aforo apuntaba a 587.000 toneladas
En el conjunto de España los datos de la AICA recogen una producción de 431.090 toneladas a 1 de enero, más de un 50% por debajo de la de hace un año. La previsión para toda la campaña, que afronta su recta final en las próximas semanas, era de de 780.000 toneladas. En la 2021-22 alcanzó los 1,67 millones de toneladas.
El ritmo de salidas al mercado de aceite también ha disminuido con los precios en origen a más de cinco euros
Como consecuencia los precios, aunque se han contenido en el inicio de 2023, continúan altos en origen, los que reciben agricultores y productores, a más de 5 euros el kilo según el sistema Poolred.
Reacciones
Para Coag Jaén, estos datos «confirman que la campaña 2022/2023 será la peor de este siglo» en España. Su secretario general, Juan Luis Ávila, destaca además que «la campaña de recogida está prácticamente finalizada, a pesar de que se haya retrasado en algunos lugares algunos días por las lluvias, por lo que los datos del mes de enero no elevarán en mucho la producción de aceite, que tiene visos de ser catastrófica». Todo ello con «los costes de produccción disparados».
En Jaén la peor en lo que va de siglo fue la 2012-13, con 141.491 toneladas de zumo de aceituna. Muy lejos de la más abundante, la 2011-12, con 681.728.
Desde UPA Jaén su secretari general, Cristóbal Cano lamenta que «nos encontramos ante una campaña complicada, difícil y marcada por la baja producción, en definitiva, la peor campaña del siglo». «Son malos datos de producción y de comercialización. Desde el mes de octubre que comenzó la campaña de comercialización llevamos vendidas 322.720 toneladas de aceite de oliva, un 16% menos que en la campaña pasada, cuando fueron 385.000 toneladas. Un dato normal porque no tenemos producción. Esta leve contracción de las ventas no tiene nada que ver nada el precio del aceite», apostilla.
«Teniendo en cuenta la bajísima producción con la que nos encontramos, no alcanzaremos un volumen disponible para superior al 1.200.000 toneladas, sumando importaciones, enlace y producción final. Un dato que, no por ser esperado deja de ser preocupante», admite.
Además, la próxima cosecha también está en el aire por el estrés hídrico del árbol, por lo que esperan «que se produzcan unas precipitaciones de entre 350 y 400 litros más hasta la primavera. De esta manera podremos garantizar una campaña normal que nos ayudaría a ganar producción en la próxima cosecha», concreta Cristóbal Cano.
«Abastecimiento garantizado»
«Se confirma lo corto de la producción, y con estos datos no se van a cumplir los aforos con casi toda seguridad. Esta bajada se corresponde también con una disminución en las salidas con respecto a los meses anteriores», explica el gerente y portavoz de Asaja-Jaén, Luis Carlos Valero. Y es que según estos datos, las salidas se situarían en esta ocasión en el entorno de las 97.770 toneladas (se han estimado unas importaciones de 40.000 toneladas), lo que supone un total acumulado en la campaña de 338.040.
En total las existencias de aceite al mes de diciembre serían de 616.093 toneladas de aceite, de las cuales, 382.332 toneladas se encontrarían en manos de los productores, 233.761 toneladas en los envasadores y 9.573 toneladas en el Patrimonio Comunal Olivarero. En el mismo mes de 2021, las existencias totales eran de 973.156 toneladas.
«El consumo está garantizado. Hay aceite suficiente disponible para garantizar el abastecimiento. Y el precio se encuentra, en la actualidad, estabilizado en unos niveles satisfactorios para el olivar tradicional. Esperamos también que la bajada del IVA del 10 al 5% aprobada por el Gobierno y la menor producción permita aumentar el número de consumidores», apunta el secretario general de UPA Jaén.
La Junta de Andalucía ha planteado esta semana la necesidad de un Programa de Fomento del Empleo Agrario (PFEA) extraordinario al Gobierno de España por la mala campaña oleícola. Las perdidas, cuantifican desde UGT Jaén, van a ser de más de 150 millones de euros en la provincia además de 1.5 millones de jornales, solicitando al Gobierno andaluz que «asuma su responsabilidad» y ponga en marcha las medidas necesarias para paliar la merma de trabajo en el campo.
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